El pueblo nativo palestino sigue pagando el precio de las posturas y concepto racistas y chauvinistas contra las personas que no son blancas y seguidoras de una iglesia occidental. Los europeos judíos fueron entre las primeras víctimas de dichas perspectivas que justificaron e incitaron a la violencia en medio del proceso de cambio socioeconómico del feudalismo al capitalismo en Europa a partir de la primera revolución industrial.
La reacción de los judíos tuvo dos niveles: el primero del proletariado que se identificó con el movimiento obrero comunista, y el segundo de la burguesía que se identificó con la ideología sionista. El campo burgués judío cuyo representante político fue Theodor Herzl logro tejer lazos con las potencias imperialistas que empezaban a colonizar el mundo árabe desde mitad del siglo XIX, sobre todo Gran Bretaña que tomo el control de Palestina tras la Primera Guerra Mundial. El movimiento sionista abrió canales con el sultanato otomano, bajo cuyo beneplácito llegaron las primeras tres olas de inmigración sionista a Palestina, y se permitió el establecimiento de los primeros asentamientos y kibbutzes sionistas en Palestina a partir de 1882.
El sionismo compartió los mismos intereses con la clase hegemónica de Europa, y se alimentó y aprovecho de los términos y perspectivas de su discurso racista. Theodor Herzl dijo en sus diarios que una de las ideas principales que forman la base de planteamiento para ganar el apoyo del kaiser de Alemania Guillermo II fue: “Que la emigración de los judíos [a Palestina] se repercutirá en disminuir la emigración [de alemanes] a Estados Unidos. Por lo tanto, se preservarán los auténticos alemanes, se prevendrá una revolución que sería difícil contenerla, se debilitara el socialismo que los oprimidos judíos adoptaran inevitablemente porque están repudiados por todas las partes, y se ganara tiempo para solucionar los problemas sociales”. [1]
Además, el sionismo nación en la misma cuna del nazismo compartiendo los mismos “aspectos exclusivos del nacionalismo alemán, polaco o ucraniano, dejando influencias perdurables en el movimiento sionista y la sociedad israelí” como lo describió Yakov Rabkin [2]. Eso se tradujo en el racismo proyectado contra el pueblo nativo palestino y la limpieza étnica de Palestina para crear el régimen sionista llamado “Estado de Israel”.
Dicha limpieza étnica fue premeditada. Theodor Herzl reconoció indirectamente en el “Estado judío” que Palestina fue poblada por sus nativos, y que el pueblo nativo iba a resistir el proyecto sionista igual como cualquier pueblo expuesto a algo semejante. Herzl explicó con metáfora que el sionismo será más avanzado y eficaz en eliminar a los nativos “salvajes” diciendo: “Si hoy se quiere construir una nación, no hay que hacerlo de la manera que fuera posible hace mil años. Es una insensatez volver a viejos grados de cultura, como quisieran muchos sionistas. Por ejemplo, si nos resolviéramos a aniquilar las fieras de un país, no lo haríamos a la manera de los europeos del siglo V. No nos pondríamos en campaña en forma aislada contra los osos, armados de jabalinas y lanzas, sino que organizaríamos una grande y alegre cacería, acosaríamos a las bestias hasta tenerlas reunidas y recién entonces arrojaríamos una bomba de melinita”. [3]
Es lo que el sionismo hizo y hace con las armas más sofisticadas. De hecho, Herzl lo justificó de este modo: “Palestina y Argentina. En ambos países se han llevado a cabo notables ensayos de colonización según el falso criterio de la infiltración paulatina de los judíos. La infiltración tiene que acabar mal, pues llega siempre el instante en que el gobierno presionado por la población que se siente amenazada prohíbe la inmigración de judíos”. [4]
A parte de su racismo vil, diferente del racismo nazi en grado, pero no en esencia, el sionismo sigue el mismo modus operandi del capitalismo depredador que explota la gente judía y al mismo tiempo explota, expolia y asesina al pueblo nativo palestino. El 23 de octubre de 1902, Herzl escribió una carta al ministro de asuntos exteriores británico, Lord Lansdowne, diciendo: “No solo los hambrientos del este de Europa emigrarán por el trabajo, sino también unos capitalistas porque montarán empresas allí… En pocos años el imperio crecerá gracias a una colonia rica… La solución de la cuestión judía en el este de Europa es un honor y una ventaja… Inglaterra tendrá a diez millones de agentes de su grandiosidad e influencia… Y eso viene de la política y va hacia la economía”. [5]
Así se concluye que el régimen sionista llamado “Estado de Israel” se basa sobre:
- Racismo chauvinista violento contra el pueblo nativo palestino, que llevo a su limpieza étnica en la Nakba (Calamidad, Desastre) del año 1948
- Mecanismos de explotación capitalistas, los mismos se manifiestan hoy por hoy en convertir Israel a un ecosistema de empresas emergentes creadas por militares y miembros de los servicios de inteligencia israelíes, así como empresas de alta tecnología, armas impulsadas por la inteligencia artificial y drones que se comercializan con la etiqueta “Probada en combate”, es decir fue probada sobre el pueblo nativo palestino. A parte de las empresas de la agrotecnología e irrigación que trabajan en las tierras limpiadas étnicamente.
Entonces es normal que la clase dominante, representada por foros como la Unión Europa y jefes de estados en Europa y EEUU, se alineen clara e insolentemente con el régimen sionista de Israel. Las recientes visitas de dichos jefes a la tierra limpiada étnicamente para ofrecer su apoyo a los colonizadores no ha sido una sorpresa.
Tenemos unos ejemplos del posicionamiento de la clase hegemónica europea en cuanto a la causa palestina:
- La República Federal de Alemania cuyo espectro político de la extrema derecha hasta los verdes apoya categóricamente a Israel y se posiciona ferozmente contra cualquier declaración o posición con los derechos del pueblo palestino
- La quinta República francesa cuyo presidente actual Emmanuel Macron dijo sin escrúpulos que está con Israel “en su derecho legítimo de autodefensa”. Macron prohibió las manifestaciones propalestinas, pero intentó corregir la situación bajo presión de la calle diciendo que no hay que mezclar entre Hamas y la causa palestina, y aunque pidió a Israel que abra el paso fronterizo de Rafah en el sur de la Franja de Gaza, la República francesa no condenó en ningún momento los crímenes israelíes en la franja
- El Reino de España no es muy diferente al propósito. El presidente del gobierno Pedro Sánchez hizo una declaración semejante a la de Macron. A pesar de reiterar sus llamamientos a Israel en cuanto a abrir la frontera para que entre la ayuda humanitaria a la franja, y sus encuentros con representantes de la comunidad sionista judía y “la comunidad musulmana” -lo que indica que la causa palestina para él es un conflicto religioso-. Sánchez no condenó ni habló del genocidio que perpetra Israel conta el pueblo nativo palestino.
Estos ejemplos muestran que es imposible que la clase hegemónica europea toma un paso serio contra Israel, porque está asumiendo la misma perspectiva racista.
Esta perspectiva se manifiesta en muchas posturas, declaraciones, opiniones, referencias, puntos de vista, presunciones y conceptos interiorizados por la clase hegemónica europea e incluso en ciertos ámbitos que se autodenominan “de izquierda”. Esta perspectiva es contra la identidad palestina, contra la lucha del pueblo palestino y sus derechos. Esta perspectiva tiene un nombre: antipalestinismo, y quien la adopta es: antipalestinista.
Ser antipalestinista se manifiesta en:
- Negar la Nakba del 1948, o negar que fue una limpieza étnica
- Negar que Israel es un régimen colonialista basado en la ideología sionista racista
- Negar la existencia de la ideología sionista o negar que es una ideología racista y criminal
- Negar el derecho inalienable e incondicional al retorno de la gente refugiada palestina
- Negar que hubo cooperación entre el movimiento sionista y el régimen nazi para traer a los alemanes judíos a Palestina
- Negar o negligir la diversidad identitaria y religiosa de la sociedad palestina
- Tachar la lucha del pueblo palestino de terrorismo islamista
- Justificar los crímenes del colonialismo sionista, calificándolo de reacción, y no del origen del problema palestino
- Considerar el antisionismo y las posiciones contra Israel como “antisemitismo”
- Condenar y demonizar todas las formas de lucha contra Israel
El término “antisemitismo” no llega a la altura del error. Es un término acuñado en Alemania en 1879 por Guillermo Marr para describir su odio a los judíos “peligrosos por los valores germánicos”. A parte de su racismo abominable, dicho término conlleva una ignorancia del alfabeto de las ciencias humanas. Es una proyección mecánica del antiguo testamento. Si decimos -en vano- que hubo un “Sem” y un “Cam”, los árabes palestinos serán semitas también.
A pesar de las obras rigorosas de lingüistas, historiadores y arqueólogos desde los años 1950 que comprueban la falsedad del término “semita”, y dicen que hay unas lenguas y pueblos afroasiáticos [6], el racismo europeo no quiere desvincularse del canon judío-cristiano y de su homologo: el racismo israelí. Eso comprueba la existencia de un racismo contra el pueblo palestino, contra su existencia y contra su identidad. Eso es antipalestinismo.
Esta forma de racismo es inversamente proporcional al antijudaísmo (mal llamado antisemitismo) debido a lo que prometió Theodor Herzl, el padre del sionismo político, quien dijo: “La migración es gradual, sin sacudidas y ya su comienzo marca el fin del antisemitismo. Los judíos se alejan como amigos respetados, y cuando algunos vuelvan más tarde, se les recibirá y tratará, en los países civilizados, con la benevolencia que dispensan a otros extranjeros. Esta emigración no es una huida, sino una marcha ordenada bajo la supervisión de la opinión pública. El movimiento no se ha de iniciar sólo con medios estrictamente legales, sino que ha de ser realizada con la amistosa colaboración de los gobiernos interesados, que resultarán beneficiados”. [7]
Eso es lo que está sucediendo hoy por hoy. Israel es una base avanzada que sirve de laboratorio para desarrollar y probar la tecnología sobre el pueblo nativo palestino, donde las inversiones principales provienen del capital europeo o estadounidense. Las fuerzas de la derecha racista y fascista en Europa son los amigos y abogados de los crímenes del régimen sionista. Además, los titulares de pasaportes israelíes reciben un tratamiento preferencial en Europa. El movimiento de los europeos judíos hacia Palestina fue bajo control; Inglaterra y EEUU abrieron sus puertas a los ricos, los de clase media tenían que ceder sus bienes a los nazis para que el movimiento sionista les transportara a Palestina. Los que resistieron al fascismo y el nazismo -en las filas comunistas en general- y los pobres tenían que enfrentarse a su destino entre las manos del nazismo criminal.
Este artículo es un bosquejo de un concepto/término que hay que plantearlo contundentemente, y que necesita más investigación. Lo seguro es que el siglo XXI conoce un brote del antipalestinismo, que es una forma abominable de racismo y odio al pueblo palestino y su causa justa, es un racismo que nació con el Estado de Israel, tiene la edad de la Nakba, y desaparecerá con el regreso de las personas refugiadas y el establecimiento del Estado socialista unido en toda Palestina. A este fin es necesario luchar contra el antipalestinismo, sus fomentadores y derrumbar el régimen sionista con el mismo espíritu revolucionario que luchó contra el nazismo y el antijudaísmo, esperando que esto no cueste más víctimas. ¡No se puede callar más!
Notas:
1 The Complete Diaries of Theodor Herzl, Edited by Raphael Patai (New York, London: Herzl Press and Thomas Yoseloff, 1960), Translated by Harry Zohn, Volume I, P62. La versión inglesa de los diarios completos de Herzl, cita traducida por el autor.
2 Yakov Rabkin, La amenaza interior, Historia de la oposición judía al sionismo (Hondarribia: Editorial Hiru, 2006), P64. Traducido por Irene Selser.
3 Teodoro Herzl, El Estado Judío (Buenos Aires: Organización Sionista Argentina, 2004), P44.
4 ibid. P45.
5 Diarios completos de Herzl in inglés, P1366-1367.
6 Mohammed Maraqten “Hacia la liberación de la narrativa de la arqueología de la tora (en Arabe) https://www.youtube.com/watch?v=34NbIhVorh4 ; Igor Mihailovich Diakonoff “Afrasian Languages” (Moscow: Nauka Publishers, 1988). (En inglés).
7 Herzl, Estado Judio, P34-35.
8 The Transfer Agreement: The Dramatic Story of the Pact Between the Third Reich and Jewish Palestine (Washington: Dialog Press, 1984), El acuerdo de la transferencia (En ingles).
Artículo traducido del árabe por el autor. Publicado originalmente en la Revista de Estudios Palestinos.
Más información en este especial.