El grupo municipal de Zaragoza en Común ha propuesto a la banda aragonesa Ixo Rai! como Hijos Predilectos de Zaragoza en la ceremonia de distinciones que tendrá lugar en el marco de las Fiestas del Pilar.
Su compromiso social, su aportación a la música aragonesa y su condición de cronistas de una época han sido las razones por las que la formación municipalista ha considerado que “se merecen esta distinción tan especial” de la ciudad.
Tras un parón de dos décadas y su reciente vuelta a los escenarios, el mítico grupo aragonés prepara la que será su última cita, un concierto el viernes 7 de octubre en la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza.
Ixo Rai! nació en 1988, cuando la transición abría las puertas, no solo del compromiso social, también las de la alegría, la incorrección, el humor, el descaro. “Aquellos zagales no pretendían enarbolar ninguna bandera, ni ser la voz de ningún movimiento social, aunque, por unas u otras causas, acabaron siendo la voz de muchos colectivos”, explican desde la formación.
Y es que la banda creció en un momento en el que los gaiteros se contaban con los dedos de una mano, se convirtió en el primer grupo fuera del folk que grabó temas en aragonés, en los años de los movimientos en defensa de la lengua propia, un grupo comprometido con la cultura aragonesa.
En esta línea, desde Zaragoza en Común aseguran que Ixo Rai! “se ganó el cariño del público porque sus miembros eran gente corriente, alejados de la farándula y el artisteo, gentes de barrio que no llegaron nunca a vivir de la música, lo que, según ellos, les hizo mantener la lucidez y no perder la cabeza”.
El rock había removido sus cimientos musicales y el espíritu del punk, el heavy, el reggae y el ska se colaba por todos los rincones y bares de la capital aragonesa. Al tiempo, explotaban las músicas de raíz y tradicionales, abriendo los oídos a África, los Balcanes o Iberoamérica.
La gaita aragonesa volvía a salir a la calle. Ixo Rai! bebió de todos esos vasos. Pero no eran exactamente folk, tampoco roqueros, ni jevis. Ellos eran Mondongo. Y amasaron durante años a The Pogues, Waterboys o Mano Negra con Labordeta o El Pastor de Andorra.
Sus letras hablaban de objetores, de magras y vino, de fiestas mayores, de curas guerrilleros, de un Aragón soñado… Y bolo a bolo se fueron colando en todas las fiestas de todos los pueblos, en todas las casas, bares y peñas; formando parte de un selecto grupo de bandas aragonesas. La formación municipal recoge además, las palabras de José Antonio Labordeta sobre la banda “fueron aire puro en mitad de la mierda”.
Y así, con el fin de siglo, llegó el fin de un ciclo también para la banda tras catorce años muy intensos. “Siempre pensaron que pudo durar más, pero nunca pensaron que iba a durar tanto. Dos décadas de retirada, dedicados cada uno a lo suyo, a la crianza, el descanso, al trabajo, que reposaron en un legado que Aragón recordará siempre, formado por todas las personas que lo hicieron navegar”, añaden desde ZeC.
La primera razón, aunque no la única, de volverse a juntar dos décadas después fue Juanito, Juan Carlos Ferrández Escribano, el batería de la banda que falleció el pasado 25 de mayo. Fue su despedida.
Y ahora, tras el concierto celebrado en el Pabellón Príncipe Felipe el pasado 23 de abril y la gira estival por todo Aragón, ya han anunciado su despedida de los escenarios y disolución definitiva.
El pasado 1 de septiembre recogieron su galardón en los Premios de la Música Aragonesa en la categoría de “Compromiso Social” y ahora preparan la que será, ahora sí que sí, su última cita. Será por todo lo alto, en plenas fiestas del Pilar, el viernes 7 de octubre en la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza.
El acto de entrega de los títulos honoríficos y de la Medalla de Oro se celebrará el sábado 8 de octubre, durante la primera jornada de las Fiestas del Pilar, recuperando así el formato habitual del acto.
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