El guerrillero antifranquista Martín Arnal, de 97 años, pudo presenciar como aquellos que fueron asesinados por fascistas en enero de 1937 han sido sacados de una zanja sin señalizar y van a poder recibir una sepultura digna. Martín desenterró a su hermano el año pasado, sepultado en una fosa en el mismo cementerio oscense.
La asociación que está detrás de la exhumación es la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO), que ha contado con la ayuda y la colaboración de las asociaciones memorialistas Círculo Republicano Manolín Abad de Uesca, Batallón Cinco Villas de Exeya y Charata de Uncastillo.