La Vuelta 2021: una tercera victoria anunciada

En La Vuelta ganó el elegido, Primoz Roglič, y del resto no hubo mucha historia. El ciclismo femenino profesional daba un salto de calidad con la séptima edición del Ceratizit Challenge by La Vuelta, que se llevó la neerlandesa Annemiek Van Vleuten, otra victoria que tampoco nos pilla de sorpresa.

Bernal y Roglic reventando la carrera de camino a Los Lagos. Foto: Unipublic / @CharlyLópez

Una segunda parte de La Vuelta en la que pasaron cosas, aunque al final, la tercera victoria de Roglič se veía venir, desde el primer día en Burgos. Tras Córdoba, la llegada tan esperada a Extremadura, un territorio olvidado históricamente por los organizadores de esta carrera. Lo vaciado también tiene su reflejo en los recorridos de las grandes pruebas. Y el guión previsto de resolución al sprint, tras 200 km entre Belmez y Villanueva de la Serena, a pesar del trío formado por Álvaro Cuadros, Diego Rubio y Luis Ángel Maté. El Deceuninck devoró todo, incluso provocando un pequeño corte en el pelotón -del que se beneficiaría Bernal, con cinco segundos- para que Jakobsen, en el último momento, se despistara de la rueda de su lanzador, Florian Sénéchal, que no desaprovechó la ocasión para estrenar victoria como profesional a sus 28 años.

El último fin de semana brindaba dos jornadas para abrir gas en la general. Sigue el calor. La 14ª etapa nos ofrecía un final inédito en el Pico Villuercas (a 1580 m de altitud), una cima de los Montes de Toledo, en un paisaje laberíntico típico del relieve apalachense. 3500 m de desnivel, con el paso previo por el Collado de Ballesteros -3 km al 14%, un muro eterno-, un terreno pestoso y la subida final a Villuercas, con 14 km que podían hacer daño. Fue el día de Romain Bardet, quien llevaba una temporada un tanto aciaga en su primer año en las filas de los alemanes DSM, pero que siempre lucha y arriesga, y fue el mejor. Era el más escalador en la fuga consentida por el pelotón. No se puso nervioso cuando atacó Nicolas Prodhomme, ni ante las acometidas de Zeits, Vine o Jesús Herrada. Por allí iba el prometedor Tom Pidcock, que va aprendiendo lo que significa una carrera de tres semanas. Bardet atacó en el momento clave en las rampas del Pico Villuercas, reivindicándose como ciclista. Los favoritos sestearon, sólo Miguel Ángel López hizo un ataque en los kilómetros finales, pero con poca renta, ya que el rush final de Roglič machaca todo y a todos.

El domingo 29 de agosto se nos quedó un poco cara de tontas. Se hablaba del desgaste del día anterior. Una oportunidad única para ciclistas con mentalidad ganadora. La etapa del Sistema Central, entre Navalmoral de la Mata y El Barraco, casi 200 km, con puertos para hacer daño (Pedro Bernardo o Mijares). Pero parece que todos van sobrados, el caso es que el líder, a una semana de llegar a Santiago sigue siendo Eiking, quien podría soñar con agarrarse a una clasificación de ensueño. Tres minutos sobre Miguel Ángel López. La etapa se la llevó Rafal Majka (UAE) en solitario, atacando a 70 km de meta. Casi nada, llegó acalambrado pero demostrando, igual que Bardet, que es un grandísimo escalador. El contraste era Fabio Aru, que quiso jugar a la rueda del polaco, pero su hundimiento fue evidente. El sardo se retira del ciclismo tras esta carrera -oh tempora oh mores, cuando la ganó hace 6 años-. Otro como Kruijswijk también lo intentó, pero su pedaleo redondo se quedó a minuto y medio del ganador final. Sólo Adam Yates atacó en el puerto previo a meta, 15 segundos en una etapa en la que podía haber pasado de todo.

Los abandonos se iban sucediendo, como Carapaz, que se desentiende tras un intenso verano de podio en el Tour y oro olímpico. También Omar Fraile, dolorido por una lesión en la espalda, o Max Schachmann, que no va como quería y decide pararse. Ya en la segunda semana, Philipsen se había bajado de la bici -con dos victorias como botín- y Álex Aranburu, que se había caído en la etapa del Rincón de la Victoria.

Ya en el norte llegó la tercera victoria de Fabio Jakobsen, por tierras cántabras, en un recorrido típico de esta zona, con un sube y baja que daba oportunidades a ciclistas de otro perfil. El asunto agonizó, tanto para la fuga del día como para los intentos finales de Vanhoucke o Dewulf. Al final, en la meta de Santa Cruz de Bezana, se imponía el maillot verde sobre Meeus y Trentin. Un aperitivo ante el terrible doblete de la montaña asturiana. La que decidiría la carrera de forma aplastante.

Primoz Roglič ha hecho lo que ha querido, disfrutando de la bicicleta y la competición. Aquí podríamos dejar esta crónica, ya que en Asturias se despejó todo, pero con la firmeza de que el esloveno iba a igualar a Tony Rominger, con tres victorias consecutivas.

Hubo épica y mucha en la etapa que acababa en Los Lagos. Era el desenlace definitivo de esta 76 edición de La Vuelta. 185 km con la novedad de las dos subidas a La Collada Llomena, un puertaco de primera que dejaría las piernas bien tiesas. Esta dureza junto con la lluvia y el frío provocaron un vuelco competitivo en la carrera. A destacar, el pundonor de un rabioso Egan Bernal, atacando lejos en el segundo paso por Llomena y llevándose a Roglič a rueda. Dos minutos de renta. Pero quedaba un mundo. Mucho antes, hubo otras apuestas que engrandecieron la etapa, como la de David de la Cruz, filtrándose en la fuga del día, sin esperar como otros, o Mikel Landa, que va a su aire en Bahrain, y buscó anotarse esta etapa clásica. Pero era un día para la general, concretamente para el poderoso Roglič, que asestó un hazacho mortal -al comienzo de La Huesera- a Bernal y de allí para arriba, una gran demostración de fuerza y ritmo. A Egan se le acabó la gasolina, siendo engullido por el selecto grupo de favoritos (Kuss, Superman López, Yates, Haig, Mas, Bernal y Mäder). Un minuto y medio de renta para Roglič, que sentenciaba su anunciada victoria.

Este hecho ensombrecería en parte la puesta en escena de la considerada etapa reina. Salvo los descalabros normales (Eiking y Martin), el top ten quedaba bastante definido. Ni el trabajo de Bahrain por un inapetente Haig ni la dupla de Movistar conseguirían fraguar grandes cambios. Eso sí, los 162 km entre Salas y el Altu d’El Gamoniteiru generaron situaciones interesantes. Era un etapón con mayúsculas, una jornada de dientes de sierra, con las ascensiones a San Llaurienzu, La Cobertoria, El Cordal -de infausto recuerdo para nuestro Fernando Escartín- y el estreno de otro Angliru -Gamoniteiru, 14 km a casi el 10% de pendiente media-. Un puerto de categoría especial, con su preciosa y libre toponimia en lengua asturiana. Una etapa para la gente de la general, a pesar de los esfuerzos de Michael Storer, incansable en sus cabalgadas, o de Geoffrey Bouchard, buscando un imposible en las primeras rampas del Gamoniteiru. La victoria fue para el colombiano López, atacó duro y le dejaron margen en el grupo de favoritos. Bernal quiso pero no pudo y el acelerón final de Roglič lo dejó a quince segundos del escalador de Movistar. De esta forma, consolidaba su tercer puesto en el podio. David de la Cruz persiguió fantasmas entre la niebla, pudo ganar en esta cima, pero Intermarché protegió sus intereses. Y poco que contar, ante la antesala de las etapas gallegas.

La etapa decimonovena fue para la fuga y allí Magnus Cort Nielsen volvió a demostrar que está de dulce. Los escapados tuvieron que luchar y trabajar mucho en ese terreno ondulado y pestoso entre Tapia y Monforte de Lemos (191 km), Muchos ataques y contrataques, pero al final el danés de EF lograba su tercera victoria en esta Vuelta, superando a Rui Oliveira (UAE) o Quinn Simmons (Trek), entre otros. Louis Meintjes tuvo que abandonar por una caída. Un deporte duro que no pacta ni con el diablo. Ni siquiera con un sufrido top ten.

El holocausto caníbal se produciría en la emboscada diseñada por Óscar Pereiro, una pequeña Lieja, de 202 km entre Sanxenxo y Mos. Castro de Herville, con un desnivel positivo de 4200 m. Casi nada. Una sucesión de subidas en los últimos 90 km y con final en un puerto de segunda. Era el asalto al podio de Bahrain, aunque sucedió de manera inesperada, en un día en el que casi pudo ganar cualquiera. Ineos también hizo su apuesta por Yates y en uno de esos ataques, se rompió el grupo de favoritos, quedando cortado Miguel Ángel López. Era una odisea cubrir el hueco y aquí la cabeza del colombiano se vino abajo, viendo que perdía sus opciones de podio. Se bajó de la bici y se retiró. No hubo cámaras que presenciaran el momento. Pero es un hecho que pasará a la historia de La Vuelta. Resiliencia le llaman. Haig amarraba el tercer puesto del podio. Y la fuga pudo revolotear con los favoritos en la subida a Herville. Gibbons, Bizkarra, pero al final el más listo fue Clément Champoussin (AG2R), cuando Roglič, Yates y Mas afilaban los cuchillos. Un buen estreno para este joven escalador nizardo.

Y la etapa final, 33 km de contrarreloj entre Padrón y Santiago de Compostela, recorrido suficiente y decisivo para resolver una general apretada pero no era el caso de este año. Ganó el elegido, Primoz Roglič y del resto no hubo mucha historia. Magnus Cort quedó segundo, besando su cuarta victoria en La Vuelta, y en tercera posición el holandés Thymen Arensman (DSM). Poco más.

Una Vuelta de escasos nombres, aunque muchos se repitieron hasta la saciedad, como Roglič, Jakobsen -maillot verde muy merecido-, Cort Nielsen, Storer -y la montaña-. Y demasiados equipos que se fueron sin victoria, desde los humildes hasta otros como Astana, Bora, Cofidis, BikeExchange y un largo etcétera. Para el ciclismo estatal continúa el exilio, el podio de Enric Mas no oculta que ningún corredor del Estado español haya alzado los brazos en las tres grandes de 2021. Un hecho insólito.

Otra victoria de Van Vleuten

Van Vleuten sentenciando la Ceratizik Challenge. Foto: Unipublic / @CharlyLópez

El ciclismo femenino profesional daba un salto de calidad con la séptima edición del Ceratizit Challenge by La Vuelta, tras no celebrarse en 2020, ampliando su duración con cuatro etapas por Galiza, del 2 al 5 de septiembre, coincidiendo con el final de la prueba masculina. 24 equipos en liza, buscando una sucesora para el cetro de Lisa Brennauer. La primera etapa, de recorrido sinuoso, transcurrió entre la estación de montaña Manzaneda y A Rúa, en Ourense, de 118 km, imponiéndose la suiza Marlen Reusser (Alé BTC Ljubljana), con una fuga en solitario. A 22 segundos llegaba un reducido trío, comandado por Coryn Rivera (DSM). Marlen llegaba en un estado impecable a esta Vuelta, plata en contrarreloj en los Juegos de Tokio, es una excelente rodadora.

La segunda etapa era una cronoescalada de 7 km en Cabeza de Manzaneda, en la que Annemiek van Vleuten (Movistar) se impuso con cierta holgura, 20 segundos sobre Reusser, que mantenía el liderato. El tercer mejor registro fue para Marta Cavalli (FDJ), a medio minuto de la ciclista holandesa. En la tercera etapa llegó la sentencia de Van Vleuten y lo hizo a lo grande, con una escapada en solitario a falta de 50 km para la meta en Pereiro de Aguiar. Era una etapa sinuosa, de 107 km, de media montaña, típica del territorio gallego. Van Vleuten se escapó en compañía de Kata Blanka Vas, Elisa Longo Borghini y Katarzyna Niewiadoma. La ciclista del Movistar se deshizo de sus compañeras de fuga, por detrás el pelotón roto, y la líder Reusser llegando a más de tres minutos. Un vuelco en la general en una de las etapas señaladas para ejecutar.

La cuarta y última etapa tuvo poca historia para la lucha por la victoria final. Una jornada plácida entre As Pontes y Santiago de Compostela, de unos 100 km, ideal para un sprint o una corredora potente. Y así fue, la victoria se la llevó Lotte Kopecky (Liv Racing), una completísima velocista, vencedora este año del Lotto Belgium Tour. Se impuso a Elisa Longo Borghini (Trek), a cuatro segundos llegaba Anna Henderson (Jumbo-Visma) y a partir de ahí, todo el reguero de corredoras.

La victoria de Van Vleuten no nos pilla de sorpresa, para estas lides la fichó Movistar. Le acompañó en el podio, Marlen Reusser, y tercera, a más de tres minutos, Elise Chabbey (Canyon SRAM). Anna Van der Breggen, se puede decir, que ni disputó. Tal vez, cogiendo rodaje para los mundiales de Flandes. Esperemos que se vaya consolidando esta carrera, muy necesaria para generar referentes en el ciclismo femenino.

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