Escribir sobre feminismo y mujeres no debería ser una tarea difícil para los hombres feministas. Pero lo es. La culpa la tenemos nosotros (masculino plural). Subsumidos en la comodidad del patriarcado capitalista. De esto va mi artículo de opinión, con gafas moradas pero como hombre heteroblanco del primer mundo. Daniel, un privilegiado. Agradezco a mi buena amiga Yolanda sus consejos sobre el enfoque del texto* En ‘El problema que no tenía nombre’, Betty Friedan nos explicó en los años 60 que los sueños de la mujer se circunscribían a ser una buena madre para sus hijos y una mejor esposa …
