¿Y quién limpia todo esto?

Con todo el respeto al personal sanitario, como de costumbre la limpieza de edificios es esa labor invisible que solo se echa en falta cuando no está. Una labor que, en este caso, está haciendo de primera línea de contención en silencio.

limpia

Una conocida me contacta, la mujer que limpia la escalera no va. La empresa o la limpiadora no quiere correr el riesgo y prefiere no cobrar ¿Conozco alguna empresa que quiera hacerse cargo? Pues no. Cuando salgo a comprar el pan veo a una trabajadora afanándose en la limpieza de un patio. La peste a lejía abruma (te recuerdo, compañera, que lo que estás respirando es cloro, poca broma).

Quienes limpian los colegios de Zaragoza, contrata de Eulen, estuvieron toda la semana pasada, con los centros cerrados, haciendo su labor. Todas las limpiadoras del Salud están al pie del cañón con evidente riesgo para su salud. También las que limpian centros como los consultorios de los barrios rurales y pueblos, que siguen abiertos.

Las contratas de limpieza del Ayuntamiento de Zaragoza están en un limbo. Tienen trabajadoras en centros esenciales como Bomberos, Policía Local o los servicios sociales que siguen de guardia. Parece que cobrarán este mes y, si la cosa se alarga, igual cae un ERTE. Algunas estaban en casa pero quizás se reincorporan este lunes, como la contrata de Multianau en centros de mayores, que están cerrados, por supuesto.

También se está limpiando y desinfectando en algunas empresas, o en instituciones públicas que siguen funcionando como Inaem o Hacienda. En algunas está todo el personal y en otras a medio gas.

Consulto con algunas representantes sindicales. Nadie parece saber muy bien qué hacer. Ni en las empresas más fuertes tienen claro cómo repercutirá esto en sus trabajadoras.

Se han hecho cursillos, se han dado protocolos y las empresas han repartido equipos de protección. Pero los equipos de protección han generado una suerte de ejército de Pancho Villa en que cada quien lleva lo que le ha tocado. Las mascarillas, quien las tiene, no suelen ser de las homologadas contra virus. Los guantes son de caucho, de nitrilo (los ideales en este caso) o los de fregar, aunque una limpieza con lejía debería ser bastante para eliminar el virus. Los cursillos, básicamente, no enseñan nada que no dicte el sentido común.

Con todo el respeto al personal sanitario, como de costumbre la limpieza de edificios es esa labor invisible que solo se echa en falta cuando no está. Una labor que, en este caso, está haciendo de primera línea de contención en silencio.

Habrá contagios, habrá despidos y la precariedad se mantendrá intocable en un sector donde el trabajo a tiempo parcial es casi norma y el salario inferior a los mil euros mensuales. Por desgracia el sector de la limpieza seguirá quedando en los márgenes del relato.

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