Conservemos los bosques por su gran valor para la humanidad y dejemos su aprovechamiento, sostenible de verdad, a los habitantes de la zona y a las generaciones futuras. Si vienen a nuestros bosques, que sea para pasearlos, no para destruirlos.

Conservemos los bosques por su gran valor para la humanidad y dejemos su aprovechamiento, sostenible de verdad, a los habitantes de la zona y a las generaciones futuras. Si vienen a nuestros bosques, que sea para pasearlos, no para destruirlos.
Uno de los grandes retos de la humanidad es la depuración de sus aguas residuales. Desde que se han acometido acciones en este ámbito, la calidad de las aguas de los ríos y la salud han aumentado exponencialmente. Sin embargo, no es suficiente.
No es un secreto que los pueblos se están despoblando pero se habla de ello con nostalgia de nuestros antepasados, como algo inevitable relacionado con la modernidad y al progreso humano, precisamente, para evitar adoptar soluciones a este hecho, que ya es grave pero no irresoluble.
El día 21 de febrero presentamos el libro “La humanidad frente al reto energético”. Será en Zaragoza, en La Pantera Rossa a las 19 horas. El libro es un compendio de 15 artículos publicados en AraInfo sobre las posibilidades energéticas reales para un futuro de escasez energética y cambio climático. Como aperitivo presentamos la Introducción, aunque ya anticipamos que no podremos huir de una Tierra moribunda hacia otro planeta “saludable”.
¿Por qué no se hizo caso a los científicos y ecologistas que avisaban de los daños producidos por los combustibles fósiles y ahora hay mucha prisa para instalar centrales renovables sin control ni lógica social alguna, arrasando zonas rurales?
La presidenta Von der Leyen ha dicho: “Asegurémonos de que el futuro de la industria se haga en Europa”, pero no ha dicho a qué precio será si se aprueba esta ley. Habla de soberanía económica pero se olvida de la sostenibilidad medioambiental y social. Un proyecto de ley a la medida de los oligopolios.
Alina y Anna son dos jóvenes austriacas que llegaron el día 30 de octubre a Zaragoza. Podrían pasar por dos turistas más, pero algo las diferencia. Primero que han llegado andando, algo que no es habitual en esta gran ciudad. Y segundo, que lo hacen con un objetivo muy concreto, el cambio climático.
Europa está comenzando a sufrir la escasez de gas, que la guerra de Ucrania ha acelerado, subiendo descontroladamente su precio (bueno, las grandes empresas energéticas sí lo controlan, para su beneficio). El gas norteamericano de fracking comienza a ser rentable, pero sólo lo pueden pagar países ricos, como los europeos. Parece que la guerra no es una casualidad, como tampoco los sabotajes al gasoducto Rusia-Alemania.
Aunque no nos demos cuenta en nuestra vida diaria, la acumulación de energía es básica en un sistema como el nuestro que demanda energía por necesidad o antojo. Por eso, hay que tener energía acumulada de algún modo para poder suministrarla cuando esa demanda individualizada lo requiera.
Recientemente, en septiembre de 2021, hemos visto cómo la empresa Spacex de Elon Musk ha llevado a cuatro personas a orbitar la Tierra. En este estúpido viaje de 200 millones de dólares de coste, se han consumido en torno a 290.000 litros de combustible para recorrer 575 Km. Con ese combustible, un avión de 500 pasajeros recorrería 24.000 Km. Y un automóvil de cuatro pasajeros, 6 millones de Km.
Desde hace varios miles de años, el ser humano se ha servido de la energía animal para sus intereses y, tras dominar el fuego, de los vegetales como fuente energética para cocinar o calentarse. Después descubrió el carbón, el petróleo, el gas y el uranio y, en progresión geométrica, ha ido incrementando su consumo energético y creando una sofisticada economía en torno a ello. Tanto es así, que cuando este sistema no consigue crecer en consumo energético, entra en crisis.
La escasez de los combustibles empleados hasta ahora nos obliga a buscar nuevas fuentes energéticas y que sean duraderas. La disponibilidad, facilidad, tecnología y leyes biofísicas nos conducen, inexorablemente, a las renovables. En el año 2021, estas energías han cubierto el 50% de la demanda eléctrica en el Estado español, pero sólo el 15% de toda la demanda energética.
Los pantanos fueron construidos con dinero público, pero se privatizaron. Se “concedieron” a las empresas eléctricas (cuando en su mayoría eran públicas) para 50 o 75 años, convirtiéndolo en un oligopolio. Pues bien, la mayoría están caducando y el Estado tiene una oportunidad enorme de recuperar su control y crear una empresa pública que produzca energía renovable y la use con criterios sociales (y patrióticos) y evitando que los beneficios acaben en otros países (si se exportan a un mejor postor) o en paraísos fiscales para no pagar impuestos en España.
¿Es peligrosa esta energía?¿ Es realmente inocua para el medioambiente? ¿Es inagotable? Algunos datos sobre este tipo de energía y los últimos avances en su investigación científica
Está claro que ya tenemos despejado el futuro energético de la humanidad, ¿o no? Pues parece que, a la vista de lo que está ocurriendo en Ucrania, no es así. ¿Qué falla, entonces?
Que España sea la Arabia Saudí de la UE puede ser real y factible y va a suceder si no nos equivocamos”, esta es la frase que ha empleado el economista José Carlos Díez para ensalzar la capacidad de estas tierras de producir energía eléctrica fotovoltaica y convertir a España en un gran exportador de energía eléctrica. Pero, ¿este cuento de la lechera es posible? La cantidad de horas de insolación en España es el doble que el centro y norte de Europa. Y la población, un tema no menor, la mitad. Así, España podría producir mucha energía renovable exportable, …
La soberanía energética sólo se puede conseguir impidiendo la especulación. Y esta sólo se puede evitar si reducimos enormemente nuestras importaciones energéticas, por lo que habría que potenciar la producción renovable en el Estado español; y si evitamos que un oligopolio de grandes empresas dominen la producción y distribución de energía.
¿Es el hidrógeno verde la nueva panacea? ¿Es la energía que resolverá los problemas energéticos en el corto o medio plazo? ¿O simplemente un vector energético que por culpa de la especulación acabará convirtiéndose en la nueva burbuja energética?
¿Por qué ha aprobado la Comisión Europea que gas y nuclear sean consideradas energías sostenibles (incluso verdes) si, evidentemente no lo son ni hacía falta declararlas así?
Acaba de estrenarse 'No mires arriba' y, sorprendentemente, está gustando a la mayoría. ¿Su secreto? Permite defender lo uno y lo contrario, es decir, sirve a todo el mundo para afirmarse en sus convicciones
Estamos caminando a Glasgow. Partimos de Zaragoza y vía Bilbao y Santander, cruzamos el mar como la nueva Armada Invencible. Vamos a conquistar Gran Bretaña. El tiempo se acaba y el cambio climático se apodera del planeta. Nuestra invasión es pacífica y su bandera es la esperanza en poder influir de algún modo sobre los 200 países que van a reunirse en la COP26. En 2015, en París, llegaron a un acuerdo histórico de reducción de emisiones contaminantes a nivel planetario. Cinco años después poco se ha cumplido lo firmado. La actividad modificadora del hombre, sobre la naturaleza, el suelo …
Está científicamente demostrado que la actividad humana, a través de la quema de combustibles fósiles, principalmente, y la consiguiente emisión de gases con efecto invernadero, está provocando una subida de temperatura a nivel planetario, con afectaciones importantes sobre el clima, los fenómenos meteorológicos y la salud humana.
No, no estoy en contra del coche eléctrico, pero sí de la estupidez humana en la que nos ha sumido cierta publicidad oficial o empresarial de que todas las familias deben tener dos o tres coches y cuánto más grandes, mejor. Es imposible reemplazar los 1.200 millones de coches que hay en el mundo por vehículos eléctricos, ni los millones de camiones, tractores y autobuses ni los miles de aviones y barcos. Es imposible porque hacen falta muchas toneladas de muchos minerales que, simplemente, no hay; por mucha tecnología que queramos emplear. Es imposible porque se fabrican con un alto …
Algunos me reprochan que los pequeños ahorradores pueden ganar, como ha ocurrido recientemente en el caso GameStop. Son casos puntuales y anecdóticos porque son los especuladores los que manejan el dinero y los que establecen las normas.
Hay que fortalecer servicios públicos 100%, como las residencias de mayores y adaptarnos al planeta y no al revés. Vamos a hablar claro. Esto se hunde. Fin de la partida. El capitalismo se acaba. ¿Actuamos?
Como siempre, habrá muchas presiones para que ambas crisis las paguemos los mismos de siempre. Por eso conviene empezar a replantear las instituciones inútiles o parásitas. O las cambiamos para que sirvan, de verdad, al interés común o nos deshacemos de ellas.
El coronavirus está suponiendo un terremoto en todos los aspectos de una vida moderna que suponíamos segura y dominada. No se inquieten, que no vamos a participar del oportunismo sensacionalista que invade, desde hace años, la prensa de masas española. Un parásito microscópico, del que hay controversia para considerarlo ser vivo, ha puesto en jaque a un gigante como es la economía mundial. La globalización económica que nos trajo el neoliberalismo anglosajón de Thatcher y Reagan; que fomentó el crecimiento de las empresas y redujo los gobiernos para ponerlos al servicio de aquellas; que explota la precariedad y la especulación …