La activista de los derechos de las mujeres indígenas guatemaltecas, Lolita Chávez, que intervino el pasado 8 de noviembre en las I Jornadas Feministas de Zaragoza, realizó durante su ponencia un llamamiento al feminismo europeo para que escuche las demandas y necesidades de las mujeres del resto del mundo.
Al término de su intervención, desde AraInfo le lanzamos algunas preguntas para profundizar sobre algunas cuestiones, como por ejemplo la situación en la que se encuentran actualmente los derechos de las mujeres indígenas en Guatemala. Una situación que Lolita Chávez calificó como “perversa” y “nada alentadora”.
Tal y como nos explicó, “el sistema opresor, operado por el presidente, Jimmy Morales, un personaje que está aliado a las oligarquías del Estado de Guatemala pero también que viene de toda la ola del pacto de corrupción, está perpetuando acciones que no llegan a la Justicia”.
Para ello puso como ejemplo la puesta en libertad de los “perpetuadores” y “asesinos” de las 43 niñas calcinadas en Guatemala el pasado 8 de marzo, precisamente en el Día Internacional de la Mujer. Lo que a juicio de la activista guatemalteca da una buena muestra de la “impunidad” con la que se pueden cometer feminicidios en el país centroamericano.
Tampoco la situación en el resto de territorios de América Latina es mejor. “No estamos en el mejor de los momentos”, recuerda, y advierte que las mujeres se convierten en las principales víctimas porque son tomadas “como botín de guerra”, ejecutando así “las mayores violaciones de los derechos humanos pero también violaciones sexuales, torturas, miedo…”.
En su opinión, todo esto viene muy marcado por las ideologías. “La extrema derecha ha permeado las ideologías, y por eso es muy importante, nos guste o no, volver a hablar de esa disputa del poder en los territorios entre las ‘derechas’ y lo poco que queda de las ‘izquierdas’”, añade.
Respecto al surgimiento de los movimientos feministas en América Latina, Chávez asegura que algunos de ellos “han sido silenciados”, pero también existen otros que surgen de las luchas territoriales, como pueden ser los movimientos feministas campesinos, los movimientos feministas rurales, los feminismos afro, trans, lésbicos…
“Las feministas en Abya Yala -nombre con el que se conoce al continente de América que literalmente significaría ‘tierra en plena madurez’ o ‘tierra de sangre vital’- somos plurales, diversas y nuestro planteamiento no es solo la relación de poder entre hombres y mujeres sino las disputas de los territorios, el agua, la madre tierra y otros derechos colectivos que no son reconocidos, a veces, ni por Naciones Unidas”, subrayó Chávez.
En cuanto a la situación de la comunidad LGTBI en Guatemala, la activista y líder indígena guatemalteca asegura que existe un enfoque "misógino y de odio" contra estas expresiones.
“Nosotras, las mujeres feministas comunitarias, decimos expresiones de cuerpos plurales. Por ejemplo, cuando se hacen iniciativas de ley en el Congreso, o cuando se denuncian las violaciones a los derechos, o los asesinatos en las comunidades LGTBI, la sociedad lo toma como muy normal, lo naturaliza pero también lo justifica”.
De hecho, Chávez recuerda que existen lesbianas mayas o trans que no pueden decir que lo son y viven su expresión silenciada “con tortura psicológica” desde las propias familias. “Es muy violento”, asevera. “Se han encarcelado a lesbianas y a personas trans por el simple hecho de ser, no les permiten ni ser”.
Para terminar le preguntamos también si el movimiento feminista en América Latina, y concretamente en Guatemala, se encuentra actualmente en auge. “En Abya Yala sí. Realmente es una expresión que ha dado un salto, no solo en la resignificación del movimiento, porque en épocas pasadas se llamaban como teoría, las académicas o las feministas del área urbana y que ahora ha trascendido a territorios”.
“Esto hace –continúa- que intentemos que las luchas y los desafíos que tenemos los diversos feminismos, porque nosotras no hablamos de un feminismo hablamos de los feminismos, y esto hace que haya más expresiones colectivas y manifestaciones porque las agendas se han ampliado. Y ampliar las agendas, que están sean recíprocas, y que se puedan retomar agendas que han sido anuladas antes, eso da una fuerza”.
Pero este hecho, en su opinión, no se presenta en todo Latinoamérica de igual forma, “sino que en unos lados hay mayores posibilidades pero en otros todavía no”. Para ello la activista indígena pone de ejemplo a Honduras, un país donde todavía resulta “muy delicado y muy violento hablar de la ley del aborto o del aborto legal, seguro y gratuito”, al igual que en Guatemala, matiza.
Finalmente, Lolita Chávez hace un llamamiento a la “lucha por las aguas” para que esta sea también un vínculo con otras luchas de los feminismos. “Estamos aquí alzando nuestra voz para que los feminismos sean plurales y diversos y no se limiten a ciertas agendas individuales o de un solo sector”.
