Desde el inicio escuchamos palabras, palabras, palabras. Nos enseñan el mundo antes de ver bien. Términos cargados de emociones, cargadas de sentido solo en interactuación con otra persona. Regiro la sopa para que se enfríe, espolso la ropa cuando le cae polvo y junto la puerta si la quiero dejar pegada al marco pero no cerrada del todo. Se me sienta el sol en la cara después de estar mucho tiempo en el monte o me da mucha pena en las tórridas tardes de verano y en las mañanas despejadas del invierno porque debo tener los ojos muy sensibles. El …
