Zaragoza está lista para celebrar sus fiestas mayores, del 8 al 16 de octubre. Se huele en el ambiente. Ilusión y ganas de disfrutar en nueve intensos días. En la programación -que arrancó de forma extraoficial este viernes con el último concierto de Ixo Rai!- no faltan las jotas, la música en directo -en la calle y en las salas que se han atrevido a programar-, más jotas, teatro y artes escénicas, un poco más de jotas, las actividades infantiles, muchas más jotas, la omnipresente Ofrenda de Flores, y unas jotas más en el pregón, por si eran pocas. Y este año sí, terminarán con el "Somos" de Labordeta, el último domingo en la plaza del Pilar, después del estrepitoso fracaso de intentar suprimirlo el pasado año.
Hace un tiempo, no muy lejano, los movimientos sociales zaragozanos organizaban de forma conjunta los Pilars Disidentes. Una completa programación propia al margen del Ayuntamiento. Con los años, este impulso se ha ido diluyendo. Sin embargo sigue habiendo un buen puñado de propuestas alternativas para estas fiestas como el el tardeo anti-pregón de Radio Topo o la fiesta en el CSC Luis Buñuel para este sábado, y la manifestación antitaurina del domingo. Además, Nogará nos propone vivir unos Pilars en aragonés, las barras solidarias del PCE y la Juventud Comunista vuelven a la calle Mayor, y siempre nos quedarán los conciertos de Arrebato.
Sin restricciones, sin consenso y sin folk
"Se diría que algo grande está a puntico de llegar. Para que la fiesta estalle: preparados, listos, ya". Al menos eso dice la canción oficial de estos Pilares, "Pa’l Pilar sale lo mejor", un tema alegre y festivo compuesto y escrito por Miguel Ángel Laita, de Artistas del Gremio, y en cuyo spot participa toda la banda junto a R de Rumba y dos joteras, Pilar Flores y Raquel Simón. El Ayuntamiento de Zaragoza -PP, Cs y Vox- presume de que estas fiestas son "los más descentralizadas de la historia", con un programa oficial que cuenta con "184 grupos de música y compañías de teatro de calle y humor", repartidas en "26 distritos, por lo que la actividad se extenderá por la ciudad un 62% más que en 2019, cuando los actos alcanzaron a 10 distritos".
Lo que sí es una certeza, es que son los primeros Pilares sin restricciones de aforo desde que nos asoló la pandemia. Han sido llamados los de la "normalidad". Como normal es ya la polémica que siempre acompaña al Gobierno de Jorge Azcón en cada uno de las cuatro ediciones que ha diseñado. Desde los recortes y la caspa, a la comilona del alcalde en unas fiestas suspendidas por el covid, hasta las "no fiestas" con las sillas vacías. Este año, sin duda, es el Pilar sin folk. Otra imposición del trifachito zaragozano, mientras sigue siendo incapaz de resolver la huelga de los autobuses urbanos -la más larga de la historia- que ya cobró protagonismo en 2021 y que continúa a día de hoy con la plantilla en lucha por sus derechos. Si a esto le sumamos las dudas por el nuevo modelo festivo y la repetida denuncia por la ausencia de consenso, nos quedan otros Pilares del montón.
La buena noticia es que, quizás, sean los últimos del triunvirato Azcón, aunque lo que pueda venir sea aún peor. Ya veremos. De momento, alguien debería regalar unos paraguas al alcalde de Zaragoza; a Sara Fernández, vicealcaldesa y consejera de cultura; y a Natalia Chueca, responsable de Servicios Públicos y Movilidad, porque les jarrean críticas por todos los lados.
Raúl Gascón es secretario de participación y comunicación de la FABZ, y encargado de la parte de cultura de esta federación que aglutina al movimiento vecinal zaragozano. Ha contado a AraInfo los problemas que han tenido para presentar sus propuestas. Ninguna ha salido adelante. Ya en abril, "cuando nos convocaron a la comisión de trabajo de las fiestas para, según ellos, realizar propuestas, pero sin haber analizado los Pilares del pasado año, nos quejamos. Hace unos días tuvimos la segunda reunión. Fuimos a 'toro pasado', con todo hecho. Tuvieron el poco detalle de anunciar a bombo y platillo en rueda de prensa el programa horas antes de reunirnos. Ya sabíamos que convocándonos a finales de septiembre no hay margen para cambiar nada". La FABZ propuso "varias cosas", pero "nos dijeron que ya era imposible. Manifestamos que, a lo mejor, en junio o julio, que todavía hay margen, nos podían haber dado algunas pinceladas, porque las fiestas no se hacen 15 días antes. Nos enteramos por la prensa de algunas de las novedades, como las actuaciones en el Centro Cívico Estación del Norte y en el Parque de La Paz, que eso se anunció en agosto. Nos lo podían haber comunicado antes a las asociaciones de la comisión que a los medios, no porque seamos más majos o más listos sino porque estamos trabajando en esto".
Entre las propuestas de la FABZ tumbadas por el Consistorio estaba la de habilitar un Punto Violeta "que durara, no las 24 horas del día, pero casi", explica Gascón. "Por ejemplo en la plaza del Pilar, que hubiera un punto fijo y permanente. Hay muchas horas de fiesta en las que puede pasar cualquier cosa. Pero nos dijeron que no", lamenta. Así, para combatir las agresiones sexistas y machistas, el Ayuntamiento ha lanzado una campaña de mensajes en las calles y seis Puntos Violeta, ubicados en los espacios donde se espera más aglomeración. Sin embargo, como ya adelantó AraInfo sólo estarán habilitados durante las horas de los eventos y los conciertos.
La concejala de Zaragoza en Común, Luisa Broto, ha manifestado a este Diario Libre que "contemplamos, una vez más, cómo el gobierno de Azcón ha denostado al talento local a la hora de programar las Fiestas del Pilar, en una improvisación constante del área de Cultura, que si se salva es sólo por el trabajo del personal técnico que se deja la piel para que toda la ciudadanía viva unos días especiales en nuestra ciudad". Un ejemplo de esa "improvisación y dejadez" ha sido el concurso de ideas, declarado desierto, del pasacalles de las fiestas. "Una ocurrencia que pretendía tapar la falta de dirección del área que preside la vicealcaldesa Sara Fernández", critica Broto.
Para Broto, "no solo ha sido nula la apuesta por los artistas de nuestra tierra, también vemos cómo han borrado del mapa de las fiestas al panorama de la música folk, que por primera vez en más de cuatro décadas no sonará en los Pilares, tal y como han puesto de manifiesto más de medio centenar de grupos en un comunicado, 'Pilar sin folk', un texto que denuncia la decisión del Gobierno de eliminar este escenario". Tanto es así que "ni el concierto de Ixo Rai!, nombrados este año hijos predilectos de la ciudad a propuesta de Zaragoza en Común, aparece en el programa. Después del intento de borrar el 'Somos' de Labordeta nos hemos encontrado con este nuevo intento de acallar voces críticas, de tradición popular, y las y los músicos aragoneses que trabajan con la música de raíz finalmente no podrán actuar".
Por su parte, Chuaquín Bernal, presidente de Chunta Aragonesista Zaragoza, asegura que con Jorge Azcón "las Fiestas del Pilar han retrocedido 60 años". "Su objetivo es quitárselas a la gente y reducirlas, como ya ocurrió en el franquismo, a ofrenda, toros y jotas". Bernal también se acuerda del fracasado intento de cargarse el "Somos", y afea: "Este año le ha tocado el turno al folk, a la música tradicional aragonesa, que ha sido borrada de un plumazo de la plaza San Bruno". Asegura que Azcón, "además de gobernar solo para los suyos, es un furibundo antiaragonés que trata de eliminar cualquier vestigio de pluralidad e identidad de las Fiestas del Pilar". "Pero, de la misma manera que la impresionante respuesta que tuvo la ciudadanía le ha obligado a incluir el 'Somos' en el programa de este año, tenemos claro que en 2023 volveremos a contar con unas fiestas que representen de verdad el sentir de los zaragozanos y zaragozanas, y las Fiestas del Pilar volverán a ser las fiestas de referencia para todos los aragoneses y aragonesas", concluye.
Como la gran mayoría de la ciudadanía que habita Zaragoza, la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Lola Ranera también echa de menos el folk en estos Pilares, un tema que se ha hecho viral. "Lamento que al quitarse varios escenarios del centro de la ciudad, el Gobierno PP-Cs no haya pensado en que detrás del folk hay aficionados, pero también grupos profesionales y mucho público familiar. No entiendo por qué PP-Cs quiere generar polémica y confrontación entre el folk y la jota, cuando el Pilar siempre han sido unas fiestas de consenso, con espacio para todos los grupos", afirma.
Y sobre la polémica de este año también habla Raúl Gascón. "Desde la FABZ nos solidarizamos con los grupos de folk de Aragón. A nosotros nos enseñaron la programación hace unos días, y no da tiempo a darte cuenta de lo que falta o no falta. El año pasado ya hicimos nuestra protesta por la eliminación del 'Somos' del programa oficial". La FABZ critica la pérdida del espacio de plaza San Bruno, y las formas: "Nos los vendieron como que se había desplazado a otro barrio. Eso es lo que nos dijeron. Y es una pena, porque la música folk aragonesa es un símbolo, una riqueza, una forma de difundir lo que nos han transmitido nuestros padres y abuelos durante mucho tiempo. Mantienen las jotas, que tienen su importancia y te pueden gustar más o menos, pero suprimen una parte importante de nuestra música folklórica".
Descentralización
La palabra "descentralización" también aparece en muchos de los debates de estos Pilares. Raúl Gascón incide en esto. "Llevamos años solicitando la descentralización de las fiestas. Este año se ha dado un gran paso, se ha diversificado a los barrios. Aunque nos hubiera gustado más". La FABZ entiende que "una forma de favorecer esa descentralización hubiera sido trabajar con las dos grandes federaciones de peñas que hay en Zaragoza". "Nos hubiera gustado que desde el Ayuntamiento se hubieran dado muchas más facilidades a todas las actividades de las 26 peñas que trabajan en los barrios y que les hubieran dado la difusión que merecen, porque a fin de cuentas son unas actividades que las mismas peñas hacen no para sus socios, sino para sus vecinos y vecinas. Una forma de hacer barrio y de hacer las Fiestas del Pilar", añade.
Desde Podemos, aplauden "que se continúe con la descentralización de las fiestas en los barrios", que, afirma Amparo Bella, "es un modelo que inició mi compañero Fernando Rivarés en la corporación anterior, al igual que proyectos como el Pilar Joven o Río y Juego. Por tanto, no es un nuevo modelo". Para la concejala de la formación morada, "lo que quizás sí que responda a un nuevo modelo, más privatizador, sea lo de cobrar por buena parte de los conciertos del Jardín de Invierno, cuando las actuaciones al aire libre llevan décadas siendo de acceso gratuito, o la desaparición del Escenario Folk, uno de los más populares y emblemáticos de las fiestas. Esto no es descentralizar; es recortar y eliminar programación que tenía buena acogida entre la gente".
Sobre este asunto, la concejala de Zaragoza en Común, Luisa Broto, critica que "en este modelo de fiestas, que ha conseguido avanzar en la descentralización por empeño del consejo de cultura y llegar así a los barrios de la ciudad, los barrios rurales siguen siendo los mayores olvidados, los barrios de segunda, a donde llegan escasas actividades, sin la participación de los alcaldes y alcaldesas, quienes mejor conocen las necesidades -también las culturales y de ocio- de los vecinos y vecinas".
Huelga
Y volvemos a la huelga en el autobús urbano, cuya negociación sigue bloqueada por Avanza, multinacional que el Gobierno de Azcón sigue empeñado en blanquear. Lola Ranera apunta: "Los zaragozanos y zaragozanas tenemos muchas ganas de volver a disfrutar con normalidad unas Fiestas del Pilar, y lo único que pedimos es responsabilidad para evitar cualquier tipo de contratiempo. Al optar por unas fiestas descentralizadas, Jorge Azcón debe ejercer como alcalde de esta ciudad, garantizar un transporte público de calidad y buscar cuanto antes una solución a la huelga de bus más larga de la historia de Zaragoza. Si no hay una solución, la ciudadanía seguirá siendo rehén de los paros. Otros gobiernos anteriores han sufrido también una huelga de bus y todos han resuelto el conflicto, un conflicto que en esta ocasión se alarga casi 600 días".
La portavoz socialista abre un buen melón que tiene atragantado al Gobierno PP-Cs, y en especial una incapaz consejera Natalia Chueca. Amparo Bella advierte del "caos" que "se puede generar si sigue sin solucionarse la huelga del autobús, no solamente por los problemas de aglomeraciones y seguridad que dificulten los desplazamientos a los principales espacios y actos festivos, sino por toda la gente que necesite el transporte público para ir a trabajar. Si eso sucede, Azcón será el responsable por llevar dos años sin hacer nada para solucionar el conflicto".
A la FABZ le preocupa, "y mucho", la movilidad que va a haber durante las fiestas, alerta Raúl Gascón señalando al Ayuntamiento y Avanza como máximos responsables. La FABZ, junto a UCA Aragón, pidió hace unas semanas el fin del contrato del bus urbano con la multinacional. Y durante estos largos meses de huelga, han criticado en repetidas ocasiones al Gobierno municipal por su inacción.
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