Las asociaciones consideran una temeridad alimentar expectativas de nuevos regadíos, ligados al recrecimiento de Yesa y al impacto ambiental, por la falta de viabilidad de estos proyectos. Proponen una reducción de 8.000Ha de regadíos en zonas de elevada salinidad, la modernización de 42.000 Ha y un cambio en el modelo agronómico dirigido a la agroecología.
