Catalunya ha vivido este viernes la Diada más atípica que se recuerda. La pandemia de COVID-19 ha obligado a reformular los actos, y por primera vez desde 2012 no ha habido manifestaciones multitudinarias en la calle. Sin embargo, 131 movilizaciones descentralizadas ante edificios de la administración española han servido para tomar un nuevo impulso en el camino hacia la independencia, pedir a JxCat y ERC que aparquen sus diferencias, y denunciar la represión.
