El año pasado las malas feministas nos apropiamos de AraInfo para tachar a todos los hombres. Esta pequeña rebeldía simbólica trajo algunas lágrimas de señores ofendidos. Al margen de la cero sorpresa ante esta reacción, nuestra intención era visibilizar la sobre presencia masculina cis y, por lo tanto, la poca visibilidad de otras identidades.
Este 2023 no hemos tachado a nadie, aunque no ha sido por ganas, pero sí queríamos, de nuevo, escribir una editorial práctica, divulgativa y pedagógica. Otro servicio para la gran comunidad que es AraInfo, incluso, si es útil, de las que están fuera.
Por eso, nos hemos remangado, hemos cruzado pensamientos y hemos elaborado esta guía basada en la sabiduría que da la experiencia de ser la cuota, la chica, la voz femenina, de AraInfo pero que sea mujer o periodista con apellido Mujer como dice nuestra colaboradora y amiga Berta Jiménez Luesma.
Cinco tips, consejos, trucos, claves o ideas desesperadas para encontrar a una mujer que participe en lo tuyo SEA LO QUE SEA.
Si no encuentras tantas mujeres, baja el ritmo
Muchos de los hombres que militais en cosas u os habéis montado cosas nos comentáis que es muy difícil encontrar a mujeres que se animen a participar en lo vuestro. Sí, la presencia de mujeres en el espacio público sigue siendo menor a la de los hombres, es hora de asumir esto. Puede ser que no podáis encontrar suficientes mujeres para llenar todos los espacios, porque básicamente, no hay mujeres. ¡Sorpresa!
Por ejemplo, sigue habiendo menos mujeres en el mercado laboral y, por tanto, menos mujeres en la esfera pública. Muchas de nosotras se encuentran todavía en el espacio doméstico y aunque ya no es una jaula de oro como antes, sigue generando dinámicas y ausencias en otros lugares.
De hecho, recogemos estos datos que parecen ajenos al tema de esta editorial para mostrar que incluso las dinámicas laborales afectan psicológica y socialmente a las mujeres y a quienes no lo son. Seguimos estando mayoritariamente en la esfera privada del hogar y la esfera pública, por desgracia, sigue siendo de dominio masculino.
El consejo aquí sería que tal vez es hora de asumir que hay ritmos de publicación, de acción, o militancia en lo público que no son compatibles con la realidad de muchas mujeres. Quizás no hay mujeres para participar en tu movida todas las semanas pero igual sí para hacerlo cada dos o cada mes. Adapta tu trabajo o proyecto a los recursos con los que cuentas o simplemente pregunta a las mujeres que te molaría que participaran cuál puede ser su ritmo de participación.
Tu movida puede no ser su movida
Otra cuestión que suele bloquear la participación de mujeres viene del propio acto en cuestión. ¿Cómo es posible que no haya ninguna mujer que quiera hablar de este tema del que no paro de hablar con mis amigos? No sé cómo decir esto sin que duela pero a veces pasa, solo a veces, que nos interesan temas distintos.
Antes de que me vayas a decir que si es por nuestra esencia de mujer, por las hormonas o por que estamos en mercurio retrógrado, NO. De nuevo, ¡sorpresa! La diferente socialización y educación, la combinación de las diferentes opresiones que nos atraviesan nos ponen un lugar en el mundo, y por lo tanto, vemos el mundo desde un lugar distinto. Nuestros intereses, preocupaciones y saberes cambian y quizás nuestros ‘última hora’ son otros, igual de acuciantes y obsesivos.
Por supuesto, compartimos muchos muchísimos intereses pero a veces la rabiosa actualidad, el tema clave del momento tiene aristas, quizás es el momento de preguntar a las mujeres de tu alrededor cómo abordarían tu parcela de interés o cuál es su parcela de interés.
Valorarnos por lo que sabemos y no por lo que somos
A las mujeres no nos hace especial ilusión que se nos valore por lo que tenemos (o no) entre las piernas. En una paradoja histórica, intentando no caer en la invisibilización hemos vuelto a reproducir las mismas lógicas de hace 200 años, cuando se valoraba únicamente a las mujeres por lo que éramos y no por lo que contenían nuestras lindas cabecitas.
Sabemos que no es consciente ni es una perversa artimaña de los hombres para engañarnos (otra vez). A veces se tiene la mejor de las intenciones pero no se sabe cómo acertar. Por eso, cómo es difícil hacerlo bien cuando hay toda una estructura social que te empuja irremediablemente a cosificar a las mujeres, se nos ocurre que si te apetece mucho mucho que una tía hable en tu movida puedes buscar un colectivo, proyecto o cosa y ver primero si hay mujeres visibles en él. Si es el caso y aparecen sus nombres o cargos no está de más una buscadita en Google para saber de qué escribe, de qué suele hablar o por qué es visible.
Así, cuando quieras a ese colectivo en tú movida puedes decirles: “Ey, nos gusta mucho como escribe, habla, canta, existe Izarbe y nos gustaría que estuviera en nuestra cosa en representación vuestra. ¿Podría ser?”.
Incluso aunque sea un poco fingido, esta fórmula es más agradecida y nos hace sentir valoradas por lo que hacemos y cómo lo hacemos y no por lo que somos. Ahora el fondo es el que es, nosotras lo sabemos y lo asumimos, pero quizás, con el tiempo, estas dinámicas se interioricen y finalmente sea verdad que nuestro cuerpo no es nuestro principal valor.
Pregunta qué nos haría participar
Perdonad que insistamos pero es que todo viene de lo mismo. Las personas que no somos hombres cis tenemos una educación y una socialización diferente y eso provoca, entre muchas cosas y muchos traumas, que nuestra manera de afrontar las situaciones sean distintas. En el caso de la exposición pública nos atraviesan muchos pensares y sentires que es posible que comportamos o no con los hombres cis. Uno de ellos es el llamado ‘síndrome de la impostora’.
¿Qué significa este palabro? Se trata de un cuadro psicológico en el que la gente se siente incapaz de internalizar sus logros y sufre un miedo persistente de ser descubierto como un fraude. No, no es una enfermedad mental reconocida pero en más o menos intensidad, es algo bastante recurrente entre quienes tenemos que habitar en ocasiones la esfera pública.
El término fue acuñado por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978, año en el que publicaron un artículo sobre este síndrome, llamado ‘The imposter phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention’.
Después de este momento Wikipedia, volvemos a los sentires. A veces cuesta encontrar a mujeres que quieran dar la cara y ser visibles porque creemos que nuestros conocimientos no son nunca suficientes y que si nos mostramos corremos el riesgo de que alguien descubra nuestras carencias. Es estúpido porque precisamente nos sobrepreparamos para que esto no ocurra y somos listísimas pero no dijimos que esto fuera racional.
Por eso, el consejo aquí sería tal vez preguntar a estas mujeres qué necesitan para sentirse a gusto, quizás pactar preguntas, o ir con unos temas muy acotados, o quizás hablar de un tema en el que ellas se sientan cómodas aunque no sea exactamente de lo que tú querías que hablara. Puede ser, incluso, que en algún momento, estas mujeres se sientan cómodas para hablar de otros temas más cercanos a tus intereses, pero siempre, respetando sus ritmos (vuelve a leer el primer consejo).
No consideres que hay cosas universales y cosas de mujeres
Hay un fenómeno que se repite de manera más o menos habitual de manera inconsciente y es que las movidas organizadas por mujeres son para mujeres, quieran o no, hablen de lo que hablen.
Sin embargo, cuando los hombres organizan cosas se da por hecho que de lo que vaya el asunto va a ser de interés universal, que lo que les preocupan a estos hombres concierne a toda la humanidad. Por ejemplo, si tu organizas algo para hablar de crianza y cuidados tiene altas probabilidades de que sea encasillado en la categoría ‘mujeres’, sin embargo, si organizas algo sobre la Romareda es algo que va directo a ‘interés general’.
Lo cierto es que la crianza y los cuidados conciernen a toda la sociedad aunque somos las mujeres las más afectadas y lo que ocurra a la Romareda nos concierne a todas las personas que habitamos Aragón aunque se podría decir que el fútbol afecta más a los hombres en términos generales. ¿Veis por dónde vamos?
Quizás un acercamiento a los espacios organizados por mujeres aporta valor a lo que las mujeres hacen, te muestran perspectivas que quizás desconozcas y que puede que te parezcan interesantes para tu propio espacio. Y así, puedas poner en práctica alguno de los otros cuatro consejos.
Si ahora tienes ganas de conocer perfiles de mujeres con lindas cabecitas llenas de saberes, algunos útiles otros no tanto, os proponemos un paseo por algunas de las colaboradoras que han participado en AraInfo este pasado 2022. No podemos asegurarte que quieran participar en lo tuyo pero seguro que te interesa lo que dicen.
Ellas son: María Angulo Ejea, Laura Comín, Zoe Trujillo, Siranush Sargsyan, Cristina Sanchez y Esther Moreno, Aisetou Kajakeh, Gabriela y Diana, Isabel Perez, Laura Gracia y Vega Latorre. En esta selección también puedes encontrar artículos nuestros, de Berta Comas y Rocío Durán.
Este 8 de marzo seguimos aspirando a ese espíritu de aprendizaje, de divulgación y de empatía aunque a veces se nos escape un poco la somardería. Disculpadnos, es que somos mujeres pero también muy aragonesas.