Al candidato a presidir la DGA por el bloque de las derechas y ultraderechas, Jorge Azcón, le están complicando su deseado pacto desde Madrid. Por un lado el líder estatal del PP, Alberto Núñez Feijóo, está obligando a sus sucursales, ya sea en Aragón, o en Extremadura, Baleares o País Valencià, a pactar con el ultraderechista Vox, aún a costa de rechazar la vigencia de los Derechos Humanos. Y, por otro lado, el líder del nacionalismo hispano-madrileño, Santiago Abascal, reitera una y otra vez, su intención de entrar en gobiernos de coalición con PP, prometiendo ejecutar un trasvase del Ebro a varias cuencas y “agua para todos por el sistema que sea”.
Así, un mes después de las elecciones del 28M, Azcón sigue ocultando el contenido de sus negociaciones con el ultraderechista Vox para formar gobierno. Y aunque ya ha tragado con las posiciones ultraderechistas de negación de la violencia machista, del cambio climático, o de la utilidad de las vacunas contra el Covid-19, colocando a Marta Fernández como presidenta de las Cortes, y guarda silencio sobre la intención de Vox de disolver las instituciones de gobierno aragonesas, la defensa de la ultraderecha del trasvase del Ebro se le puede atragantar hasta el punto de romper las negociaciones, por lo que, a la fecha, cualquier escenario es posible, incluyendo la repetición de elecciones si fracasa la investidura de Azcón, pues el resto de formaciones políticas de todo el arco parlamentario, también han reiterado su negativa a participar directa o indirectamente en un pacto que incluya a Vox.
Parece pues, que el trasvase del Ebro puede ser la gota que rebose el pantano y dinamite el pacto PP-Vox deseado por Azcón, que ya gobernó gracias a la ultraderecha la ciudad de Zaragoza.
La sociedad aragonesa ya ha rechazado, masiva y reiteradamente, su oposición al trasvase del Ebro
La amenaza de trasvasar agua del río Ebro a otras cuencas parece que nunca termina de desaparecer. Podría decirse que la sociedad aragonesa lleva defendiendo su rechazo al trasvase ‘desde siempre’, pues durante las últimas décadas tanto gobiernos del PP como del PSOE han intentado desde Madrid ejecutar diferentes modalidades de trasvases desoyendo el clamor popular en su contra.
Ahora, en su estrategia habitual, es el ultraderechista Vox quien ha resucitado el tema para intentar dividir y enfrentar a la sociedad aragonesa. Vox vive del conflicto, de la bronca permanente, y se alimenta intentando romper cualquier consenso social que se escape de sus postulados trumpistas. Pero en Aragón, con el trasvase del Ebro es muy posible que pinche su estrategia de odio y división, pues es esta una cuestión transversal, el electorado aragonés de derechas, centro, izquierda, pero también de ultraderecha no consentirá, por muy diferentes razones, que se reavive la amenaza del trasvase del Ebro a otras cuencas.
Unanimidad política rechazando la propuesta de la ultraderecha
El PP de Azcón, en plena negociación secreta con el ultraderechista Vox y poniendo en riesgo el hipotético pacto de gobierno, ya ha tenido que asegurar públicamente que “se opone tajantemente al trasvase”, y que es “inviable técnica y económicamente e incompatible con las directivas europeas”. Desde la derecha regionalista, el PAR ha asegurado que el trasvase es una de sus líneas rojas. El portavoz del PAR, Alberto Izquierdo, aseguraba que “el no de los aragonesistas es más rotundo que nunca. Es una barbaridad económica y política. Pediremos un compromiso por escrito”, contra la ejecución del trasvase en caso de seguir manteniendo negociaciones con Azcón.
Por su parte, el portavoz de Aragón-Teruel Existe, Tomás Guitarte, que también negocia con el PP siempre que este excluya a Vox, reiteró su “rotundo rechazo al trasvase del Ebro, que es una aberración desde el punto de vista medioambiental que acentúa todavía más los desequilibrios entre territorios. Vox vuelve a emplear la confrontación entre ciudadanos para abordar un problema tan grave y complejo como la falta de agua”, recalcaba.
También Podemos Aragón, por boca de su portavoz, Andoni Corrales, ha calificado la propuesta de trasvase de “barbaridad que ilustra el peligro de que Vox llegue a los gobiernos, desoyendo los conocimientos científicos y a la gente con talento”.
Con más contundencia se expresaba Joaquín Palacín, presidente de CHA, que aseguró que Vox “les tendrá en frente contra su defensa del trasvase”, pero no olvidó recordar que “el PP está entregando cuotas de poder a los trasvasistas, de manera que se convierte en cómplice de esta jugada, porque para Jorge Azcón todo vale y, además, está absolutamente preso de las decisiones de Vox”. Así, Palacín lamentaba que “en Aragón vamos a ver un retroceso en la política hidráulica, alejándonos de la nueva cultura del agua”.
En similar sentido se expresaba Álvaro Sanz, portavoz de IU Aragón, quien advertía “que votar a VOX o PP es votar sí al trasvase del Ebro”, así como que “IU espera una respuesta social y política contundente frente a la ultraderecha negacionista y trasvasista”. Izquierda Unida en Aragón asegura que el trasvase del Ebro “es un sinsentido social y ambiental ya superado” y afirma que es “increíble que en pleno siglo XXI la ultraderecha intente resucitarlo”, Sanz añadía que “decir que el agua que va al mar es desperdiciarla denota un completo desconocimiento del ciclo del agua y de cómo gestionar este bien tan preciado y escaso”.
“En estos momentos de crisis climática es necesaria una respuesta social y política contundente y posicionarse firmes frente a la política negacionista del cambio climático de la derecha y la ultraderecha. Ante la sequía y la merma de los recursos hídricos, abogamos por garantizar los derechos, garantizando también la sostenibilidad, una mejor planificación del uso del agua con una mayor concienciación de su valor”, recalcan desde IU.
También el candidato de Sumar Aragón en las elecciones del 23J, Jorge Pueyo, ha manifestado su indignación, señalando que “los aragoneses no os vamos a permitir destruir nuestra tierra, nuestra economía y nuestro futuro”.
El secretario de organización del PSOE en Aragón, Darío Villagrasa, criticó “la soberbia con la que Abascal apuesta por el trasvase y las alusiones a las transferencias entre cuencas, que en su día defendió Pablo Casado, y en la actualidad el valenciano Carlos Mazón”, ambos del PP.
Por ello, desde el PSOE Aragón han impulsado una proposición no de ley que “rechaza las transferencias, defiende la reserva hídrica de 6.550 hectómetros cúbicos que recoge el Estatuto de Aragón, reprueba la actitud insolidaria de Abascal y afea el uso político de las crecidas extraordinarias del Ebro”, que se debatirá en las Cortes pero ya en septiembre.
También desde fuera de Aragón, voces solidarias, se oponen al trasvase del Ebro
La Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía “rechaza la posibilidad de trasvasar agua del Ebro que defiende VOX: la solución no es estropear otro río”, y señalan con preocupación “la creciente popularidad en el entorno de la extrema derecha de soluciones mágicas que prometen agua sin atender a ningún criterio científico”.
Consideran que “es prioritario reducir la demanda de regadío en el Levante y no poner en mayor riesgo el Delta del Ebro, un espacio natural único y de vital importancia para nuestras costas mediterráneas, como ha ocurrido ya con el Mar Menor y el Tajo”.
Recuerdan que “Santiago Abascal volvió a manifestar sus intenciones el pasado sábado en Madrid. El objetivo del líder de la extrema derecha ‘es evitar que se sigan tirando al mar hectómetros y hectómetros del agua que nuestro pueblo necesita’. Es decir, su objetivo es atentar contra el ciclo del agua, que parece no comprender”.
“Palabras huecas, promesas vacías que sólo generan confusión en la gente que les cree a pies juntillas y se piensa que la solución a todo es fácil”, explica la presidenta de la Asociación de Municipios Ribereños, María de los Ángeles Sierra.
“Desde VOX pretenden resucitar un rimbombante Plan Hidrológico Nacional con el cual se refieren sencilla y llanamente a construir más trasvases, en especial un hipotético trasvase del Ebro. Una construcción que no tumbó Zapatero, sino la Unión Europea porque atenta directamente con la Directiva Marco del Agua y era un absurdo en términos económicos cuando el del Tajo no ha sido amortizado todavía en más de 40 años fruto de unos cálculos excesivamente optimistas”, enfatizan desde la entidad social.
Por su parte, el vicepresidente de la asociación, Borja Castro, destaca que “parten de un grave problema de desconocimiento, suponiendo que el agua que va al mar se pierde y lejos de avergonzarse, prometen soluciones mágicas sin ningún criterio técnico más que su propia percepción de la realidad, malo en un ciudadano, peligrosísimo en un representante político”.
Por todo ello, la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía rechaza “tajantemente la posibilidad de disminuir el envío de aguas del Tajo en base a un trasvase del Ebro y reclaman apoyo a los ciudadanos y colectivos que defienden el Ebro: somos la primera línea de defensa del Ebro, como lo somos también del Mar Menor, decir no al trasvase Tajo-Segura es decir no a un modelo depredador de recursos que prima el beneficio económico de una minoría por encima del beneficio de la sociedad”.