FAPAR reclama un Plan Estatal por la Conciliación tras los problemas surgidos por el cierre de centros educativos

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (FAPAR) reclama a la Administración la adaptación del curso 2020-2021 para garantizar la educación a todo el alumnado

FAPAR
Foto: Anton Sukhinov.

La Pandemia de la COVID19 ha supuesto un auténtico terremoto que ha afectado a buena parte de la humanidad y también a la sociedad española y aragonesa. Una de sus afecciones ha sido el obligado y necesario cierre de los colegios y el traslado de la actividad escolar a los domicilios familiares que ha dejado al descubierto dos graves problemas para la Federación de AMPAS (FAPAR).

Por un lado, han trasladado que nuestro sistema educativo no está preparado para la enseñanza a distancia ni en medios, ni en formación, ni en organización del propio sistema. Esto se ha evidenciado además con la brecha social y digital que tienen numerosas familias que no pueden acceder a ese modelo a distancia, lo que pone en riesgo el principio básico del derecho fundamental a la educación que es garantizar la igualdad de oportunidades para todo el alumnado.

Esta brecha se ha intentado paliar con recursos desde la Administración, la iniciativa privada y la solidaridad de numerosas organizaciones y particulares. Y aunque el modelo educativo que defienden en FAPAR debe ser presencial, puesto que la socialización del alumnado, el espacio, el tiempo educativo y la presencia física del docente no pueden ser sustituidos por la familia ni la casa, “todo apunta a que la enseñanza a distancia o combinada con la presencial van a ser necesarias mientras esta pandemia no encuentre solución definitiva”. Por eso, señalan, hay que seguir profundizando en las medidas que garanticen la salud de todos y la continuidad del sistema educativo, con más formación, adaptación tecnológica de las aulas, adaptaciones del currículo, unificación de plataformas, nuevas organizaciones espaciales y temporales…… y elevadas dosis de empatía, solidaridad y paciencia de todos.

Por otro lado, desde FAPAR han percibido que “no tenemos un sistema de conciliación laboral y familiar robusto”. La incorporación de la mujer al mercado laboral en las últimas décadas ha supuesto un progreso social y económico de gran calado, que ha cargado sobre las espaldas de las familias y de forma muy particular sobre las madres y mujeres (también con personas dependientes o mayores) buena parte de su éxito, con tímidas y escasas medidas de conciliación. Entre estas, la escuela y los servicios que dentro de ella se estaban ofreciendo (aperturas anticipadas, comedores, extraescolares, colonias de vacaciones….) ha jugado un papel fundamental.

“Por eso, cuando los centros educativos se han cerrado, se ha hecho evidente la gran asignatura pendiente, no de nuestra escuela sino de nuestra sociedad: la conciliación”, señalan. Desde FAPAR se niegan a atribuir este problema en exclusiva a la familia y a responsabilizar del mismo únicamente a la escuela. “En este contexto se hace más necesario y urgente que nunca un Plan Estatal de Conciliación, que profundice en las medidas de flexibilización en las que la Administración pública ha avanzado, pero también que las incentive y exija a la empresa privada, a la vez que las combine con ayudas a las familias y con la creación de una red de conciliación”, y concluyen, “porque las familias no podrán soportar un inicio de curso en las circunstancias que han asumido el final del presente ya que no es un problema individual ni particular, sino de toda la sociedad, que necesita que los padres y madres trabajadores puedan compatibilizar su trabajo con la atención a sus familias en su diversidad y en estas circunstancias”.

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