Los lagos endorreicos son especialmente sensibles a cualquier perturbación sobre todo a las producidas por las actividades humanas. Teniendo en cuenta que los microplásticos (MPs) ya han llegado a los lugares más recónditos del planeta ¿Cómo afectan los microplásticos en las lagunas e ibones de Aragón?
Los ibones y lagos son elementos icónicos del patrimonio natural de Aragón, un país con grandes contrastes geográficos y climáticos que dan lugar a un rico paisaje donde lagos e ibones aparecen repartidos desde las zonas más elevadas hasta los lugares a menor altitud. Estos ecosistemas acuáticos son reservas de agua dulce o salobre, considerándose auténticos tesoros medioambientales.
Hasta qué punto estas lagunas, lagos e ibones se comportan como sumideros de estos contaminantes emergentes es una incógnita. La identificación y cuantificación de estos contaminantes puede ser una gran herramienta para ayudar en la conservación de estos ecosistemas tan frágiles.
Por todo ello, desde Stop Plástico y la Asociación Naturalista de Aragón (Ansar) presentan un didáctico resumen del trabajo de investigación coordinado desde Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC).
“Los microplásticos como indicadores del estado de antropización de los lagos aragoneses”
La investigación sobre los microplásticos como indicadores del estado de antropización de los lagos aragoneses, ha sido llevada a cabo por Inés de la Parra en el ámbito de su tesis doctoral en el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) y liderada por los doctores Jorge Pey (IPE-CSIC) e Isabel Marín (Centro de Ciências do Mar, Portugal), con el objetivo de cuantificar y caracterizar la contaminación por Mps en varios lagos a escala nacional (Aragón).
Se parte de la idea de que la altitud y las distintas actividades humanas en cada zona influenciarán en la cantidad total y el tipo de partículas encontradas.
Resultados preliminares: Concentraciones, caracterización y morfología de los microplásticos
Una primera conclusión del estudio preliminar es que la concentración de Mps en los lagos de Aragón estudiados en 2023 es similar a la de otros lagos europeos bien conservados hasta la fecha. Estas concentraciones son bastante inferiores a las reportadas en otros países del planeta mucho más poblados que Aragón. Aun con todo, esto no significa que sea un buen dato, más bien todo lo contrario. “Una vez más brota nuestra huella de contaminación en espacios naturales de alto valor ecológico”, destacan desde Stop Plástico y Ansar.
El único lago donde se encontraron MPs tanto en la superficie como en la profundidad fue el ibón d'Estaners -de Estanés en castellano-, en el Pirineo Occidental aragonés, donde la concentración fue mayor en la superficie, tal y como suelen confirmar otros trabajos de investigación en lagos.
No obstante, alrededor del 35% de las 107 partículas analizadas eran fibras con una anchura <30μm, por tanto, por debajo del límite analítico. En consecuencia, sólo pudieron verificarse adecuadamente los fragmentos y pellets de mayor tamaño y los resultados pueden estar subestimados.
Los MPs encontrados fueron predominantemente pellets de PE/PP, blancos o transparentes y con un tamaño del eje mayor <500μm.
Estos resultados sugieren que los lagos que están expuestos indirectamente a través de la atmósfera o la escorrentía a actividades antropogénicas como las industrias, la agricultura y las actividades urbanas acumulan mayores cantidades de MPs (items/l), como los arrojados en los análisis de la laguna de Chiprana.
Otros lagos expuestos directamente a actividades antropogénicas moderadas (ecológicas y turismo recreativo) como l’ibón d'Estaners y Pardina muestran menor número de MPs pero de mayor tamaño, es decir, mayor cantidad de MPs en términos de masa (mg/m3).
Conclusiones del estudio
Actualmente no se ha observado un efecto claro de los MPs en la dinámica natural de estos lagos, aunque todavía es pronto para predecir los impactos en el medio y largo plazo, que pueden ser desde cambios físicos en la distribución de las partículas, hasta efectos eco-toxicológicos en especies clave.
Estos últimos (inflamación, alteraciones en los sistemas endocrino, neurológico, digestivo, metabólico, etc.) dependerán de la naturaleza de los aditivos que contienen los plásticos, de otros contaminantes que puedan absorber, o incluso de microorganismos patógenos que se pueden adherir a estas partículas y dispersarse junto a ellas.
La comunidad científica en todo el mundo está investigando cómo responden diferentes organismos vivos a diferentes concentraciones de MPs, pero queda un largo camino por recorrer cuando hablamos de sistemas naturales complejos como son los lagos.