El candidato de la coalición de extrema derecha PP-Vox-PAR, Jorge Azcón, ha realizado su discurso de investidura nervioso, frío, distante y triste. Ha desgranado las líneas generales de su acción de gobierno basadas en el neoliberalismo más clásico y ya fracasado: bajada de impuestos, es decir, menos estado redistribuidor de riqueza y servicios públicos, y colaboración público-privada, esto es, trasvase de dinero público a empresas privadas. Sin embargo, también ha anunciado un aumento del gasto en la educación y sanidad privadas. Y es que, recuerden, cuando la derecha gobierna aplica su sectarismo ideológico desde el primer al último minuto de su mandato, favoreciendo desde las instituciones los intereses de sus élites.
