Crisis de salud pública por contaminación del agua en Tarazona y localidades cercanas

Tras más de dos semanas la población turiasonense sigue sin una solución y la prohibición de beber agua se ha ampliado a pueblos como Novallas, Torrellas y Los Fayos

Vecinos de Tarazona recogiendo garrafas de agua embotellada repartidas por el consistorio | Foto: Ayuntamiento de Tarazona

La población de estas áreas ahora se enfrenta a restricciones severas en cuanto al consumo de agua del grifo, que solo se permite si se hierve durante al menos 10 minutos, así como para lavarse los dientes.

La razón detrás de esta medida drástica radica en el descubrimiento de ooquistes del parásito conocido como 'cryptosporidium', el causante del brote de gastroenteritis que ha afectado a la población de Tarazona. Estos ooquistes se han encontrado en el tramo del río Queiles, donde estas localidades vecinas obtienen su suministro de agua. La advertencia también ha llegado a Nafarroa, ya que algunas poblaciones ribereñas dependen de esta misma fuente de agua del Queiles.

Hasta la fecha, el brote de gastroenteritis ha afectado a 408 personas en Tarazona, y en las últimas 24 horas se han registrado 13 casos nuevos, lo que indica que la propagación de esta enfermedad, que se manifiesta con síntomas leves de diarrea y dolores abdominales, sigue siendo una preocupación activa. El consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, se ha referido a la situación como "preocupante" y ha anunciado que se están realizando investigaciones exhaustivas para identificar la fuente exacta de la contaminación y tomar medidas adecuadas.

Se sospecha que el foco de la contaminación reside en el área de captación del río Queiles, donde los municipios afectados obtienen su suministro de agua. Esta incertidumbre ha generado preocupación entre la población, que se ve obligada a recoger agua embotellada para cubrir sus necesidades diarias.

Los negocios locales también se han visto afectados por esta crisis, ya que han tenido que implementar medidas adicionales de desinfección y han experimentado un aumento significativo en la demanda de agua embotellada. La situación sigue siendo fluida, y la Dirección General de Salud Pública está trabajando en colaboración constante con el Ayuntamiento para abordar la crisis, aunque el origen del problema aún no se ha esclarecido por completo.

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