Trescientos millones de personas

13 de enero: Día Mundial de Lucha contra la Depresión. Dos millones de personas en el Estado español sufren depresión. Dos millones de habitantes que conviven con un trastorno depresivo. Trescientos millones de personas en el mundo padecen un estado de ánimo deprimido, con su pérdida de placer, con su disminución del interés, con su malestar continuo y su arrastre emocional. Un total del 5% de los adultos a lo largo de toda la Tierra que, según la Organización Mundial de la Salud, padecen depresión. Cerca de 20.000 aragoneses y, en mayor medida aragonesas, requieren atención especializada para abordar la …

Itxaso Cabrera

13 de enero: Día Mundial de Lucha contra la Depresión. Dos millones de personas en el Estado español sufren depresión. Dos millones de habitantes que conviven con un trastorno depresivo. Trescientos millones de personas en el mundo padecen un estado de ánimo deprimido, con su pérdida de placer, con su disminución del interés, con su malestar continuo y su arrastre emocional.

Un total del 5% de los adultos a lo largo de toda la Tierra que, según la Organización Mundial de la Salud, padecen depresión. Cerca de 20.000 aragoneses y, en mayor medida aragonesas, requieren atención especializada para abordar la depresión que padecen. Una de las principales causas de enfermedad en jóvenes. Una enfermedad que es una de las puertas que conducen a la primera causa externa de muerte en el estado español: el suicidio.

Trescientos millones de personas 13 de enero: Día Mundial de Lucha contra la Depresión

De nuevo, al hablar de salud mental, al abordar la depresión, hemos de hacer referencia a un complejo engranaje de causas, a un sumatorio de factores sociales, psicológicos y biológicos como causantes de tal enfermedad, pero también clave si queremos poner en marcha mecanismos preventivos para la misma. Incrementar medidas dirigidas a promover un modelo de ciudad, de pueblo, del lugar donde se viva, que prevenga esta situación, es una apuesta política vital. La dinamización de los barrios, el dar actividad de forma cohesionada al lugar donde se reside, son engranajes sociales que desempeñan vida y prevención desde la garantía de cohesión, accesibilidad para fijar territorio, sociedad y por lo tanto muros de contención hacia las problemáticas que abordamos. El incremento de la vivienda social, la existencia de unos servicios de calidad, la reducción de la desigualdad, la incentivación de servicios básicos, es apostar por un tipo de vida en la que se sitúe en el centro a las personas y se cuiden los vínculos primarios de vecindad.

El recorte a la cooperación, a los servicios públicos o a la cultura por parte de los ejecutivos de ultraderecha, como puede ser el del Ayuntamiento de Zaragoza o el Gobierno de Aragón, acelera sin duda el deterioro del bienestar de las y los vecinos. Podemos pues afirmar sin duda que las políticas que priorizan el hormigón o la tauromaquia frente a la salud, la educación o los servicios sociales, flaco favor le hacen a la salud mental y a quienes padecen alguna dolencia relacionada con la misma. Me atrevo a confirmar que las políticas de PP y VOX aumentan los diagnósticos relacionados con la depresión o la soledad pues la eliminación de la red vecinal, de las zonas verdes, el deterioro de los servicios públicos y el olvido de la ciudadanía nunca van a contribuir a construir una sociedad saludable.

La búsqueda de la sociedad individualista y por lo tanto insolidaria solo es buena para el capitalismo, sistema promovido por los ejecutivos de ultraderecha. Generar una sociedad que haga frente a estas políticas, constituir vecindad, alertar sobre los ingredientes contrario a la salud mental y eliminar cualquier estigma que venga asociado a esta, es una obligación que como ciudadanía tenemos por delante.

Trescientos millones de personas que en ocasiones se sienten invisibles, olvidadas, vulnerables, agotadas, y sí, también deprimidas. Trescientos millones con tristeza constante, falta de sueño, apetito, malestar permanente, cansancio. Hoy día idóneo para la sensibilización y la prevención contra la depresión, trescientos millones de personas siguen luchando.

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