Sanidad pública, más que nunca

Está comprobado que la privatización de los servicios públicos resta calidad a la atención y que, en materia de gestión, precisamos una defensa férrea de la sanidad pública que es de todos y todas Sufriendo todavía una terrible pandemia, que ha puesto en jaque a todo nuestro sistema sanitario, la inmensa mayor parte de la población e instituciones de todo tipo (sucede lo mismo en toda Europa) cree que debemos reforzar al máximo nuestro Sistema Nacional de Salud y asegurar una sanidad de calidad y a cargo de los presupuestos generales del estado, para toda nuestra población, sin exclusiones, sea …

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Foto: Pixabay

Está comprobado que la privatización de los servicios públicos resta calidad a la atención y que, en materia de gestión, precisamos una defensa férrea de la sanidad pública que es de todos y todas

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Sufriendo todavía una terrible pandemia, que ha puesto en jaque a todo nuestro sistema sanitario, la inmensa mayor parte de la población e instituciones de todo tipo (sucede lo mismo en toda Europa) cree que debemos reforzar al máximo nuestro Sistema Nacional de Salud y asegurar una sanidad de calidad y a cargo de los presupuestos generales del estado, para toda nuestra población, sin exclusiones, sea cual sea su condición.

Todos nuestros esfuerzos deben ir encaminados hacia su gestión eficaz, dotando de recursos al sistema, con la participación de los y las profesionales y de la ciudadanía y prestando una cobertura universal; y ello es inseparable de procurarnos un sistema público de cuidados lo suficientemente potente.

Hemos visto, con estremecimiento, como perdían la vida más de 800 personas en nuestra Comunidad por la COVID-19. Más de 600 víctimas lo han sido en las Residencias para mayores. Y docenas o cientos de trabajadoras de la salud san sido infectadas y algunos han perdido la vida. En parte por no estar preparado nuestro sistema para tamaña eventualidad y no disponer de los equipos de protección y de la organización necesarias para ello. Como en todo el mundo a pesar de las advertencias que, desde hace años, venían haciendo prestigiosos científicos y estudiosos.

No es este el parecer del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza que acaba de aprobar, con los votos del PP, Ciudadanos y Vox, la venta de una parcela en la prolongación de Gómez Laguna para construir un hospital privado que requiere una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), por el que se trasvasaban 30.000 metros cuadrados edificables de unos terrenos de Valdespartera a un solar de 20.000 de la prolongación de Gómez Laguna para posibilitar allí la construcción de un hospital privado de unas 500 camas y que supondría más de 100 millones de euros de invesión. En el horizonte está una venta de la citada parcela a final de año, con el objetivo de que el Ayuntamiento ingrese unos 15 millones de euros de los que 4,5 se destinarían a las obras de urbanización.

Pero ¿qué rentabilidad sacará la empresa propietaria del proyecto (una alianza entre Fresenius, multinacional propietaria de Quirón, y la Clínica Universitaria de Navarra –OpusDei-) con la transacción del suelo y la posibilidad de edificar vivienda privada de lujo donde están ahora sus instalaciones? Probablemente millones de euros. Pero de esto nada dicen los ediles de la derecha.

Las declaraciones del concejal de urbanismo Víctor Serrano no tienen desperdicio. “La ciudad tiene poco suelo para uso sanitario”. “Queremos que Zaragoza sea la ciudad con un mayor número de camas por habitante” “ha subrayado que mejora la capacidad de Zaragoza y Aragón para afrontar las pandemias que se puedan producir en el futuro”. “Una de las cosas que se han demostrado es que cuando se necesita el sistema sanitario es único”. Efectivamente Zaragoza tiene poco suelo para uso sanitario como desde hace años comprobamos en el Sector 1 de nuestra ciudad al que sirven dos hospitales de pequeño tamaño (Royo Villanova y Nuestra Señora de Gracia) con uno de ellos ubicado fuera de los límites del Sector y con unas infraestructuras mucho menores en tamaño y número que cualquiera de los otros sectores para la población que atiende. Nosotros también queremos que Zaragoza sea una ciudad con un número suficiente de camas por habitante, pero de camas de titularidad pública que son a las que pueden acceder toda la ciudadanía. En el Sector 1 hay 405 camas de hospital público para 200.000 habitantes lo que supone una ratio de dos camas por habitante cuando la media española es de tres, la de Europa de cinco, la de Alemania de ocho, la de Bulgaria de siete y medio… Y tenemos el Centro de Salud con mayor población por sanitario de todo Aragón absolutamente sobrepasado de trabajo, falta de espacio…

Y el cinismo es absoluto cuando afirma que el sistema es único cuando se necesita; no ha sido así, en absoluto, durante la pandemia puesto que la carga sanitaria ha recaído masivamente en los Centros de Salud y en los Hospitales Públicos y mucho menos cuando se trata de repartir beneficios y ganancias que se las quedan siempre unos poquitos.

¿Zaragoza necesita un nuevo hospital privado? En estos momentos, ¿es necesario para la ciudad? El problema principal de la Sanidad de Zaragoza no es el de aumentar el número de camas hospitalarias; lo realmente urgente es centrar los esfuerzos en la mejora de la Atención Primaria y de la Salud Comunitaria, en la creación de una Red Pública de larga estancia y en mejorar la dotación y eficiencia de los servicios de los hospitales públicos para acabar con las listas de espera. De los 800 muertos que ha dejado, por el momento, esta pandemia en Aragón más de 600 lo han sido en Residencias para Mayores. ¿No se habían enterado munícipes de la derecha? ¿Y qué esfuerzos hacen las arcas municipales desde que están ustedes para aliviar los estamentos más débiles de la sociedad en la que se ceba esta pandemia?

Si las empresas privadas buscan hacer negocio con la sanidad no deben ser las instituciones públicas, es decir el dinero de todos, las que faciliten el enriquecimiento de unos pocos.

Fresenius, la multinacional dueña de Quirón, el grupo de hospitales privados más grande de Europa (con más de 100.000 empleados y 155 centros sanitarios) se forrará a nuestra costa. Negocio redondo. Para ellos, claro.

Pero no acaba aquí. A esto, el Partido Popular lo llama “reforzar la sanidad pública”, en palabras de su consejero de Urbanismo. Menudo cuajo. Tampoco me quiero olvidar de otra cita, alumbrada por el CEO de Fresenius en la presentación de la compra en septiembre de 2016: “Probablemente les sorprenda, pero los ingresos del lado público son más rentables que los del lado privado” (refiriéndose a los ingresos obtenidos por las contrataciones con los servicios sanitarios públicos).

La alemana Fresenius cerró en enero de 2017 la compra de Quirón Salud por 5.760 millones de euros, dando origen al mayor operador privado de Europa. El grupo Quirón Salud tiene 43 hospitales, 39 centros de día y 300 centros de prevención de riesgos laborales y 35.000 empleados en España. Quirón Salud lidera un mercado en el que los diez primeros grupos hospitalarios que operan en España facturaron 4.945 millones en 2016, según cifras recopiladas por el diario Expansión. El grupo privado se ha movido bien: ha alcanzado acuerdos con las principales aseguradoras y en el Ayuntamiento de Zaragoza, aunque con la oposición de la izquierda.

Fresenius es, además, fabricante de productos farmacéuticos (Fresenius Kabi) que ya admitió ante la comisión que vigila a las empresas cotizadas en EEUU (la Securities and Exchange Comission (SEC), que sobornó a facultativos de varios países, entre ellos españoles, con pagos indebidos y vacaciones para amplificar de forma fraudulenta su negocio.

En estos meses, hemos comprobado la necesidad y la importancia de la Atención Primaria. Lamentablemente, hemos visto los esfuerzos titánicos que han realizado los y las profesionales de todos los estamentos del sistema de cuidados (sociales y sanitarios) para enfrentarse a una crisis de estas dimensiones con falta de medios, sin protección suficiente, con niveles de trabajo extenuantes, ante una pandemia en la que la capacidad de previsión era mínima.

¿Por qué no invierten sus capitales y energías en aunar esfuerzos con el Gobierno de Aragón para duplicar de instalaciones y servicios al Hospital Royo Villanova, para construir el hace años proyectado Centro de Salud del barrio Jesús, para construir residencias habitacionales de larga estancia en condiciones, para acabar con la pobreza infantil?

Tenemos que ser capaces de articular mecanismos para que, en el caso de un posible repunte o en un momento en el que la COVID-19 conviva con otros virus estacionales, las estructuras básicas de nuestra sanidad estén preparadas y puedan soportarlo sin el desgaste de medios y de personal que se han producido en esta pandemia. Y ello solo es posible, como se ha demostrado hasta la saciedad, con un buen sistema público de protección social y sanitario para toda la población.

Sería necesario que el conjunto de fuerzas que componemos el Gobierno de Aragón repensásemos con sosiego el Sistema Sanitario y Sociosanitario de nuestra Comunidad Autónoma, sin anteponer los intereses particulares a los del conjunto de las y los aragoneses. Los recursos de Atención Especializada necesitan también un reequilibrio en su distribución, probablemente hacia la zona norte de la ciudad.

No es aceptable, como pretenden Azcón y los partidos que gobiernan el Ayuntamiento de Zaragoza, que el gobierno aragonés declare "de interés autonómico" semejante operación financiera para favorecer a una gran multinacional.

Está comprobado que la privatización de los servicios públicos resta calidad a la atención y que, en materia de gestión, precisamos una defensa férrea de la sanidad pública que es de todos y todas.

¡Ahora más que nunca, ante los abrazos de las grandes multinacionales, sanidad pública!

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