El 14F no cerrará el ciclo de excepcionalidad democrática en Catalunya

En poco más de tres años el pueblo catalán ha vivido dos elecciones al Parlament, un histórico referéndum, una proclamación de independencia y ha sufrido un 155, la destitución de dos presidents, represión, cárcel y exilio. Los comicios de este 14F, cuyas encuestas anticipan unos resultados muy ajustados entre ERC, Junts y el PSC, siguen la tónica de la excepcionalidad. Los partidos soberanistas coinciden en retomar la vía hacia la República pero por diferentes caminos. Madrid, el unionismo, presenta a Illa como su gran baza electoral.

Pere Aragonès (ERC), Dolors Sabater (CUP), Laura Borràs (Junts) y Salvador Illa (PSC) en los actos de fin de campaña.

El 27 de octubre de 2017, el Parlament proclamó la independencia de Catalunya. El mismo día, Mariano Rajoy anunció el cese del president Carles Puigdemont, del Govern, la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones catalanas para diciembre de ese año. Eran las primeras medidas impuestas por el Gobierno español en aplicación del artículo 155 de la Constitución, activado pocos días después del esperpéntico discurso de Felipe de Borbón. Un discurso que llegaba tras la celebración del histórico referéndum del 1 de octubre en el que el 'sí' a la independencia de Catalunya obtuvo un 90% del respaldo. El 1-0 supuso un punto de inflexión, con una participación masiva en las urnas a pesar de la violencia ejercida por las Fuerzas de Seguridad del Estado, cuyas imágenes estremecieron al mundo. A partir de aquí, la historia es bien conocida: 99,5 años de cárcel para nueve dirigentes independentistas, exilio y represión, y una movilización del soberanismo que, a pesar de sus más y sus menos, se ha mantenido de forma permanente.

Ciudadanos ganó las elecciones impuestas del 21 de diciembre de 2017, pero el bloque independentista consiguió mantener la mayoría y el Parlament. Así, simplificando y sin entrar en más detalles, llegamos a la XII legislatura catalana, que se cerró de forma abrupta en septiembre de 2020 tras la inhabilitación del president de la Generalitat, Quim Torra, condenado por colgar una pancarta a favor de las y los presos independentistas. De nuevo, el Estado español dejó al pueblo catalán sin president y provocó el irremediable adelanto de las elecciones. Pero los comicios de este domingo no cerrarán el ciclo de excepcionalidad democrática en Catalunya, que solo puede concluir con la convocatoria de un referéndum vinculante. Ejemplos en Europa hay, como el caso de Escocia.

Las encuestas del 14F anticipan unos resultados muy ajustados, que algunos sondeos reducen a una diferencia de un punto porcentual entre ERC, Junts y el PSC, lo que dificultaría la posibilidad de formar un Govern estable. Los cuatro partidos independentistas, Junts, ERC, CUP y PDeCAT, han firmado un documento en el que se comprometen, "sea cual sea la correlación de fuerzas surgida de las urnas", a no pactar con el PSC después del 14 de febrero. El objetivo, "cerrar el paso al gobierno al PSC para evitar un retroceso del camino hacia la independencia", afirman.

Covid, participación, voto por correo y alegaciones 

Conviene recordar que las elecciones de este domingo, a las que están llamadas 5.368.881 personas -un 1,25% más que en el 2017- para elegir a 135 diputadas y diputados, se celebran en medio de la tercera ola de la pandemia de COVID y en contra del criterio del Govern que aprobó un decreto para aplazarlas por motivos sanitarios. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) se posicionó del lado de la Fiscalía y de los intereses del Estado español y decidió mantener la convocatoria, anulando el decreto.

La situación actual de emergencia sanitaria afectará a la participación, siempre alta en las elecciones catalanas, que podría ser en estos comicios la más baja de las últimas décadas. En la última cita electoral, en 2017, este dato marcó un récord histórico con un 82,46%. En 2015, se situó en el 74,95%. El COVID ha provocado que para la cita de este domingo el voto por correo se haya incrementado en un 350% con respecto al 2017, con 284.706 solicitudes.

A todo esto, se suma la presentación en las juntas electorales de Catalunya de un un total de 33.918 alegaciones de integrantes de mesas electorales del 14F que piden que se les exima de acudir, de las que, hasta el viernes, 21.177 habían sido admitidas, un 64%. Esta cifra podría aumentar, puesto que las juntas pueden seguir recibiendo y tramitando alegaciones hasta este mismo domingo.

El bloque independentista: por caminos diferentes hacia la independencia

La campaña electoral se cerró este viernes sin grandes novedades. Los partidos soberanistas coinciden en retomar tras el 14F la vía hacia la República, pero, como explicaba el periodista Beñat Zaldua en un artículo publicado en Naiz, "difieren, a veces profundamente, en el camino a seguir". "Si ERC pide paciencia y Junts un acto de fe, la CUP reclama sacrificio. El 14F sabremos cual es el atributo que más cotiza en el electorado independentista", apuntaba Zaldua.

Las entidades soberanistas, Òmnium Cultural y la Assemblea Nacional Catalana (ANC), se han esforzado por remarcar la importancia de estas elecciones. "Nos jugamos mucho. No podemos renunciar a los grandes consensos de país conseguidos con tanto esfuerzo colectivo. Tenemos el derecho y el deber de volver a llenar las urnas de votos soberanistas. No te quedes en casa. Defendemos la amnistía, la autodeterminación, la escuela catalana y parar al fascismo", afirmó el viernes Jordi Cuixart, president de Ómnium y unos de los nueve presos independentistas, junto a Jordi Sánchez el que más tiempo lleva encarcelado, desde octubre de 2017. "Tenemos la oportunidad histórica de superar el 50% del voto directo a los partidos independentistas. Este domingo volveremos a dejar claro el mandato del 1 de octubre. Las elecciones se juegan en clave de movilización. Quien más movilizado esté, ganará", añadió Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC.

En el mitin final celebrado en las Cotxeres de Sants de Barcelona, el candidato de Esquerra Republicana a la presidencia, Pere Aragonès, aseguró que "no descansaré ni un minuto para trabajar por este país, para su gente y por la independencia". Arropado por las y los presos Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Dolors Bassa y Raül Romeva, y de forma telemática por la exiliada Marta Rovira, Aragonés hizo un llamamiento a "concentrar el voto en Esquerra Republicana" para "frenar el bloque del 155", porque este 14F "solo hay dos opciones que pueden reunir mayorías", la que representa Salvador Illa (PSC) que "es también el PP, Ciudadanos, Vox, el 155, la monarquía, los jueces y La Moncloa", o la propuesta de la "vía amplia" liderada por ERC, que "defiende el derecho a la autodeterminación y la amnistía". Por su parte, Junqueras reivindicó que, "después de tantos años de lucha, Catalunya tiene ahora la oportunidad de formar un gobierno independentista y de izquierdas, comprometido y valiente", y pidió a la ciudadanía que "no desfallezca", porque "si nosotros no nos hemos rendido en las prisiones, menos os tenéis que rendir vosotros ante una urna, porque las urnas son nuestras armas".

La candidata de la CUP, Dolors Sabater, apeló este viernes, en un acto online de cierre de campaña, al "voto antifascista" porque "rendirse no es una opción" y toca "enterrar el miedo". Sabater reclamó que ningún "voto inconformista, disidente e independentista se quede en casa" porque "de la fuerza que tengamos el 14F cogeremos impulso el día 15". La CUP es "el muro de contención del fascismo y el 155. Cada voto a la CUP es un freno a Vox, no lo olvidéis", subrayó. Asimismo, recordó que "nuestra candidatura está llena de personas represaliadas y de una valentía insobornable para combatir la represión del Estado y también la del Govern". Desde la CUP sostienen que las "fórmulas establecidas han fracasado, lo hemos vivido en la piel", y están convencidas de que "las cosas se pueden hacer de otra manera", sentando "las bases para que la esperanza gane a la desilusión". La CUP quiere "construir una República donde todas las personas, sin importar de dónde vengan, puedan disfrutar de los mismos derechos. Construir un futuro habitable para todos y todas. Porque sabemos que un país solo es próspero si es libre".

En un acto en el Centro de Artes Digitales de Barcelona, la candidata de Junts, Laura Borràs, cerró la campaña apuntando que "el voto útil es el que no se pierde, el que mira adelante porque viene de un pasado compartido, que quiere construir futuro", por eso ha pedido el voto para su partido, "para que el 155 no entierre, como muchos querrían, el 1 de octubre", y ha llamado a llenar las urnas "a rebosar de votos independentistas". En caso de ganar las elecciones, Borràs se ha comprometido "a liderar el Govern que este país necesita, un gobierno fuerte cohesionado e independentista, que culmine el camino hacia la libertad". En el acto participaron el secretario general del partido, Jordi Sànchez, y el resto de presos de Junts, Joaquim Forn, Jordi Turull y Josep Rull; exconsellers como Lluís Puig, Toni Comín y Meritxell Borràs, y de manera telemática, el que fuera president durante el procés y ahora exiliado, Carles Puigdemont. "Este domingo hace falta que el mensaje de 'no rendición' de la República catalana suene en cada uno de los colegios electorales, la historia y la independencia se hacen así, voto a voto. Si nos quedamos en casa o votamos a partidos que no tienen opciones reales de formar gobierno o de ser decisivos, abrimos la puerta al tripartito o a un gobierno de los socialistas con el apoyo de Vox, por activa o por pasiva", advirtió Puigdemont haciendo alusión a uno de los grandes temores de Junts, la fuga de votos hacia el PDeCAT de Àngels Chacón y Artur Mas.

En Comú Podem aboga por un "Govern de izquierdas"

La candidata de En Comú Podem, Jéssica Albiach, cerró la campaña, la "más extraña de los últimos años", según dijo, afirmando estar "segura que el domingo el amor y la esperanza ganarán a la resignación y al odio". La formación morada aspira a mejorar los resultados cosechados en 2017 y promete un "Govern de izquierdas, sin partidos de derechas y transversal en lo ideológico".

Madrid desembarca en Catalunya en el cierre de campaña

Por su parte, los partidos unionistas enviaron a Catalunya a sus pesos pesados -Pedro Sánchez, Pablo Casado, Inés Arrimadas y Santiago Abascal- para arropar en el cierre de campaña a sus candidatos. Madrid se juega mucho en estos comicios.

El PSOE ha apostado fuerte para lo que han definido como "volver a recuperar Catalunya". La estrategia de Ferraz se basa en exprimir la popularidad del exministro de Sanidad, Salvador Illa. El candidato del PSC, en detrimento de Miquel Iceta, apartado de la carrera electoral a cambio de un Ministerio, es el único del bloque unionista con opciones reales a ganar este domingo. Lo complicado será formar gobierno, idéntica situación a la de Ciudadanos en 2017. En el acto del viernes, Illa estuvo acompañado por el presidente del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, quien pidió el voto para "romper el cordón sanitario", es decir, el acuerdo del bloque independentista para no gobernar con el PSC. Sánchez e Illa coincidieron en interpretar el papel de víctima para calificar este acuerdo de "pacto del miedo, la foto de colón del independentismo". El PSOE también tiene otro objetivo este 14F, mantener su condición de fuerza frente a Podemos en el Gobierno de coalición español.

Las fuerzas unionistas de derechas, divididas y enfrentadas, esperan no hacer demasiado el ridículo. Su papel, a priori, pasaría por abrir la puerta a un Govern presidido por Illa. La victoria de Ciudadanos en 2017 queda ya muy lejos, y este 14F seguirá, previsiblemente, como en las últimas citas electorales, en caída libre. Su candidato, Carlos Carrizosa, afirmó que "no habrá reconciliación" en Catalunya hasta que "Junqueras y Puigdemont reconozcan que fueron los culpables de todo". El PP de un prácticamente desconocido Alejandro Fernández aspira a poco, a no ser superado por el partido ultraderechista Vox, que será el gran beneficiado del traspaso de votos de los de Casado y Arrimadas, entrando por vez primera en el Parlament. De hecho, el propio Casado aprovechó el final de campaña para cargar contra la formación de Abascal, en una rocambolesca comparación de su posición con la de Puigdemont: "Es exactamente lo mismo. Por eso comparten grupo parlamentario. Los flamencos que defienden a Puigdemont son los socios de Vox en el Parlamento Europeo, y eso no lo queremos".

La barrera de la nacionalidad española deja fuera a más de un millón de personas

En estas elecciones no podrán votar todas. Más de un millón de personas residentes en Catalunya, que representan el 15% de la población, no tienen derecho a voto este 14 de febrero porque no tienen la nacionalidad española, a pesar de vivir y trabajar en el país desde hace décadas, a pesar de pagar los mismos impuestos que el resto de la ciudadanía, y en algunos casos, a pesar de haber nacido en Catalunya.

Casa Nostra, Casa Vostra, con la colaboración de Òmnium Cultural y el Sindicat popular de venedors ambulants han puesto en marcha una campaña para denunciar esta situación y para pedir a quién tenga prevista la abstención que ceda su voto. La iniciativa no es nueva, sino que sigue el hilo de protesta y de acción de varias entidades y colectivos que lo reclaman desde hace más de una década, según informa la periodista Paula Lara Ferré en La Directa.

Los resultados de 2015 y 2017 en dos gráficas

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