Este pasado jueves se llevó a cabo una concentración ecologista en las puertas del edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, en la que se denunció la construcción del complejo eólico Monlora -en la Sierra de Luna- que amenaza al mayor dormidero comunal de alimoches del Valle del Ebro.
Según las organizaciones ecologistas, las autorizaciones del complejo Monlora y otros parques de la Sierra de Luna ignoraron la existencia de ese enclave conocido desde hace más de treinta años tras una sucesiva cadena de omisiones. Por ello han exigido la parada biológica (marzo-septiembre) de los aerogeneradores en un radio de 15 kilómetros según las recomendaciones científicas.
También se ha hecho una entrega simbólica de las 58.000 firmas recogidas en la plataforma on line Change.org. La plataforma y campaña de firmas SOS-Alimoche iniciada por la asociación Fondo Natural, cuenta con el apoyo público de la Asociación Naturalista de Aragón-ANSAR; Amigos de la Tierra Aragón; Fondo Navarro Gurelur; Fondo Amigos del Buitre; Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos; Fundación para la Conservación del Buitre Negro; Fundación Vida Silvestre Mediterránea; Asociación GREFA; Asociación Trashumancia y Naturaleza; SEO/BirdLife; y Ecologistas en Acción.
El dormidero comunal de la Sierra de Luna llega a albergar un centenar de ejemplares de alimoche de los estados español y francés, y también varias decenas de buitre leonado. Ambas aves planeadoras son muy vulnerables ante los aerogeneradores y son víctimas frecuentes de esas máquinas. "El alimoche en especial es una especie protegida, en regresión por los venenos, por lo que la mortalidad de cualquier ejemplar es una amenaza para la viabilidad de la especie dada su baja tasa reproductiva".
En la Sierra de Luna se han ido levantando varios cientos de aerogeneradores más los tendidos eléctricos de evacuación durante años, sin considerar la existencia del dormidero comunal, afirman desde las organizaciones ecologistas. A pesar de las advertencias de dichas entidades, el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) ha autorizado la ubicación de tres máquinas a un kilómetro o menos del dormidero. A posteriori ha obligado a los promotores a instalar un sistema de disuasión -sin contrastar su nivel de eficacia- basado en 'pitidos' pero el cual sólo estaría funcionando dos meses, y a pintar las palas de colores. "La inminente puesta en marcha de las máquinas amenaza a buitres y alimoches que entran y salen del dormidero", aseveran.
Hay que recordar que de por sí los aerogeneradores son letales para estas rapaces, como atestiguan los constantes siniestros por todo Aragón y en el resto del Estado español.