The Wave: la DGA apuesta por el lado oscuro de la gestión de datos

La segunda edición de este encuentro tecnológico organizado por el Gobierno de Aragón, junto a las foranas Amazón AWS y Microsoft, y las nacionales Ibercaja, Hiberus e Integra, apuesta estéticamente por una mezcla de The Ring y el lado oscuro de la fuerza de la saga Star Wars. Y ya conocen la indisoluble relación entre ética y estética. Para el Gobierno de Aragón liderado por Jorge Azcón, todo aquello que suene a público, universal o igualitario es susceptible de convertirse en ‘una oportunidad de negocio’ para su entorno. Cualquier aspecto de la vida, por importante que sea, si es de …

Imagen: The Wave / DGA

La segunda edición de este encuentro tecnológico organizado por el Gobierno de Aragón, junto a las foranas Amazón AWS y Microsoft, y las nacionales Ibercaja, Hiberus e Integra, apuesta estéticamente por una mezcla de The Ring y el lado oscuro de la fuerza de la saga Star Wars. Y ya conocen la indisoluble relación entre ética y estética.

Para el Gobierno de Aragón liderado por Jorge Azcón, todo aquello que suene a público, universal o igualitario es susceptible de convertirse en ‘una oportunidad de negocio’ para su entorno. Cualquier aspecto de la vida, por importante que sea, si es de gestión pública es susceptible de privatización o externalización, y si no de la chirripitifláutica colaboración público-privada, o transferencia del dinero de todes a los bolsillos de las empresas privadas, a poder ser de empresas ‘amigas’.

Oficialmente, y empleando para su difusión, no sólo los canales y medios propios y públicos de la DGA, sino también a su panzerdivisión mediática, también conocida como ‘la bien pagá’, esto es: Heraldo (Grupo Henneo o HH), Ok Diario, El Periódico de Aragón, Hoy Aragón, La Ser, Onda Cero, y por su puesto la tele concertada Aragón TV (en manos y bolsillos de HH), asegura que “el Palacio de Congresos de Zaragoza se convertirá en un universo de innovación tecnológica y exploración del futuro empresarial gracias a los seis espacios diseñados para que la experiencia de los asistentes sea inmejorable”.

El Gobierno de Aragón, principal organizador del sarao señala que se trata de “tres días intensos de conversaciones prácticas y conexiones estratégicas, enfocados en cómo convertir la tecnología en una ventaja real para las empresas. Aquí, no importa el sector; importa lo que podemos lograr juntos”, efectivamente, no se trata de conocer las ventajas de la tecnología para el conjunto de la ciudadanía, no se trata de universalizar el conocimiento, no se trata de controlar el poder de las grandes multinacionales tecnológicas, no se trata de crear empresas públicas o institutos tecnológicos cuyo objetivo sea el bien común, se trata de ‘vender’ entre los suyos la “ventaja real para las empresas” de estos nuevos nichos (donde anida el lado oscuro de la fuerza) de mercado, punto, ni más, ni menos.

Aseguran desde la DGA que en The Wave (que traducido del cosmopaleto al castellano estándar, significa La Ola) “el 21 de marzo tendrá lugar una jornada diseñada para conectar talento con recursos, para transformar visiones en proyectos reales. Startups, inversores y líderes en innovación. Todo en un solo lugar. Ponentes especializados en el mundo startup y de la inversión, batallas por saber qué proyecto se llevará el primer premio y oportunidades de networking exclusivas te esperan en el The Wave Invest”, pues eso, aragonesas, que la fuerza nos acompañe, por que nuestro gobierno es más ‘del lado oscuro’.

Por su hubiera alguna duda del nulo interés de la DGA por el bien común de la sociedad aragonesa, recalcan que “The Wave es el escenario clave para directivos, empresarios y profesionales que quieren aprender a convertir los avances tecnológicos en oportunidades para sus negocios”, mientras la vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero asegura que “The Wave se ha consolidado en muy poco tiempo como una referencia del sector tecnológico y es un ejemplo del Aragón que queremos”. Así pues, a juicio de Vaquero, en sólo dos años The Wave se ha convertido en una tradición tan arraigada como llevar flores al Pilar, parece ser, pero lo más grave es que confirma que el Aragón que quieren es vender los recursos naturales por unos collares de cuentas y un par de botellas de agua de fuego.

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