EEUU es el segundo país más contaminante del mundo por detrás de China y, con ello, uno de los principales responsables de la situación de crisis climática en la que se encuentra el planeta. Sin embargo, esta semana, el secretario de Estado Mike Pompeo ha comunicado a la Organización de Naciones Unidas la decisión de que esta gran fábrica de contaminación de la tierra, el agua y el aire saldrá del acuerdo que pretende atajar este problema.
El presidente de EEUU, Donald Trump, tomó esta decisión en 2017 pero la comunicación oficial ha llegado ahora y desde este momento Washington cuenta con un año para desvincularse efectivamente del acuerdo. El 4 de noviembre de 2020, el día siguiente de las elecciones presidenciales en EEUU, saldrá del acuerdo y se sabrá si Donald Trump continúa con su segundo mandato republicano.
Según ha señalado Pompeo, "el nuestro es un modelo realista y pragmático" sobre el modelo de producción estadounidense que, al igual que el de la mayoría de los Estados imposibilita la vida y las conclusiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) celebrada en París en las que se establece un plan de acción mundial para frenar el calentamiento global.
Los Estados firmantes se comprometen a mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 2º C y a tratar de que no sea superior a 1,5º.
El acuerdo, que comienza a aplicarse en 2020, fue ratificado el 3 de septiembre de 2016 cuando gobernaba el demócrata Barack Obama y que rectificó Trump pocos meses después de llegar a la Casa Blanca.
El artículo 28 del Acuerdo de París estipula que un Estado miembro puede retirarse a partir del 4 de noviembre de 2020, siempre que su Gobierno envíe una notificación formal a la ONU un año antes de esa fecha.
