Periodistas y medios libres de Aragón con Pablo González, contra el silencio y la indefensión

El periodista vasco cumple 17 meses en una prisión de Polonia, en aislamiento, sin pruebas, ni garantías procesales. 17 meses de injusticia, de indefensión. Sin el apoyo del Gobierno, ni del aliento que debería de la profesión. AraInfo, Radio Topo, Radio Monotes y Koiné TV, y periodistas de este Diario Libre d'Aragón, unimos nuestras voces para exigir su inmediata liberación y el respeto a la libertad de expresión. En tiempos oscuros en los que la censura vuelve a asomar, las voces de primera mano, como la de Pablo, se antojan más necesarias que nunca.

Imagen compartida por Pablo González en sus redes sociales durante uno de sus viajes a Ucrania.

17 meses. Más de 500 días, más de 12.360 horas, más de 741.600 minutos. Es el tiempo que lleva privado de libertad nuestro compañero, el periodista vasco Pablo González. Encarcelado en régimen de aislamiento en una prisión polaca, en durísimas condiciones. Sin pruebas, ni garantías procesales. Mucho tiempo. Demasiado tiempo en el que "nada ha cambiado", denunció Oihana Goirena, su compañera, el pasado 13 de julio en un mensaje en las redes sociales difundido a través de la cuenta #FreePabloGonzález: "Continuamos con la misma opacidad, con los mismos interrogantes y con una certeza: se están vulnerando los derechos de Pablo González, el padre de mis hijos. No le han permitido hablar por teléfono con ellos. Solo saben de su padre a través de cartas que llegan con meses de retraso, previo paso por la censura. Solo ha recibido dos visitas de su familia, siempre con estricta vigilancia por los cuerpos de seguridad de la prisión y miembros del servicio secreto polaco. No sabemos cuando volveremos a verlo. En estas dos únicas visitas, he comprobado que ha perdido mucho peso. Y, aunque es fuerte, su ánimo se está resintiendo con estas condiciones extremas, por la incertidumbre de no saber cuando va a tener un juicio justo y por cuando va a volver a abrazar a sus hijos, a su familia, a sus amigos".

A Pablo González lo detuvieron el 28 de febrero de 2022 agentes de la Agencia de Seguridad Interna de Polonia. Se presentaron de madrugada en el hotel en el que se alojaba, en la localidad de Przemysl cerca de la frontera con Ucrania. Desde aquel día "en que llamó para comunicarme su detención, hemos pedido a las autoridades polacas, europeas, españolas y vascas, que nos ayuden a esclarecer el caso. Pero no hemos obtenido ninguna respuesta concreta. Solo vaguedades sobre la posibilidad de que sea un espía y de que pesan acusaciones graves sobre él que, a estas alturas, ni siquiera sus abogados conocen. Seguimos sin una sola prueba que justifique esta situación", añadía Goirena. Una situación que "contradice los principios más básicos de los derechos humanos y pone en tela de juicio el compromiso de Polonia con los valores de la Unión Europea", denunciaba la compañera de Pablo González en un llamamiento a "la comunidad internacional, a los gobiernos, a las organizaciones de derechos humanos, y a todos aquellos que tienen el poder de influir en esta situación" en el que les insta "a que presionen a las autoridades polacas y les exijan que respeten los derechos de Pablo y los principios fundamentales de la justicia".

Justicia para Pablo

Quienes firmamos este artículo, Iker González, Chorche Tricas y Dora Díaz -cofundadores de AraInfo e integrantes de su Consello-, junto a otros periodistas y personas colaboradoras de este Diario Libre d'Aragón, como Isabel Pérez, Eduardo Bayona, Óscar F. Civieta, Mussa'ab Bashir, J.M. Marshall y Berta Comas, y medios libres aragoneses con los que tejemos alianzas, Radio Topo, Radio Monotes y Koiné TV, reafirmamos nuestro compromiso con la campaña por la libertad de nuestro compañero, y nos sumamos, de nuevo, a las peticiones de su familia y amistades para su inmediata liberación. No nos cansaremos de alzar la voz contra esta injusticia. "Seguiremos luchando. Seguiremos recordándole al mundo la situación del periodista Pablo González. Que la libertad de prensa es un pilar fundamental de cualquier democracia", zanjaba Oihana Goirena. No nos cansaremos de exigir: justicia para Pablo.

La detención de Pablo González "roza la situación de secuestro. Es escandaloso, vergonzoso"

El caso de Pablo González "roza la situación de secuestro", denuncia Eduardo Bayona. "Estamos hablando de un periodista que fue detenido cuando estaba ejerciendo su trabajo en la zona caliente, en la frontera entre Polonia y Ucrania, cubriendo el comienzo de la guerra. Se le aplica algo parecido a la legislación antiterrorista que hay en España, pero se está aplicando en Polonia, que es un país donde el respeto a los derechos y a las libertades está cayendo más en picado que la credibilidad de Alberto Núñez Feijóo. Hablamos de un periodista que permanece incomunicado durante días y días, semanas y semanas, al que no se le permite ni hablar con la familia. Y que sigue en prisión sin que se le hayan formulado unos cargos claros, cuando ha pasado casi un año y medio de su detención. Una detención que dudo seriamente que cumpla los parámetros de legalidad y reciprocidad con los países occidentales", añade nuestro compañero.

"Completamente escandaloso, vergonzoso", define Bayona el caso de Pablo González. Y añade, "es difícilmente calificable el silencio y la pasividad que ha mantenido el Gobierno español ante la detención de uno de sus ciudadanos en un país del que es socio en la OTAN y socio en la Unión Europea. Un silencio realmente tremendo". Pablo está "completamente abandonado a su suerte" por un gobierno "que, como todos los gobiernos, en otras ocasiones ha hecho bandera de otras cosas". "Entiendo que en vísperas de la famosa presidencia europea, al Gobierno de España le fuera mal poner sobre la mesa cosas que están pasando en Europa, como el escaso respeto a los derechos humanos o al ejercicio de la libertad de prensa que se dan en un socio militar, en un socio comercial y en un socio institucional del Estado español como es el Estado polaco. Pero a estas alturas de la película creo que ya deberíamos estar un poquito más avanzados en ese tipo de cuestiones", apunta Bayona.

El caso de Pablo González "es otra mancha más en esta supuesta democracia que vivimos en el Estado español"

Berta Comas, colaboradora de AraInfo, creé que este caso es "más devastador aún, dentro del sector del periodismo, por lo que hemos vivido precisamente en estas últimas elecciones estatales". "Hemos visto día sí y día también periodistas que no están haciendo su trabajo, que en un debate electoral no preguntan lo que tienen que preguntar y dejan que políticos mientan en directo sin dignarse a decirles a la cara que lo que están diciendo no es real. Sin embargo, periodistas que se juegan el cuello yendo a lugares en conflicto, un conflicto que fue espectacularizado precisamente por esos medios, son absolutamente olvidados, invisibilizados y silenciados", critica. El caso de Pablo González "es otra mancha más en esta supuesta democracia que vivimos en el Estado español".

"Más de un año de sufrimiento. De inexistente apoyo desde el Gobierno. Ni del aliento que debería de la profesión"

"Más de 500 días detenido por no hacer nada. Como mucho, su trabajo. Más de un año de privación de libertad, de opacidad, de sufrimiento para sus familiares y amigos. De inexistente apoyo desde el Gobierno de España y carencia absoluta de ayuda internacional", es la denuncia de Óscar F. Civieta, periodista de La Marea y una de las firmas habituales de AraInfo. Civieta recuerda que Pablo "tampoco ha recibido el aliento que debería de la profesión". "Colegas que se rasgan las vestiduras cuando se critica a los que mienten y alteran los resultados electorales, pero que ahora se cuidan mucho de no decir una palabra más alta que otra", afea. "Como periodista, compañero de oficio y, sobre todo, como persona", manda "todo el ánimo a Pablo González y su familia", y pide a las autoridades estatales e internacionales que "pongan a su disposición los medios posibles", y, "por supuesto, su liberación inmediata".

"La tímida actuación del Estado español y las autoridades europeas está permitiendo que funcione la tríada del miedo contra la libertad de prensa"

Para Isabel Pérez, "la amenaza de terminar bajo detención por supuesto espionaje ensombrece, no en pocas ocasiones, nuestra labor allende las fronteras europeas". Nuestra compañera lo ha visto y sufrido en países de Oriente Medio, pero "nunca habría imaginado que esto pudiese ocurrir en un país miembro de la UE". "Pablo González es un periodista freelance con gran experiencia que lleva 17 meses encarcelado por las autoridades polacas las cuales le acusan de haber ido hasta la frontera polaca con Ucrania para espiar. No se ha celebrado un solo juicio ni se han presentado cargos con pruebas fehacientes o, cuanto menos, 'creíbles'. El 22 de agosto Polonia someterá a revisión su caso", recuerda la periodista.

Pablo "es el único periodista encarcelado en toda la Unión Europea, en un país donde la extrema derecha gobierna", advierte Isabel Pérez para añadir: "Un país que forma parte del Grupo Visegrado junto a Eslovaquia, Hungría y Chequia, un frente extremista que fomenta valores antidemocráticos, coartando las libertades individuales y colectivas y abogando por unan política férrea y restrictiva para las personas migrantes. El gobierno de Varsovia ha estado estrangulando la libertad de prensa especialmente desde 2021, cuando fueron encontradas muertas 33 (según el movimiento social Grupa Granica; 14 según las autoridades polacas) personas migrantes en la frontera polaca con Bielorrusia. Varsovia decidió imponer el silencio informativo y prohibir la cobertura periodística en dicha zona: querían barrer cualquier sospecha de que estas muertes fueran provocadas por fuerzas armadas del Estado e impedir que los periodistas o investigadores de derechos humanos realizasen su labor. Dicha frontera se convirtió, en 2022, en una 'ventana' a la invasión rusa de Ucrania, algo que a Polonia le interesa por su política antiputinista". La detención de Pablo, "que posee doble nacionalidad, española (por su madre) y rusa (por su padre), ha ido demasiado lejos. No así los esfuerzos vertidos desde el Estado español y las autoridades europeas competentes que con su tímida actuación están permitiendo que funcione la tríada del miedo contra la libertad de prensa: la incertidumbre, la extenuación física y psicológica y la desvalorización de la justicia", denuncia.

"El Estado español continúa instalado en la cobardía de quién se pliega antes a los intereses de los poderosos de la guerra"

"Toda nuestra solidaridad y apoyo a Pablo González y su familia. Pablo no sólo debería de estar libre, sino que debería de estar haciendo el buen periodismo al que nos tenía acostumbrados, en un tiempo de guerra, en el que eso es más necesario que nunca entre tanta propaganda. De nuevo, como en todo lo que toca de política exterior y libertades, el Estado español continúa instalado en la cobardía de quién se pliega antes a los intereses de los poderosos de la guerra que a los de sus ciudadanos. Más de un año sin pruebas, sin capacidad de defensa y, con declaraciones gruesas de un ministro de Exteriores, que parece un aliado más de las tesis ultraderechistas del gobierno polaco, sólo demuestran la claudicación en democracia y libertades, también hacia afuera, de un Estado cuya prioridad máxima, por delante del bienestar y cuidado ciudadano, es mantener un estado y un relato de guerra. Por eso, ante la arbitrariedad, la indefensión y los señores de la guerra, ahora y siempre, Pablo González Askatu", escriben para este artículo David Pérez Villarroya y Julián Miguel García, las caras y las voces de Radio Monotes.

Pablo González en una imagen de archivo cuando cubría la segunda guerra de Nagorno Karabaj. Fue uno de los pocos reporteros sobre el terreno.

"En tiempos oscuros en los que la censura vuelve a asomar, las voces de primera mano, como la de Pablo, se antojan más necesarias que nunca"

"Desde Radio Topo, como desde las otras radios libres del Estado, nos arrogamos intentar ser la voz de las sin voz, ese pequeño espacio para que aquellas causas que rara vez tienen su espacio en los mass-media lo tengan en el nuestro. Cuanto más justo nos parece recordar aquí el caso de Pablo González, encarcelado en Polonia desde hace ya unos largos 17 meses, sin juicio, con unas acusaciones más que endebles y, lo que nos parece también muy grave, con el silencio de buena parte de sus compañeros de profesión. En tiempos oscuros en los que la censura vuelve a asomar, aunque nunca se fue en realidad, las voces de primera mano, como la de Pablo, se antojan más necesarias que nunca", denuncia J.M. Marshall, integrante de la radio libre zaragozana y colaborador habitual de AraInfo.

"Necesitamos más Pablos González"

Guillén González, compañero de Koiné TV, sostiene que Pablo González "ha sido utilizado como cabeza de turco en un momento de política de guerra europea". Su detención "es un aviso a navegantes que desde el 'jardín' europeo se lanza para que cualquier periodista o ciudadano sepa que aquí no existe verdadera libertad de  prensa e información". Pablo González "cometió el único delito de tener análisis y transmitir una información propia, sin seguir el dictado de la propaganda occidental y como tal está pagando las consecuencias", añade para criticar "la falta de apoyo social y los pertinentes silencios" que "son una muestra de que existe una verdadera omertá entre los propagandistas occidentales y sus pagadores". En opinión de Koiné TV, "en materia internacional los medios de comunicación de masas solo traducen las notas que les pasan desde las agencias de propaganda en Washington y Bruselas. La solidaridad que podemos esperar de medios, periodistas o gobiernos es la misma que hemos visto con Julian Assange. Y todo ello porque el mensaje es claro: no seguir la propaganda oficial tiene consecuencias. Somos los trabajadores los únicos que podemos solidarizarnos con Pablo González y denunciar su situación, en la que un estado fascista como el polaco ha vulnerado hasta sus derechos humanos más básicos". "Hoy, esta Polonia fascista es la representación más fiel de lo que es la Unión Europea de los mercaderes. No reconocer que Pablo es víctima de esa política imperialista que asienta su control de Europa del este sobre grupos fascistas es quedarse en lo anecdótico y no señalar el verdadero quid de la cuestión. Necesitamos periodistas honestos y libres, que den información veraz y acorde a la realidad. Necesitamos que haya más Pablos González y para ello tiene que llegar nuestra solidaridad y apoyo a él y su familia", concluye Guillén González.

"Pablo, celebraremos pronto tu libertad"

"Una parte esencial del periodismo es abogar, basándonos en hecho contextualizados, por un mundo donde reine la justicia. Eso lo sabes tu mejor que muchos, Pablo. Sobre todo, que aquellos que se jactan de una 'ley' que no se basa en realidad y contexto, aquellos que usan un dictamen espurio como 'justicia", afirma Mussa'ab Bashir Alazaiza, que, como exprisionero político palestino en cárceles israelíes, conoce bien la situación de privación de libertad. Ante esta injusticia que está sufriendo Pablo, Mussa'ab, otro colaborador habitual de AraInfo, lo tiene claro: "Seguiremos abogando por lo mismo, por un periodismo honesto, y por un mundo sin regímenes pseudodemocráticos". Y cierra este artículo con un mensaje de esperanza: "Pablo, celebraremos pronto tu libertad".


Más información sobre Pablo González aquí

Web de la Asociación #FreePabloGonzález, que trabaja en la difusión del caso y da soporte a su defensa legal y a su familia para hacer frente a los gastos.

Escribe una carta a Pablo González Yagüe: A.S. Radom / UL. Wolanowska 120 / 26-600 Radom (Poland)

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