En el 2018 el volumen de negocio de AENA creció un 7,3% y los beneficios netos un 7,8%, mientras las tasas para las compañías aéreas se reducían un 2,2%. Unos datos que para la plantilla demuestran que es posible una subida salarial acorde al incremento de las cargas de trabajo y de los beneficios empresariales.
La gestión de la empresa sigue siendo pública, sin embargo, y según denuncian desde CGT, los fondos buitres “se llevan los millones por cientos a sus sedes en paraísos fiscales, descapitalizan la empresa a través de un reparto de dividendos del 80% de los beneficios consentido desde Moncloa poniendo en riesgo nuestro modelo aeroportuario y a pesar de no incluir los efectos de semana santa”. Estas festividades ha dado como resultado un incremento del 22,7% del beneficio neto en el primer trimestre del año.
Este “desfalco” como lo denominan desde CGT trae consigo la pérdidas de condiciones laborales, la destrucción de plantilla y la llegada de la temporalidad a una empresa pública, entre otras cuestiones. Tras la “crisis” en la que se sumió la empresa, ahora que comienzan a aumentar los beneficios, la plantilla exige recuperar las condiciones previas a la privatización como “reconocimiento a nuestra aportación imprescindible (no individual, sino colectiva) al éxito de AENA”.
Según los datos que maneja el CGT, el retorno de capital de AENA, es decir, los beneficios antes de impuestos que genera la empresa, alcanzan el 61,5%, mientras que una empresa con unos gastos similares como Aeropuestos de París (ADP) recibe el 43,8%.
Por ello, y según estas cifras tan ventajosas para AENA, el primer paso para CGT es recuperar la masa salarial perdida. El gasto en personal para la plantilla de ADP de unas 6.300 personas en Francia (casa matriz del grupo), que atendieron a 105,3M de pasajeros y pasajeras, le supuso a ADP 556 millones de euros, mientras AENA destinaba 376,9 millones de euros a sus 7.629 empleados a pesar de que en el Estado español se atendieron a 2 veces y media más de pasajeros (263,7M).