El aragonés está vivo en la Chacetania pero su uso puede desaparecer en la siguiente generación si no se hace un trabajo serio de revitalización. Esta es la principal conclusión del Estudio Socioligüistico realizado por Anchel Reyes y Natxo Sorolla, que fue presentado este martes, y que propone tres vertientes principales para la recuperación de la lengua aragonesa: la educativa, la familiar y la social.
