No me gusta complicarme en el seguidismo de las noticias y siempre prefiero hacer valoraciones más generales que dejarme arrastrar por las olas mediáticas, pero he de reconocer que lo de Tamames me puede. Pescar en la cesta de los recuerdos, para intentar deslegitimar al contrario, es un viejo truco que conoce cualquier político del tres al cuarto. Escoger a un antiguo icono de las izquierdas para desautorizarlas, servirá de algo para quienes solo se queden con el trazo gordo, pero a los demás no nos la dan con queso. Tamames siempre fue un segundón en el "partido" y, al …
