El Campo de Belchite, Filera y Leciñena en Os Monegros se encuentran en el punto de mira de los proyectos de las plantas fotovoltaicas. Un proyecto que ni las organizaciones ecologistas ni los y las vecinas parecen desear. No solo por su negativo impacto ambiental sobre la biodiversidad, especialmente la fauna esteparia, sino también por el impacto en las vidas de quienes han dedicado su vida a conservar la riqueza agrícola de la zona.
Un grupo de vecinas y vecinos de Leciñena se ha puesto en contacto con AraInfo para dejar constancia de su rechazo al proyecto a través de un manifiesto que bajo el nombre “Leciñena no se vende” comienza con un homenaje: “Nuestros padres o abuelos, que escasamente, pudieron optar a tener la formación más elemental, han sido los mejores profesores en inculcarnos los valores del arraigo a un medio de vida, el respeto al entorno y al trabajo de las generaciones que nos antecedieron y la fuerza para seguir y crecer ante las dificultades”.
El manifiesto sostiene que si bien es cierto que “todos y cada uno de los vecinos que pertenecemos al municipio, queremos lo mejor para nuestro pueblo y encontrar alternativas que mejoren la vida del pueblo”, no debe hacerse en detrimento del perjuicio de unos pocos.
“La tierra, los campos, su monte, su vida, su flora, su olor, no es subastable, ni se puede someter a la decisión de 5, 6 o 7 manos alzadas en un pleno, integrado en su mayoría por personas, que ni conocen lo que costó hacer la tierra productiva, ni les importa nuestro futuro como agricultores”, y añaden, “un proyecto industrial de parques solares que pretende sepultar 1.000 hectáreas de suelo agrícolamente fértil y funcionalmente ecológico no puede ser considerado racional ni sostenible”.
Acabar con el ecosistema del sisón, la avutarda y del humano
En esta línea, Amigos de la Tierra recuerdan que estos proyectos fotovoltaicos destruyen el hábitat esencial de especies esteparias como la ganga, la ortega, el sisón y la avutarda, especies en claro declive porque las plantas industriales ocupan directamente los territorios, además de necesitar construir decenas de kilómetros de tendidos eléctricos y vallados, que son letales para la fauna en general y las aves en particular.
No solo es una cuestión personal de un grupo de vecinos y vecinas, numerosos estudios científicos han advertido reiteradamente del perjuicio para la biodiversidad de estas instalaciones industriales en el medio natural.
Filera y Belchite: zonas de exclusión de parques
Como lo han hecho los y las vecinas, este grupo ecologista también ha presentado alegaciones al proyecto que se está estudiando en los ayuntamientos de estos pueblos. Entre ellas se encuentran la destacada “insolencia” de las empresas promotoras que presentan sus proyectos a pesar de que los estudios de impacto ambiental reconocen que destruyen hábitats esenciales para la supervivencia de estas especies. Tanto los proyectos Filera como Campo de Belchite se ubican en zonas de exclusión de parques fotovoltaicos según el mapa del Ministerio de Transición Ecológica.
Igualmente destacan la estrategia perversa de la empresa de dividir los proyectos en subproyectos de 49,99 MW para evitar una evaluación ambiental rigurosa, incluso desvincularlos de los tendidos eléctricos y subestaciones que se presentan como proyectos independientes.
“Esto sucede porque desde los departamentos de industria y de medio ambiente del Gobierno de Aragón se consienten estas prácticas”, denuncian desde Amigos de la Tierra. En el caso de Campo de Belchite se ha partido en 3 plantas que suman 240 ha y el proyecto Filera de Leciñena en cinco plantas diferentes más otras cuatro adyacentes del proyecto Los Leones que suman 1000 ha.
Desde Amigos de la Tierra Aragón denuncian el negativo impacto que la industrialización del medio agrícola tiene sobre la economía rural, independientemente de que se beneficien puntualmente algunos propietarios y ayuntamientos ya que deja sin tierras de cultivo a los agricultores arrendatarios y se encarecen artificialmente las tierras de labor.
Unas tierras que, por ejemplo, los y las vecinas de Leciñena reivindican para seguir viviendo de la agricultura: “Como vecinos de Leciñena, hijos y nietos de agricultores, hemos crecido vinculados a un sector donde desde pequeño aprendes a sufrir con los tuyos en los malos momentos y a disfrutar sobre todo, cuando el trabajo del día a día y de muchos años atrás, te van dando satisfacciones”.
Canadá gana, Aragón pierde
Igualmente recuerdan la nula sostenibilidad de los proyectos pues sirven para exportar kilowatios a otras regiones o países, para que los beneficios económicos se los lleven grupos económicos ajenos como fondos de pensiones canadienses o nórdicos mientras aquí perdemos biodiversidad, paisaje y tierras de cultivo que producen localmente y forman parte del agroecosistema del que depende la biodiversidad de nuestras estepas, tanto de Os Monegros como de Belchite.
Amigos de la Tierra Aragón considera que las instalaciones fotovoltaicas deben ubicarse en las inmediaciones de los centros de consumo para evitar la construcción de tendidos eléctricos y reducir las notables pérdidas energéticas ocasionadas en la transformación y transporte de la energía eléctrica, que hace a las instalaciones productoras sistemas altamente ineficientes.
Este grupo ecologista ha mostrado su apoyo al manifiesto de este grupo de vecinos y vecinas que esperan frenar la expansión de este tipo de proyectos.
“No sabemos si dentro de unos años, podremos seguir viviendo de la profesión que hemos elegido en este rincón de Los Monegros y que nos llena día a día”, lamentan en el manifiesto, “pero, lo que si tenemos claro es que un colectivo más unido y más comprometido con un mismo fin, ha sido suficiente para no dar opción en otros municipios, a que se le abriera la primera puerta, a esta misma empresa u otras semejantes con proyectos desproporcionados y fuera de lugar, en núcleos de población principalmente agrícolas y ganaderos”.
