Hace pocos días leía y disfrutaba un artículo del periodista Emilio Previtali en Rouleur. Un alegato del ciclismo lento que choca y mucho con nuestra sociedad de la inmediatez. Hace ya unos años que cambié mi chip cicloturista. Me gusta ir rápido, pero sobre todo planifico rutas, algunas, para disfrutar, sin pulsómetro, parando donde me apetece, dejándome llevar por las sensaciones del pedaleo. Fotografía, parada y fonda. Respeto y saludo. Alzar la vista y respirar. ¿Ir lento? Cada pedalada siempre te acerca a tu objetivo. No hay otra. Esa es la esencia.
Casi casi, podríamos definir esta tercera semana de la Vuelta como el goce final de un equipo que ha disfrutado, haciendo del ciclismo una partida de ajedrez con las mejores piezas. El resto de rivales, meras comparsas. Sin despreciar. Al final, han hecho Historia. Con mayúsculas.
Vingegaard atacando en Bejes. Gana fácil, con su pedaleo contundente y se coloca a un suspiro de Kuss. 29 segundos. En una etapa que inauguraba la semana definitiva de la carrera, ya por el norte y con Jumbo generando avivados debates de todo tipo. Puñaladas, egos, amistades y egoísmos. El caso es que fue un desenlace sencillo, a nivel de recorrido. Cantabria se merece un poco más. Sal y pimienta. Subidas, bajadas y emboscadas. La explosividad del final en alto de Bejes, casi 5 kilómetros al 9% dejó un escenario en el que el danés atacó primero. Y ya se sabe, quien hace eso, siempre golpea dos veces.
L'Angliru no reventó la general. La jornada icónica, en la última semana. 124 km con inicio en Ribeseya, previo paso por La Colladiella y Cordal. Un puerto muy duro, demasiado. Cada uno a su ritmo, en esos interminables kilómetros con el dígito de pendiente al 20%. Un suplicio. Lo fue para Remco, que quiso lucirse. Bahrain hizo su apuesta por Landa. Mikel quería la etapa. Pero la dictadura holandesa no estaba para regalar nada. Así que Roglic puso ritmo, Vingegaard a su rueda. Y entre niebla y velocidades de BTT, Kuss agonizaba. Poca historia hubo. Victoria para el esloveno y por detrás Landa poniendo ritmo al líder Sepp, minimizando daños, y dándole la seguridad de conservar el jersey rojo. De paso, el escalador vasco se aupaba al 5º puesto de la general, a un suspiro de Ayuso. Cada vez me aburre más la subida a L'Angliru, poco sucede, los desarrollos compactos hacen que cada ciclista se ponga su límite. En el Trentino se sitúa una montaña, Malga Palazzo o Scanuppia, que tiene rampas superiores al 40%, sale una media terrorífica del 18% de pendiente en 7 km. Casi nada. Ahí está para deleite de reportajes y cicloturistas con pretensiones.
Asturies se despidió de esta edición con un bello paisaje. 18º etapa con un debutante montañoso: el puerto de la Cruz de Llinares. 178 km entre Pola de Allande y el citado alto, previo paso por varios puertos, el duro San Lorenzo entre ellos y doble subida a este mirador, de vistas preciosas y entrada al Parque Natural Les Ubiñes-La Mesa. 8 km al 8%, las cifras idóneas para que hubiera espectáculo. Una vez más fue Remco Evenepoel el animador de la jornada, a su ritmo, con otros escapados a su rueda y reventando a todos con su pedaleo machacón. Puerto a puerto, soltando en el primer paso por la Cruz de Llinares a Caruso o el prometedor escalador Max Poole (DSM). Diez minutos largos de ventaja para un corredor, que quizás no sea el nuevo Merckx de grandes vueltas pero sí en cuanto a ganar y ganar etapas. Atrás, la pax del tridente del Jumbo. Poca sustancia y un Vingegaard que se descolgaba en el sprint final, para dejar zanjado el debate sobre el liderato de Kuss.
De esta forma la jornada del sábado dejaba pocos asuntos que resolver. El supuesto duelo en pocos segundos de Ayuso, Landa y Mas y se acabó. Una etapa tipo clásica por el sube y baja de Guadarrama y San Lorenzo de El Escorial, cotas de tercera y más de 200 km. El entretenimiento llegó con la fuga, en un bonito desenlace entre Wout Poels (Bahrain), Evenepoel -buscando un póker de victorias-, el combativo Pelayo Sánchez (Burgos-BH), Lennert Van Eetvelt y Marc Soler. Gran victoria para Poels, que añade un bonito triunfo al conseguido en julio en el Tour. Un corredor de equipo, que trabaja cuesta arriba para Landa y con calidad para resolver una etapa de la forma que lo hizo. Por detrás, los Jumbo abrazados, el colectivo haciendo historia.
Entre Asturies y Guadarrama, una oportunidad para los sprinters (recorrido llanísimo entre La Bañeza e Íscar) y aquí hubo victoria para Alberto Dainese (DSM), un buen velocista que ya tenía triunfos en el Giro. Se impuso a Ganna y también a Marijn Van den Bergh (EF). Y la fiesta de Madrid, se la llevó Kaden Groves, confirmando su maillot de la regularidad.
La organización de la Vuelta ha sido este año bastante deficiente. Por ser suaves. A ello se suma la “gestión” de la policía -cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado- en determinados momentos de la carrera. El vídeo con el auxiliar del Jumbo, sin ningún tipo de empatía por el trabajo de personas fundamentales cuando el ciclista llega a meta, tras una etapa de montaña.
Al final, Sepp Kuss, un tipo simpático, ganó la Vuelta. Este año ha completado las tres grandes rondas, trabajando en Giro y Tour para que sus compañeros de podio, completaran objetivos. Una fuga bidón y sus hechuras como escalador han hecho el resto. Haciendo historia, con un podio completo por parte de un equipo, el Jumbo-Visma. Es la primera vez que pasa. Y 2023 se convierte en la absoluta hegemonía de la escuadra neerlandesa de Addy Engels. Giro, Tour y Vuelta. No hay más.
Más información y clasificaciones en la web oficial de La Vuelta.