Empleado por el fascismo como lugar de fusilamiento masivo en la comarca de Calatayud durante los años de la Guerra de 1936 y los primeros de la dictadura franquista. Se estima que entre 400 y 500 personas fueron asesinadas aquí, víctimas de la represión fascista. Recientemente fue declarado lugar de memoria democrática, tras meses de demandas de las víctimas y asociaciones memorialistas. Ahora se convierte también en Bien de Interés Cultural.
