El "Somos" de Labordeta vuelve a cerrar los Pilares: "la venganza contra los censores"

Las fiestas del Pilar han concluido como lo llevaban haciendo desde hace una década, con los versos del ‘abuelo’. Unas fiestas que se han vivido, al menos, de dos maneras. La impuesta por el azconato, con jotas, toros, rosarios y flores; y la popular, haciendo frente a los vetos de "todos aquellos que auspiciaron una vida represiva y reprimida".

La imagen de Labordeta proyectada sobre el escenario de la fiesta de "la fin" de Ixo Rai!. Foto: @FundacLabordeta

Este año sí. El "Somos" de José Antonio Labordeta ha vuelto a poner las notas musicales al cierre de los Pilares 2022. Las 67 voces de la sección juvenil del Coro Amici Musicae entonando los versos que escribió el ‘abuelo’ en 1991 han emocionado a las miles de personas que han asistido este domingo por la noche al escenario de la Fuente de Goya en la plaza del Pilar de Zaragoza. Después, 750 kilos de pólvora en un espectáculo pirotécnico de fuegos artificiales y la traca final desde la arboleda de Macanaz han iluminado la despedida a nueve días festivos, según el programa oficial, y diez, según el popular.

El Coro juvenil de Amici Musicae, formado por jóvenes entre 16 y 26 años, interpretando el "Somos" de Labordeta. Foto: Daniel Marcos (AZ)

Y es que estas fiestas se han vivido, al menos, de dos maneras. A la manera impuesta por el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, y su equipo del trifachito (PP-Cs-Vox). Un empacho de jotas, toros, rosarios y flores aderezado con aviones militares de la "Hispanidad" para "honrar" a la virgen y drones sobrevolando la capital, ante la estupefacción de gran parte de la ciudadanía. "Faltarán perras para otras cosas, pero aquí gastan un millón", decía la canción. Tufo a podrido en un programa oficial que ha vetado a la música popular aragonesa, en un inútil intento de dejar a "un pueblo sin sus raíces, sin alma, sin futuro".

Un Azcón que también ha recortado de forma unilateral los horarios de las barras en la calle de los colectivos sociales. Un Azcón que prometía "descentralizar" las fiestas a los barrios. Unos barrios que, en su mayoría, se han sentido de nuevo olvidados. Un Azcón que ha vuelto a criminalizar a la juventud mientras incitaba al "vandalismo" en unas calles con olor a orín. Un Azcón que ha incumplido con los requisitos que impone a las asociaciones vecinales. Un Azcón que se postula al premio de peor gestor municipal por su actitud ante la huelga más larga de Zaragoza, que ha superado los 600 días mientras hemos visto autobuses arder otra vez en una de las semanas de mayor afluencia, con más de 1.700.000 personas en la ciudad. Un Azcón que ha conseguido dividir y romper los consensos.

Por contra, la Zaragoza olvidada, la de las nadie, la ninguneada, ha hecho lo que mejor sabe hacer. Enfrentarse a cualquier imposición desde la rebeldía y la alegría. Así, hemos escuchado a Ixo Rai! dando inicio a la fiesta en su último concierto en una Multiusos que colgó el cartel de sold out, un concierto que el Ayuntamiento no quiso en su programa oficial. Menos de 24 horas después, en otra de esas ironías de la vida, los componentes de la banda aragonesa fueron nombrados "Hijos predilectos" delante de las narices del alcalde. Hemos visto a la Zaragoza antitaurina volver a manifestarse, y a la campaña por la absolución de los seis visibilizarse por muchos rincones de la ciudad. Hemos visto llenos los espacios festivos autogestionados, puntos de encuentro de la solidaridad. Hemos bailado con cientos de músicos y músicas al son de las gaitas de boto, dulzainas, guitarricos, chiflos, zanfonas, algún que otro salterio -o chicotén- y los tambores, rompiendo la censura de las derechas. Hemos vivido unos Pilars en aragonés y contraculturales. Hemos visto a la gente reír y soñar despierta, a pesar de los golpes. Por eso, apuntamos una victoria más.

Los fuegos artificiales y la traca final desde Macanaz. Foto: Daniel Marcos (AZ)

Se cierran los Pilares oficiales, unos Pilares del montón en cuanto a la gestión de un Gobierno municipal enfangado en la mediocridad. Unas fiestas que sacan un 7,85 de nota media, y que, con diferencia, se llevan la mejor valoración del grupo de edad de personas mayores de 75 años, según el sondeo de opinión sobre los festejos realizado por el Ayuntamiento, y que desde 2015 no baja del 7,75. Otro "notable", este solo gracias a la calidad de las más de 180 bandas musicales, compañías de teatro, danza y circo que han llenado parques, plazas y las pequeñas salas. Ellas sí han superado con creces el listón. Desde los grandes conciertos del Jardín de Invierno -aunque la mitad han sido de pago, en una alarmante deriva privatizadora- o la Estación del Norte con grupos de la talla de The Soft Moon, Goodspeed You Black Emperor!, Angelus Apatrida, Madeleine Peyroux, Zahara, Macy Gray, Femi Kuti & The Positive Force, Derby Motoretta’s o Lila Downs, pasando por los escenarios más íntimos con los sonidos de Tremenda Jauría o el talento de este pequeño país cierzo de Del Desierto, Los Bengala, Red Baleine, Artistas del Gremio, Fresquito y Mango o la Fokin Massive. Hasta los espacios infantiles, como Río y Juego y el Parque de las Marionetas, que han hecho gozar a las 244.000 personas, grandes y pequeñas, que han pasado por allí. Las ganas de la gente en las primeras fiestas sin restricciones desde la pandemia y un tiempo más propio de las noches de verano han hecho el resto.

Y seguro que a Jorge Azcón se le han revuelto las tripas al escuchar este domingo la canción de Labordeta, con la que se pone fin a las fiestas desde 2010, cada año interpretada por un cantante o grupo distinto. Ese "Somos" que el pasado año quiso borrar del mapa, sin ningún éxito por cierto. Y si no querías caldo, toma dos tazas. Porque el alcalde de Zaragoza también tuvo que tragar en el día del pregón con el "Canto a la libertad" del ‘abuelo’, uno de los momentos más emotivos de estos Pilares que ya han terminado. Y todo, mientras sus compañeros de partido se revolvían en el balcón del Ayuntamiento. Una pequeña venganza. "La venganza contra los censores, los eclesiásticos de mala ralea y contra todos aquellos que auspiciaron una vida represiva y reprimida", decía Labordeta. Y seguiremos "hundiendo en las palabras las huellas de los labios para poder besar", para "hacer con el futuro un canto a la esperanza", porque "somos igual que nuestra tierra, suaves como la arcilla, duros del roquedal".


Más información sobre los Pilars 2022 en este enlace.

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