Lobera d'Onsella excava su pasado en una necrópolis medieval del siglo X

La DPZ ha financiado el estudio para datar los huesos de una tipología de tumbas desconocida hasta ahora en este yacimiento descubierto de forma casual en 2014. El sábado habrá una jornada para explicar a los vecinos todos los hallazgos realizados.

Excavaciones en Lobera d'Onsella.

Lobera d'Onsella está indagando en su pasado gracias a una necrópolis medieval descubierta en el cerro de San Miguel. El hallazgo se produjo de forma casual en 2014, pero la excavación de urgencia realizada entonces y el estudio financiado por la Diputación de Zaragoza el año pasado han permitido determinar que estos enterramientos tienen un importante valor arqueológico tanto por su antigüedad –se han datado entre los años 943 y 1034– como por la tipología de las tumbas –que nunca se había descrito–.

"Nuestro objetivo ahora es encontrar los restos de la ermita de San Miguel y de otras construcciones que confirmen la hipótesis de que en cerro de San Miguel hubo un barrio habitado, pero para constatar esa teoría hay que excavar toda la necrópolis", ha destacado hoy el arqueólogo José Ignacio Lorenzo en la presentación de la jornada que se celebrará este sábado para explicar a los vecinos de Lobera de Onsella los hallazgos realizados.

El alcalde de este municipio de las Altas Cinco Villas, Chabier Mayayo, ha explicado que, aunque el descubrimiento de la necrópolis fue casual, ya se sabía de la existencia de restos humanos en la zona. "El cementerio actual se hizo allí porque en ese campo salían tumbas –ha detallado Mayayo–. Cuando, en enero de 2014, aparecieron unos huesos durante unos trabajos en una parcela, se avisó al Gobierno de Aragón, que paralizó las obras e hizo una excavación de urgencia con la Ayuda del Ayuntamiento de Lobera de Onsella".

En total se excavaron 17 tumbas en las que aparecieron hombres, mujeres y niños de distintas edades. El año pasado, gracias a una subvención concedida por la DPZ a la Asociación Cultural Sesayo, se pudo hacer la prueba del carbono 14 a los restos óseos hallados, que los situó entre los años 943 y 1034. "Esas fechas coinciden con las datadas previamente en la necrópolis del corral de Calvo de Luesia, que son del siglo XI, pero además saltan al siglo X", ha subrayado Lorenzo, quien ha insistido en que "no se trata de unas tumbas medievales cualquiera".

"Además de por ser muy antiguas, destacan por su tipología nunca descrita hasta ahora: se trata de tumbas amplias de losas superpuestas a piedra seca y morfología rectangular o ligeramente trapezoidal con una cubierta de losas gruesas y sin ninguna estela de señalización", ha detallado el arqueólogo. Lorenzo ha indicado además algunas características de las personas enterradas: eran gráciles, medían en torno a 1,55 o 1,6, mantenían vínculos familiares y presentaban rasgos de sobrecarga y esfuerzo y también gingivitis en los dientes por mala alimentación.

Estos y otros datos se explicarán este sábado en la jornada organizada por el Ayuntamiento de Lobera d'Onsella para dar a conocer el yacimiento, que incluye una conferencia de Lorenzo, la proyección de un vídeo, la inauguración de una exposición con restos arqueológicos y fotografías y una visita guiada. El diputado delegado de Turismo de la DPZ, Bizén Fuster, ha destacado "la importancia" de los hallazgos realizados y "la colaboración" de la institución territorial con el municipio.

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