Un funeral de Estado para el dictador y genocida

La exhumación de Franco, que se ha convertido en un acto de exaltación fascista retransmitido en directo, ha contado con la presencia de la ministra de Justicia del Gobierno español y la salida a hombros de la Basílica del féretro bajo los gritos de “Viva España” y “Viva Franco”. Sacar a la momia de Cuelgamuros es un paso que llega tarde e insuficiente. Queda por erradicar el franquismo de las instituciones y recuperar del olvido a las 100.000 personas asesinadas por el fascismo que todavía siguen esperando en las cunetas.

Franco
Esta flor se colocó en el muro del cementerio de Torrero de Zaragoza en honor a las personas que combatieron contra el fascismo y lo pagaron con la muerte | Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Francisco Franco ha sido el primero en salir de Cuelgamuros donde todavía se encuentran enterrados José Antonio Primo de Rivera y más de 30.000 combatientes de la guerra de 1936 que fueron exhumados sin el consentimiento de sus familias para permanecer bajo el yugo del dictador incluso cuando estuviera muerto.

El acto de exhumación, que ha sido retransmitido en directo, ha contado con la presencia de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, junto a otros representantes del Gobierno español. La salida a hombros del feretro de la Basílica al grito de “Viva España” y “Viva Franco” por su familiares -el clan Franco, Martínez-Bordiú y Borbón- ha sido considerada por varias personas expertas en memoria democrática como un “funeral de Estado”.

La jornada comenzaba al punto de la mañana cuando Francis Franco, nieto del dictador, colgaba la bandera preconstitucional con el aguilucho en el balcón de sus oficinas y la llegada de algunas personas con banderas preconstitucionales a las puertas de Cuelgamuros. Tras este acto de exhumación, el Valle de los Caídos ha cambiado su nomenclatura al nombre original de la zona, Cuelgamuros.

Pese a que el Gobierno del Estado español prohibía entrar a la Basílica de Cuelgamuros ningún objeto con simbología franquista, las cámaras han captado a Francis Franco portar bajo el brazo una bandera que pese a estar estrategicamente doblada se ha podido observar el aguilucho entre los pliegues.

Esta no es la primera vez que el nieto del dictador se enfrenta a las normas jurídicas del Estado español. En 2012 fue condenado a 30 meses de prisión por delitos de atentado contra la autoridad y conducción temeraria por un juzgado de lo penal de Teruel, pero fue absuelto después por la Audiencia Provincial. El coche que tras ser perseguido durante 30 kilómetros se dio a la fuga tras encañonar a dos agentes de la Guardia Civil con una escopeta y arremeter contra el vehículo de los agentes, estaba registrado a nombre de una sociedad propiedad del hijo de Francis Franco.

Pasadas las 11.00 horas comenzaba el levantamiento de la losa y a las 12.55 horas salía el féretro a los hombros de familiares hasta el coche fúnebre y bajo la atenta mirada de la Ministra de Justicia los y las 22 familiares se han santiguado y al grito de “Viva España” y “Viva Franco” han cerrado el capó del coche. El prior de la basílica, Santiago Cantera, que se ha opuesto en todo momento a la exhumación, ha bendecido la momia. Una escena esperpéntica y rozando la ilegalidad que ha puesto en cuestión tanto la Ley de Memoria Histórica como el Acuerdo del Gobierno estatal que prohibía la exaltación del franquismo durante el acto.

El guion se ha cumplido, y es que el dictador ha salido como estaba previsto: a hombros y con la bendición del prior. El ataúd del genocida, el original por decisión de la familia, ha sido trasladado en un helicóptero Superpuma del Ejército del Aire a su nuevo lugar, el cementerio de El Pardo-Mingorrubio. Aquí están enterrados Carmen Polo, su esposa; el que fuera presidente durante el franquismo, Luis Carrero Blanco; y Carlos Arias Navarro, último presidente del Gobierno de la dictadura, entre otros.

El panteón es propiedad de Patrimonio del Estado a través de una concesión. El Gobierno español ha ofrecido la venta de esta concesión a la familia que la ha rechazado. Una familia que tras la muerte del dictador ha seguido amasando fortuna siendo propietaria de un holding dedicado a servicios financieros, explotación agrícola y bienes inmobiliarios,

En Mingorrubio ha continuado el esperpento fascista con un oficio religioso, a cargo del prior del Valle de los Caídos y un sacerdote, hijo del guardia civil golpista del fallido 23F, Antonio Tejero, que tampoco ha querido perderse este bochornoso espectáculo y ha cruzado los cordones de seguridad sin la acreditación correspondiente. Esta vez, sin necesidad de disparar.

"Dichoso usted mi general, que por defender la fe católica y el santo nombre de Jesucristo ha recibido insultos, calumnias y persecución, en la vida y en la muerte", ha señalado el hijo del golpista, según el texto íntegro de la homilía.

Para sumar más ingredientes a este amargo plato, al parecer, Francis Franco se podría haber llevado la bandera preconstituicional con la que fue enterrado su abuelo lo que podría suponer un delito dado que es propiedad de Patrimonio del Estado. Por cierto, un mensaje a las grandes cadenas de televisión españolas: no son nostálgicos, son fascistas.

Faltan 100.000 personas en los cementerios

Este primer paso que llega cuarenta años después de que fuera enterrado por primera vez el 23 de noviembre, no es suficiente. Todavía queda por sacar el franquismo de las instituciones políticas y de la administración de justicia del Estado español y dar a las más de 100.000 personas asesinadas por el fascismo, que todavía están esperando en las cunetas, un funeral digno.

Los eurodiputados y eurodiputadas que forman el grupo sobre memoria histórica que trabaja en el Parlamento Europeo han recordado en una carta que tras este primer gesto, “se exhume igualmente del valle a José Antonio Primo de Rivera y que comience un proceso serio para convertir Cuelgamuros en un ‘Valle sin Caídos’, un paso imprescindible para tratar de resignificar el lugar”.

El grupo recuerda que el propio Parlamento Europeo (resolución de 25 de octubre de 2018, sobre el auge de la violencia neofascista en Europa) ha apoyado un proceso de este tipo para un mausoleo que constituye un caso único en Europa de glorificación de un régimen dictatorial.

"Las familias de las personas enterradas en el Valle de Cuelgamuros – enfatizan - tienen derecho a recuperar los cuerpos de sus familiares y decidir libremente cómo y dónde quieren enterrarlos. Casos similares al del Valle, como los de las fosas de Ornithy en Chipre, son considerados por el Parlamento Europeo un caso de trato inhumano y degradante” que, además, está prohibido por el artículo tercero del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos.

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