Tan singular como la misma tierra resulta la dicotomía de Los Monegros, de contrastes extremos que van de la propuesta de parque nacional a convertirse en una mega central eólica. Nada nuevo, ya lo decía Labordeta: “Hay un amigo siempre de los más ricos”. Y a ellos les ponen alfombra roja y más si son aduladores y prometen dineros a raudales, como aquellos embaucadores de Gran Scala. Ayer fueron casinos y ahora son molinos, mucho antes fue una central nuclear o la sombra de un cementerio nuclear. Los Monegros lo lleva en su ADN, lugar de paso, donde desterrar todo …
