Comer es un lujo, tener coche una necesidad vital

Así están las cosas. Paguica tras paguica hasta la derrota final. El IMV está presupuestado en unos 3.000 millones de euros, las ayudas a multinacionales foranas de automoción en 4.000 millones.

comer
Foto: Karim Manjra en Unsplash

Es atronador el estruendo mediático, y colosal la indignación, que ha causado el anuncio de una paguica para las multinacionales de la automoción por parte del Gobierno español de coalición PSOE-UP. Todas las cabeceras de la prensa hispano-madrileña, sus radios y televisiones, están continuamente criticando esta medida gubernamental, ¿qué pretenden con esta paguica de 4.000 millones de euros?, ¿que cierren las empresas? Porque si reciben tan enorme ayuda pública sin tener que dar nada a cambio, ¿para qué van a esforzarse en aumentar su productividad? Cobrarán la paguica y harán el vago, que es lo que gusta entre la gente subsidiada. ¿Sorprendente? Pues a esto se ha dedicado el liberalismo político-mediático durante meses para desacreditar el Ingreso Mínimo Vital -IVM- destinado a paliar la pobreza extrema.

Durante meses, quizá años, el centro-izquierda -político y social- español ha tenido que pelear contra viento y marea para obtener una victoria pírrica: la implementación de un Ingreso Mínimo Vital, de carácter permanente, que como principales objetivos cumpliera con una “redistribución de la renta, con la intención de erradicar la pobreza extrema, y la inclusión social y participación en el mercado laboral de las personas en situación de vulnerabilidad”. Sin embargo, a la patronal del automóvil le han bastado un par de lloricos, unas llamadas y alguna reunión para obtener una paguica de 4.000 millones de euros, para las empresas multinacionales, claro, no para sus trabajadores y trabajadoras.

¿Qué cómo se explica esto? Pues con la ley fundamental del liberalismo económico ¿esa que dice que el mercado se regula solo? No, no, la Ley Fundamental: la ley del embudo, para ti lo estrecho, y para mí lo ancho. Y tan campantes, campaneros, y campechanos los liberales hispano-madrileños acudirán a su concesionario a gastar su bono-paguica en un auto nuevo, con un claxon bien sonoro que pite “gobierno dimisión”, “no más subsidios”, “el dinero mejor en mi bolsillo que en las arcas del Estado”.

En Aragón hace 25 años que existe un IMV: le llamamos IAI, Ingreso Aragonés de Inserción

El Ingreso Aragonés de Inserción -IAI- tiene como finalidad “lograr la plena integración social y laboral de personas que se encuentran en estado de necesidad o padecen situaciones de marginación”. Conlleva una ayuda económica destinada “a garantizar los recursos mínimos de subsistencia” y un plan individualizado “de inserción dirigido a lograr la autonomía personal, familiar, social y laboral”, puede solicitarlo cualquier persona residente en el país “que se encuentre en estado de necesidad, o situación de marginación” y que cumplan los siguientes requisitos: estar empadronado y tener la residencia, al menos con 1 año de antelación a la solicitud, en Aragón. No disfrutar de beneficio similar en otro territorio. Percibir en la unidad familiar ingresos inferiores a la cuantía del Ingreso Aragonés de Inserción que pudiera corresponderle. Ser mayor de 18 años y menor de 65 años, con la excepción de menores de edad que reúnan los requisitos y tengan otras menores a su cargo. El importe del IAI actualizado a 2020 oscila entre los 491 y los 736 euros.

Ahora, con la aprobación de un IMV de carácter estatal, el Gobierno de Aragón tendrá que estudiar cómo gestionar ambos, cómo complementarlos. Y ya han surgido las primeras propuestas, y también las críticas.

El Colegio Profesional de Trabajo Social de Aragón ha afirmado que el IMV “supone una oportunidad y un momento histórico para replantear un modelo de intervención social garantista como primer paso hacia una Renta Básica”, y también ha señalado que “los Centros de Servicios Sociales Generales, con las trabajadoras sociales como profesionales de referencia no son, ni deben ser, gestores delegados de las oficinas de la seguridad social”.

Desde IU Aragón, Álvaro Sanz señalaba que “el Gobierno de Aragón debe coordinar las prestaciones preexistentes con el Ingreso Mínimo Vital para ampliar la cobertura social”. Desde Teruel Existe critican que el Ingreso Mínimo Vital no se vinculara a la repoblación del medio rural. Tomás Guitarte resaltaba la propuesta que realizaron para que el IMV fomente la repoblación en pequeños pueblos incrementando a la vez sus objetivos. Y, por su parte, desde CHA insisten en que “Aragón debe gestionar el Ingreso Mínimo Vital”, y su presidente nacional, Joaquín Palacín señalaba que “el Ejecutivo central ha pactado traspasar la gestión de esta prestación al País Vasco y a Navarra aludiendo a su singularidad. Si algo está demostrando la crisis provocada por el COVID-19, es la necesidad de aumentar el autogobierno para mejorar la sanidad, la educación y los servicios sociales”.

Autor/Autora

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies