Hace un par de semanas se iniciaba la denuncia pública y una recogida de firmas para paralizar un nuevo intento del Ayuntamiento de Zaragoza, en manos del Partido Popular y sostenido por Vox, para realizar una reforma en la Lonja de Zaragoza. La actuación pretendía el aprovechamiento para el acceso público en lo que se ha denominado "planta alzada", un espacio diáfano situado entre las bóvedas del histórico edifico y el tejado. El proyecto, retomaba la idea de implementar ascensores y escaleras para lograr dicho objetivo y estos se pretendían localizar en la fachada de este inmueble del siglo XVI que da al Paseo Echegaray.
Ya con anterioridad, en 2022, la Comisión de Patrimonio de Zaragoza paralizó un primer proyecto similar. La Lonja tiene catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC) por lo que goza de una especial protección, que con este nuevo intento se pretendía lograr sortear y conseguir el informe positivo de dicha comisión. Más de 9.000 personas ya habían firmado para impedirlo y el revuelo sobre esta polémica actuación aumentaba por momentos.
Marcha atrás y memoria frágil de Chueca
En una entrevista en Onda Cero este miércoles, la alcaldesa de Zaragoza dijo que "todo el mundo puede estar tranquilo" y espetó: "No hay ningún proyecto para poner ascensores por la parte exterior de La Lonja". Sin ningún rubor, sin explicar los motivos y sin admitir que ha sido la presión vecinal la que le ha obligado a la renuncia. Algo así como cuando dices algo fuera de lugar, o que sabes que le ha molestado a otra persona, y dices con cara angelical: "es broma". Pues eso, que la licitación del anteproyecto era un chistecillo para animar la aburrida actualidad municipal, que con tanta aquiescencia de los grandes grupos de comunicación locales está la mar de aburrida desde que gobierna la derecha con el apoyo la extrema derecha. Algo tendrán que ver la concordancia de intereses económicos y las paguitas con las que se riega el ecosistema mediático aragonés.
O quizás ha sido "un bulo" o invención y la licitación nunca existió. Son las dos únicas explicaciones posibles si tomáramos en serio la forma de zanjar el asunto por parte de Natalia Chueca. En este sentido desde el perfil de Gozarte en Instagram, asociación impulsora de la iniciativa ciudadana ‘Salvemos la Lonja’, se publicaba una "carta abierta" que incidía en la "poca memoria" de la regidora de la capital aragonesa. "Se te ha olvidado, por lo visto, que en noviembre de 2024 (hace cuatro días, no está tan lejos como para no recordarlo) sacasteis un pliego de condiciones para un ‘Anteproyecto del nuevo acceso para la puesta en servicio de la Planta alzada existente de La Lonja", le recrimina la misiva.
Alegría por la paralización, gusto amargo por la actuación municipal
Carlos Millán, impulsor de la campaña digital de recogida de firmas, en otra actualización posterior en el mismo perfil, admite que aunque "debería estar contento, y lo estoy, porque parece que los ascensores de la Lonja no se van a hacer" la forma de renunciar al mismo por parte de la alcaldesa le ha dejado "un gusto tan amargo que de momento no me deja alegrarme mucho".
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No es para menos. Así lo explica: "Yo esto lo veo así, corregidme si me equivoco: han visto que hay un número cada vez mayor de ciudadanos claramente en contra, han tenido miedo, y en vez de retirarse con dignidad (algo que se puede hacer, de verdad, asumiendo uno sus errores y ya está, no pasa nada, todos nos equivocamos) nuestra alcaldesa ha decidido hacerlo intentando que los que quedemos como unos mentirosos seamos nosotros".
Como recrimina Millán, da la sensación de que el gobierno municipal, lejos de entender que su proyecto es un error innecesario, ha metido su segundo intento de "reformar" la Lonja en un cajón para sortear la creciente presión social y de paso intentar desacreditar la iniciativa ciudadana. "El proyecto no está en la basura, está en el cajón, y de ahí se puede recuperar en cualquier momento, y además queda mucho camino hasta lograr que la Lonja sea protagonista de su propia película, que es lo que merece, y no un simple decorado de lujo para las películas", reflexiona el impulsor de la campaña ‘Salvemos la Lonja’.