Israel: elecciones en un Estado fallido

Este lunes se celebran las terceras elecciones parlamentarias en Israel en un año. El fascismo y el ultrafascismo pujan por el poder en un Estado ilegítimo donde la confiscación de tierras, el bloqueo de Gaza y la negación del derecho al retorno de la gente palestina refugiada son la sustancia que mueve la política

Benni Gantz, principal opositor de Netanyahu.

Israel celebra este lunes sus terceras elecciones parlamentarias en menos de un año. Las dos últimas elecciones en abril y en septiembre de 2019 dieron como resultado la incapacidad de formar una coalición en una escena política muy fragmentada, escenario que viene ocurriendo desde el colapso de la endeble coalición que gobernó Israel entre 2013 y 2015.

Dicha coalición de derecha sionista, liderada por Benyamin Netanyahu, jefe del partido Likud, fue responsable de una serie de crímenes de guerra contra la población civil palestina en la franja de Gaza en el verano de 2014. Benni Gantz, por aquel entonces Jefe del Estado Mayor del ejército israelí, se ha convertido en el principal rival de Netanyahu en las dos últimas elecciones tras formar un nuevo partido llamado Kajol Lavan (Azul y Blanco, colores de la bandera israelí).

El parlamento israelí conocido como la Knesset, tiene 120 escaños y para formar un gobierno se necesitan al menos 61 escaños. En abril de 2019, los partidos Likud y Kajol Lavan ganaron las elecciones con 35 escaños cada uno, pero ninguno pudo formar coalición.

El mismo escenario se repitió en septiembre pasado, pero con 33 escaños para Kajol Lavan y 32 para Likud. Los últimos sondeos indican que, esta vez, Likud obtendría 35 escaños y Kajol Lavan 33; es decir, la repetición del mismo escenario. Cabe mencionar que la tasa de participación en el voto en ambas ocasiones superó el 68%.

Muchos analistas israelíes pronostican la persistencia del estancamiento y no descartan la probabilidad de unas cuartas elecciones. La batalla electoral en Israel ha sido siempre entre figuras con planes personales y no entre estructuras con proyectos. De hecho, el único proyecto que existe es el proyecto sionista que consiste en expulsar o masacrar al pueblo nativo palestino y tomar control de la tierra y los recursos naturales de Palestina y los territorios de los Altos del Golán sirios ocupados.

¿Quiénes son los partidos principales según su peso electoral?

Benyamin Netanyahu.

Son los siguientes, por orden de representatividad:

* Likud, liderado por el actual primer ministro israelí Benyamin Netanyahu. Aunque se considera de derecha liberal, Likud cuenta con el apoyo de los y las colonas que optan por el sionismo religioso, es decir la colonización de toda Palestina como deber religioso. Netanyahu cuenta con el apoyo de diferentes multimillonarios israelíes, y para él es primordial ganar las elecciones para conseguir la inmunidad y no ser procesado por cargos de corrupción.

* Kajol Lavan, liderado por Benni Gantz, principal opositor de Netanyahu. Se denomina de “izquierda moderada” pero apoya la economía del mercado y comparte las mismas posturas del Likud en cuanto a las políticas de la ocupación. Yoaz Hendel, la mano derecha de Gantz describió en público la cultura árabe como “jungla”, y dijo que “los palestinos no evolucionaron para llegar a la fase de derechos humanos”. Hendel dejó claro que su partido no quiere colaborar con la Lista Árabe Conjunta.

* La Lista Árabe Conjunta, la agrupación de los partidos de palestinos viviendo en Israel.

* Avodah (Partido Laborista israelí) junto a dos partidos: Guesher y Merets.

* Yehodot hatorah (“Judaísmo de la Torá Unida”), el partido de los religiosos judíos ultraortodoxos occidentales que vela por el interés de los judíos ultraortodoxos de origen europeo conocidos como ashkenazim.

* Shas, el partido de ultraortodoxos orientales, llamados mizrajim, que sufren en parte el racismo de Estado al provenir de Oriente Medio.

* Yamina, el partido de colonos y colonas israelíes por excelencia.

* Israel Beitenu, el partido extremista de inmigrantes de la ex URSS, liderado por Avigdor Lieberman quien insta continuamente a la violencia y la expulsión de la población palestina.

Pero, ¿qué hace una lista árabe entre los partidos sionistas israelíes?

Ayman Odeh.

La Lista Árabe Unida afirma que participa en las elecciones israelíes para bloquear la marea fascista en Israel y luchar por los derechos civiles de los palestinos y palestinas que se salvaron de la limpieza étnica, de la Nakba de 1948. Estos palestinos son conocidos como los “árabes de Israel” o los “Palestinos del 48”. Pero su posición es muy criticable especialmente después de la adopción de la ley Estado-Nación que consagra Israel como Estado de los judíos exclusivamente, aparte de otras 50 leyes que discriminan a personas palestinas con ciudadanía israelí.

Esta lista está compuesta por corrientes de elementos de “izquierda”, del Partido Comunista, de elementos islamistas, como los Hermanos Musulmanes, y de liberales. La formación de esta lista fue la respuesta de todos ellos a la promulgación de una ley en 2015 que exigía un mínimo de 3% de los votos para entrar a la Knesset.

La Lista, a través de su dirigente Ayman Odeh, ya declaró su apoyo a Benni Gantz, quien por su parte se comprometió a anexionar el valle del Jordán a la soberanía israelí.

Con esta premisa entre los palestinos encontramos dos opiniones. La primera piensa que la Lista sirve de hoja de parra para el régimen sionista de Israel, mientras que la otra ve que a las personas palestinas dentro de Israel no le queda otra, ya que la Organización para la Liberación de Palestina les abandonó al optar por la llamada solución de dos Estados donde quedarían en la parte israelí y no palestina.

¿Por qué aumenta el fascismo en Israel? ¿Dónde están los laboristas que optaron por la solución de dos Estados?

La división entre la izquierda y la derecha israelí no tiene prácticamente sentido, porque la diferencia entre los partidos israelíes en cuanto a la economía, la política interna y sobre todo la actitud hacia el pueblo nativo palestino es una diferencia de grado y no de esencia, ya que, todos son partidos sionistas. El sionismo es la ideología fundadora de Israel que impulsa la limpieza étnica del pueblo palestino y que se basa en el mito de “la superioridad del pueblo judío”.

La derecha israelí es conocida por su apoyo a la construcción de asentamientos y socavación de la llamada “solución de dos Estados”, factores que, supuestamente, la diferencian de la izquierda israelí. Pero la construcción de los asentamientos en Cisjordania y la franja de Gaza fue iniciada por el Partido Laborista tres meses después de la guerra de 1967 con la confiscación de tierras al sur de Belén para construir el asentamiento de Kfar Etzion.

Es la “izquierda” sionista que cometió la gran parte de crímenes y limpieza étnica en 1948 a través de su organización terrorista militar “Haganah”.  Es la misma “izquierda” quien anexionó Jerusalén y trasladó la sede del gobierno allí justo después de ocuparla.

Para ratificar el acuerdo de Oslo en la Knesset, Yetzhak Rabin, entonces primer ministro de Israel, se comprometió en un discurso ante la Knesset a no dejar a los palestinos tener más de una auto-administración, y es su gobierno el que aumentó la inversión en la construcción de asentamientos.

Una reflexión: BDS ante el expolio y la violencia

Para todos los políticos israelíes, la seguridad y el lavado de cara, esto es, limpiar la imagen de Israel frente al mundo, son las preocupaciones principales. Esto se traduce en más violencia y racismo contra el pueblo palestino. Es el pretexto unido al expolio y la tergiversación de la memoria del sufrimiento de la gente judía que hace que los dirigentes israelíes violen cada día el derecho internacional.

La sociedad israelí se encuentra viviendo en un círculo vicioso de odio, miedo, racismo y militarismo. Esta sociedad debe despertar y, para ello, tiene que saber que sus opciones tienen consecuencias.

La consecuencia más esperada por el pueblo palestino es el boicot internacional y la deslegitimización del Estado de Israel y sus productos materiales e inmateriales para poner fin al racismo, la desigualdad y al estatus de refugio más prolongado de la historia moderna: el de cerca de seis millones de personas palestinas cuyos hogares están ocupados en territorio israelí.

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