Tour 2023: el tercio que reventó la igualdad

Jonas Vingegaard sentenció uno de los mejores Tour de las últimas décadas en la crono, para terminar rematando a Tadej Pogaçar en la considerada etapa reina. Es el segundo amarillo en París para el danés del Jumbo. En 2024 habrá salida florentina y final en Niza. Queda mucho. Mientras tanto, disfrutaremos del Tour femenino y La Vuelta.

Vingegaard celebra su segundo Tour consecutivo | Foto: @LeTour

Envejeció muy mal la conclusión de la crónica anterior, aunque entrando en la tercera semana de una gran vuelta, el fondo cuaja y a algunos los revienta. Iremos por partes. Pero el gato de Schrödinger era Tadej y en realidad, su lucha por las bonificaciones era humo. I'm gone. I'm dead, subiendo el interminable col de la Loze. Pero hay más felinos muertos (o supervivientes) por la causa en esta agonística tercera semana. Pasemos revista.

La deseada contrarreloj (22 kilómetros entre Passy y Combloux) abría este tercio. La colina Hinault sentenciaba el Tour, como hizo el tejón bretón en el mundial de 1980, el más duro que se recuerda. Sólo lo acabaron 15 ciclistas. Dos kilómetros y medio al 9,4% de pendiente. Domancy. Un nombre que vuelve a poner a cada uno en su sitio. Y en este caso con una exhibición contra el crono que no se veía desde la época de Induráin (Luxemburgo o Bergerac como lugares comunes y míticos). Igual que para los vinos con posos, hay que usar un decantador, el líder danés ganó y arrasó a todos en unos 22 km que pasarán a la historia. Decantó el vino y varias barricas. 1' 48” a Pogaçar (2º en la etapa) y casi tres minutos a Van Aert (3º). Aplastó todo. Era su momento. Y de inmediato, llegaban las sospechas. Un clásico. Supuesto dopaje, superioridad extraña.

Y un dato que me impresionó. Jonas Vingegaard tiene el segundo VO2max más alto jamás registrado, es decir la capacidad máxima de oxígeno o capacidad aeróbica. 97 mililitros por kilogramo por minuto es su capacidad. LeMond o Hinault tenían 93, Induráin, 88 y Pantani, 84. Por comparar un poco. Aunque hay discusiones sobre el tema y tampoco esto justifica nada en sí. Un tal Oskar Svendsen tiene el tope (97,5). No todo es capacidad física, lógicamente, pero puede explicar algunos rendimientos puntuales.

Punto y aparte para escribir sobre algaradas, comportamientos de aficionados y negligencias de la organización. En la etapa de Saint Gervais un aficionado tiró a varios corredores del Jumbo al estar más pendiente del móvil que del paso de la carrera. El equipo va a denunciar a este señor. Bengalas, invasiones de carretera, empujar, correr al lado de los ciclistas. Otro clásico peligroso, que al grabarse todo, se amplifica. A Pogaçar le frenó una moto de la televisión cuando iba a atacar en la cima del Joux Plane. También vimos en la Loze, una moto tumbada en la carretera que frenaba en seco la remontada de Vingegaard para tratar de ganar la etapa. Y escenas curiosas, como a Cosnefroy bebiendo cerveza en el Joux Plane, abrazándose a los aficionados... Creo que yo hubiera hecho lo mismo.

La sentencia definitiva llegó en la considerada etapa reina de este Tour. 165 km entre Saint Gervais y Courchevel, con las ascensiones de Saisies, Cormet de Roselend y Longefoy, antes de la fiesta final en el Col de la Loze (2.304 m de altura, 28 km de subida). 5.000 m de desnivel positivo. Una fuga de 34 corredores y un ritmo alto de persecución por parte de Jumbo. Desgaste y ciclistas variados peleando por mejorar su puesto en la general o llevarse esta codiciada etapa. Gaudu, Simon Yates, Pello Bilbao, Guillaume Martin, también buenos gregarios y cazaetapas aventureros. Todo pasó en la Loze, por delante el austríaco Felix Gall  (AG2R) atacando a 13 km de meta, por delante las pistas de los remontes y todos esos muros interminables, agonísticos, de doble dígito. Un puerto descubierto en 2020, cuando parecía que Roglic amasaría su soñado Tour. La etapa no acabó en la cima, ya que tras una abrupta bajada de 5 km se llegaba al altipuerto de Courchevel, tras un rampón al 18%. A Gall ya no lo vieron hasta la meta, gran escalador, de pedalear siempre sentado y con cadencia alta. Simon Yates fue el único que pudo darle caza, pero se quedó a medio minuto de su objetivo. Pogaçar petó a un mundo de coronar, lo que dejó a todo el mundo descolocado. Se rompía el grupo de elegidos, con Vingegaard abriendo gas, aunque tarde para cazar a Gall. Todo despedazado, diferencias de etapa de alta montaña. Y Tadej bien ayudado por Marc Soler, llegando a casi seis minutos del maillot amarillo. Carlos Rodríguez se alejaba un poco más de sus opciones de podio. La montaña rusa colapsó...

Y tras el éxtasis, llegó la calma. Con dos etapas en las que la fuga llegó a buen puerto. Desenlaces entretenidos y también momentos bochornosos, como el protagonizado por Philipsen. Se puso nervioso en la etapa del jueves, viendo que los fugados tenían potencial para lograr su fin, e hizo de matón cuando Pascal Eenkhoorn (Lotto) quiso tirar adelante, en favor de su compañero Campenaerts. Egoísmo y malas formas, lo que me hizo recordar el delicioso pasaje de Sócrates en bicicleta (2021, Libros de Ruta), en el que un Marx ciclista exhorta un manifiesto en el que interpela a los proletarios del ciclismo, para que se unan y rompan con la dictadura de los velocistas y escaladores. Todo muy clarito en este ensayo de Guillaume Martin, ciclista que acabará el Tour en el top-10 de la general. En esta jornada de 184 km, entre Moutiers y Bourg-en-Bresse, ganaron los héroes sobre los villanos, en una persecución trepidante, en la que Kasper Asgreen (Soudal) impuso su velocidad sobre el mencionado Eenkhoorn y Jonas Abrahamsen (Uno-X), tras el buen hacer de Victor Campenaerts (Lotto). A los sprinters les faltaron 100 metros. Un suspiro. La 19ª etapa repitió guión pero con más caos, por un terreno más quebrado que circulaba entre Moirans-en-Montagne y Poligny (172 km), atravesando el Jura. Muchos interesados en organizar la escapada y velocistas que se filtraban. Las fuerzas en la tercera semana flaquean para todas. Así que hubo revuelta y Philipsen, Trentin o Pedersen se buscaron la vida. También Alaphilippe -voluntarioso pero sin brillo en este Tour-, Benoot, Pidcock y unos cuantos más. Al final, O'Connor, Asgreen y Mohoric se disputaron la victoria. El esloveno del Bahrain remontaba en la foto-finish al danés Kasper.

En 1905 el Tour asciende sus primeras montañas, no fue ni en Pirineos ni tampoco en los Alpes. Eligieron los Vosgos, en una etapa entre Nancy y Besanzón, de casi 300 km. Se ascendió el Ballon de Alsacia. Igual que en esta edición, 118 años después. Carreteras descarnadas, bosques de pinos, dureza pero sin pasarse, altura controlada. El terreno de entrenamiento de Thibaut Pinot (Groupama), que a sus 33 años, ha decidido retirarse del ciclismo. Un buen escalador, con una mente algo inestable, capaz de lo mejor y de lo peor. Pinot quiso lucirse ante su público y casi lo consigue en esta penúltima etapa del Tour. Recorrido entre Belfort y Le Markstein Fellering. 133 km, con un encadenado de puertos y meta en una planicie montañosa a 1200 m de altura. Pinot agonizó en la última subida, al duro Platzerwasel (7 km al 8%). Iba fugado, con una renta escasa y alentado por sus aficionados. Todo muy bonito. Pero fue capturado por sus perseguidores, Pidcock, Harper y Barguil. Y atrás el UAE no quiso que Pogaçar se quedara con un regusto amargo del Tour, con lo que al final la etapa sería para los más fuertes de la general. Los de siempre, junto a Felix Gall. Los hermanos Yates también lo intentaron. Mientras, por detrás, Carlos Rodríguez peleaba para no perder su 4º puesto en la general. Una caída bajando el Ballon de Alsacia lo dejó muy perjudicado, igual que a Sepp Kuss. El ciclismo que quita y pone. Pogaçar ganaba su segunda etapa y Simon Yates se aupaba a ese escalón justo por debajo del podio.

Jordi Meeus es casi un desconocido. El sprinter flamenco del Bora se impuso en la volata más prestigiosa, la de los Campos Elíseos. Casi nada. Su mejor puesto había sido el sexto en Burdeos. Batió a Philipsen por poco, muy poco. Será el karma para el maillot verde. En todo caso, ahí queda su hazaña, como el intento de Pogaçar en el segundo giro al circuito parisino. Van Hooydonck (Jumbo) hizo de secante. El esloveno da la sensación de correr para el hype del aficionado, el vídeo breve, la foto en redes, el like viral.

Finalizamos crónica repasando nombres propios. Jonas Vingegaard gana su segundo Tour consecutivo con una solidez impresionante. A sus 26 años, puede abrir una época de dominio absoluto. Ya ha anunciado que correrá La Vuelta. El otro superhéroe fue dignamente derrotado. Pogaçar corre para la historia y eso le honra. No sabemos si seguirá con su calendario amplio -quiere ganar todos los Monumentos- o se centrará en preparar el Tour. El tercero en el podio es Adam Yates, regular y constante. Primer líder de la carrera, a sus 30 años logra su mejor resultado en una gran vuelta. Carlos Rodríguez y sus 22 años, otro tipo regular como pocos. Es complicadísimo debutar en el Tour y acabar top-5 con victoria de etapa.

Toca hablar de más protagonistas relevantes que nos deja la carrera en lo bueno y en lo malo. Como Giulio Ciccone (Lidl-Trek), que ha luchado como un chabalín por el maillot a puntos, el de mejor escalador. O Thomas Pidcock, que quiso jugar a la general, pero lo ideal es que buscara victorias en parciales. Tenemos a Felix Gall, un ciclista como la copa de un pino, que se ha mostrado como un buen fondista.

Hace cuatro años llegaba de amarillo a París, Egan Bernal corre para sentirse ciclista y lo ha vuelto a ser. Parece que va dejando poco a poco atrás las secuelas de un accidente que casi acaba con su vida. Hablar de un decepcionante Van der Poel es decir mucho, por su potencial. Es probable que esté afinando su puesta al mundo para el Mundial de Glasgow, aún con todo ha hecho de perfecto lanzador para Philipsen. Ciclistas como Mathieu Burgaudeau (TotalEnergies), no ganó etapas pero estuvo en muchas fugas, siempre buscando e intentando. O Sepp Kuss, que se confirma como el mejor gregario del mundo cuando la carretera se empina, fiable al 100%, lo ha sido para Roglic y también para Vingegaard -con 12º puesto en la general-.

Un gran Tour. De los mejores de las últimas décadas. Sin duda. En 2024 habrá salida florentina y final en Niza. Queda mucho. Mientras tanto, disfrutaremos del Tour femenino y La Vuelta. ¡Aúpa!

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies