Vivimos junto a Casimiro y a Marcelino las alegrías y las penalidades que este trabajo reporta. Desgraciadamente, ellos no podrán ver culminado este proceso que dura ya casi 5 años. Ambos se encontraban muy ilusionados en poder rendir homenaje público a los pomerinos asesinados por el fascismo, que pensábamos realizar este verano, hasta que llegó el dichoso coronavirus y retrasó los últimos trabajos.
