Son las primeras personas en llegar y las últimas en marchar. Sin ellas no hay sonido. Sin ellas no hay luces, ni focos. Sin ellas, simplemente no hay bolos. El silencio se adueñaría de los espectáculos. El mismo silencio que reciben ahora de las instituciones, tanto territoriales como estatales. Este sábado se movilizaron en Bilbo. El 17 de septiembre están previstas manifestaciones en diferentes ciudades. Su lucha continúa.
