Salvemos los Pinares de Venecia

Creí que con el rechazo ciudadano a la pésima actuación del Ayuntamiento de Zaragoza en la Plaza Salamero, a la que degradaron a una embajada del hormigón, el consistorio aprendería que la sociedad valora la existencia y conservación de espacios verdes, como necesidad básica y muestra del buen gusto para que las ciudades no solo sean una suma de edificios y vías para circular, sino también enclaves en cuyo diseño se incluyen áreas de inmediatez para que la colectividad quede compensada por el peaje de contaminación que supone habitar en zonas masificadas. Me equivoqué. Quien calificó de arboricida a este …

Victoria Trigo en la c0ima del Pico La Raca, 19-08-2018.- Foto Libia (1) Canal roya
Victoria Trigo en la cima del Pico La Raca, 19-08-2018.- Foto Libia (1)

Creí que con el rechazo ciudadano a la pésima actuación del Ayuntamiento de Zaragoza en la Plaza Salamero, a la que degradaron a una embajada del hormigón, el consistorio aprendería que la sociedad valora la existencia y conservación de espacios verdes, como necesidad básica y muestra del buen gusto para que las ciudades no solo sean una suma de edificios y vías para circular, sino también enclaves en cuyo diseño se incluyen áreas de inmediatez para que la colectividad quede compensada por el peaje de contaminación que supone habitar en zonas masificadas.

Me equivoqué. Quien calificó de arboricida a este Ayuntamiento, acertó plenamente. Ahora ya no se trata de arrasar con los árboles de una determinada calle o avenida. Ahora se disponen a esquilmar los Pinares de Venecia, que forman parte de una geografía que hasta la fecha ha servido a generaciones de zaragozanos para encontrar ese balón de oxígeno que en muchos lugares y momentos resulta imposible disfrutar.

Quiero continuar paseando por allí. No hay razón lógica para ese trueque demencial de verde por atracciones de hierro, de campo libre por más asfalto. La naturaleza es un bien a proteger, no un escenario al servicio de intereses ajenos al bienestar de la población.

Los Pinares de Venecia son una parte importante de la geografía emocional de los zaragozanos. Apelo a la capacidad de reflexión de quienes apuestan por destrozarlos y a la lucha vecinal para que este desatinado proyecto no llegue a ser realidad.

La ecología no es una moda, sino un imperativo de nuestros tiempos. Los árboles son nuestros pulmones. No nos asfixien más.

Salvemos los Pinares de Venecia.

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