Muladares de Aragón: piezas fundamentales en la conservación de aves necrófagas

Los comederos de aves necrófagas cumplen 20 años y siguen teniendo un papel fundamental en la conservación de estas aves. El Gobierno de Aragón creó una red estratégica por todo el país “para abastecer y suplir con aportes de mataderos la falta de alimento en el medio natural”, conocida como Red Aragonesa de Comederos de Aves Necrófagas (RACAN).

Muladares de Aragón: piezas fundamentales en la conservación de aves necrófagas
El muladar de Tauste es crucial para mantener las poblaciones de alimoche de las Bardenas y de la redolada de Exeya. También está en un punto estratégico de la migración de ejemplares procedentes de Europa | Foto: Ansar

Fue un paso muy importante y decidido del Gobierno de Aragón ya que algunas de estas aves se encontraban catalogadas legalmente “en peligro de extinción” o “vulnerables” según la legislación tanto nacional como estatal. Se produjo a raíz de la prohibición del abandono de cadáveres en el campo a comienzos de este siglo, y fue cuando el Gobierno de Aragón creó una red estratégica por todo el país “para abastecer y suplir con aportes de mataderos la falta de alimento en el medio natural”.

Desde Ansar y Amigos de la Tierra Aragón recuerdan que “así, se creó RACAN, la Red Aragonesa de Comederos de Aves Necrófagas. Actualmente esta red cuenta con aproximadamente 45 puntos que cubren las comarcas donde existen poblaciones de estas aves”. Los muladares son instalaciones que se abastecen con determinada regularidad “con restos procedentes de mataderos y restos ganaderos que se suministran por Sarga”, detallan.

Las aves que se benefician de estos aportes extra de alimentación son el buitre leonado, el buitre negro, el alimoche, el milano real y el quebrantahuesos, denominadas necrófagas por alimentarse de cadáveres de animales o de restos de cadáveres. No obstante, hay otras aves que también se benefician de este recurso, como son diversas rapaces generalistas, córvidos e incluso aves insectívoras.

El alimoche se encuentra catalogado como vulnerable, en toda su área de distribución y también en el valle del Ebro, ha perdido población. Por ello la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo cataloga especie en peligro.

Muladares de Aragón: piezas fundamentales en la conservación de aves necrófagas
Ejemplar de alimoche de primer año alimentándose en un muladar | Foto: Ansar

“Los muladares son una pieza fundamental en su conservación, ya que los ejemplares jóvenes e inmaduros tardan en reproducirse hasta 8 ó 10 años, y en ese largo período de tiempo es muy importante garantizar su supervivencia. Los muladares son un recurso predecible de comida que suelen frecuentar para encontrar el alimento”, destacan desde Ansar y Amigos de la Tierra Aragón.

El alimoche es un migrador africano que viene en primavera a reproducirse a la península Ibérica. Los muladares garantizan el éxito reproductor de la especie.

Por su parte, el milano real está catalogado como en peligro de extinción y es visitante asiduo de los comederos, sobre todo en invierno, ya que nuestro país alberga una población invernante muy importante procedente de Europa. “Nuestra población reproductora es más bien escasa, y las pocas parejas que podemos ver en la época de cría, son también asiduos de los muladares, de ahí la importancia en mantener sus poblaciones reproductoras con estos puntos de alimentación extra”, aseveran las entidades naturalistas.

El buitre negro catalogado como vulnerable, es el buitre más grande de Europa. Hace unos pocos años que en nuestro país se suelen ver con asiduidad, ya que en Aragón se han establecido al menos dos parejas de esta especie, reproduciéndose tras más de un siglo de ausencia. “Los diferentes muladares que se encuentran repartidos por Aragón, son una pieza clave y fundamental para su expansión”, aseguran Ansar y Amigos de la Tierra.

Muladares de Aragón: piezas fundamentales en la conservación de aves necrófagas
Ejemplar de buitre negro junto a leonados alimentándose en un muladar | Foto: Ansar

En el caso del quebrantahuesos se tata de una especie catalogada en peligro de extinción. Los muladares han sido una herramienta fundamental para la recuperación de esta emblemática ave. “Uno de los problemas a los que se enfrentaba la especie era la supervivencia de los jóvenes e inmaduros, los cuales, al igual que el alimoche, tardan varios años hasta que pasan a incorporarse a la población reproductora”, destacan ambas entidades. “De esta manera la supervivencia de los jóvenes aumenta exponencialmente, se fijan ejemplares en zonas concretas que una vez alcanzada la madurez sexual, pueden establecer territorios estables de la especie. De esta manera ya hay parejas reproductoras en los Picos de Europa, y actualmente se ha establecido una pareja en el Moncayo”, recuerdan.

“La importancia de los comederos para las aves necrófagas es clara, evidente y manifiesta, una manera efectiva para mantener las poblaciones de estas especies ya que algunas de ellas continúan amenazadas”, enfatizan.

“Si tenemos que destacar algunos comederos o muladares en Aragón por su importancia para especies como el alimoche, quebrantahuesos y el milano real, habría que señalar el de la localidad de Luesia creado en 2003, el de Tauste creado en 2005 o el de Talamantes creado en 2007, siendo éste crucial para fijar al quebrantahuesos en el Moncayo”, detallan.

La importancia de estos comederos reside “no solo en el suplemento de alimentación que aportan a las poblaciones de carroñeros sino en la circunstancia de que se convierten en punto de atracción social, lo que facilita que poblaciones del entorno se mantengan o incluso se incrementen”, explican desde Ansar y Amigos de la Tierra.

“Este es el caso del alimoche en el valle del Ebro. Muladares como los existentes en Cinco Villas y en especial el muladar de Tauste son esenciales para el mantenimiento de las poblaciones de esta especie en todo el entorno de Nafarroa y Aragón, como lo demuestran los controles continuos de aves anilladas en el vecino parque Natural de las Bardenas Reales de Nafarroa y en las áreas protegidas de Loma Negra en las Bardenas aragonesas”, destacan.

“Lo que resulta claro es la gran importancia que han tenido y tienen los comederos para aves necrófagas en el mantenimiento y expansión de estas aves, algunas de ellas en grave peligro, y lo que también resulta evidente es que algunas de ellas sufrirían un gran declive si estos puntos de alimentación se suprimieran. Hay que dejar constancia de la trascendente labor ecológica que realizan las aves necrófagas como mantenedoras del equilibrio ecológico, al aprovechar y reciclar el recurso que suponen los cadáveres en la naturaleza y que los comederos solo son un complemento importante, para el mantenimiento de sus poblaciones”, concluyen desde Ansar y Amigos de la Tierra.

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