Barcelona: Razia españolista en tiempos de propaganda

Una semana después del referéndum catalán que el gobierno español trató de impedir a palos, el españolismo se manifestó en Barcelona y con la excusa -y el lema- de poner cordura, contribuyó a seguir creando dos bandos, el ellos y nosotros, cerrando la puerta a cualquier atisbo de diálogo

El frente constitucionalista –PP, Ciudadanos y PSC- se unía la semana pasada sin demasiados reparos a la convocatoria de Societat Civil Catalana (SCC), que con el lema Recuperem el Seny –recuperemos la cordura en catalán- pretendía llenar Barcelona de banderas de España, como respuesta al referéndum celebrado el pasado 1O y a una posible declaración unilateral de independencia, de la que nos quedan horas para conocer su alcance. Sin entrar en la batalla de números, llenar Barcelona este domingo, la llenaron.

Analizando todas las imágenes, la verdad es que el lema se quedó algo flojo –a veces desvirtuado por los acontecimientos- para lo que se pudo ver en las calles de Barcelona-. Imposem la Submissiò –impongamos el sometimiento en castellano- hubiera sido más adecuado. Aun así, hay que reconocer el esfuerzo de la SCC, tanto en el cambio de imagen, como de caras, en sus convocatorias por la unidad de España. Por higiene democrática, es de agradecer. La SCC es algo así como el alterego españolista de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), aunque las dos niegan esta relación tienen algo en común, ambas son asociaciones civiles que trabaja por un objetivo político concreto. En el caso de SCC por defender la españolidad de Catalunya.

Atrás quedaron los tiempos en los que las caras visibles de SCC tenían relación directa con partidos de ultraderecha, o aquella inolvidable presentación en el Teatro Victoria de Barcelona en la que se pudieron ver en las butacas a representantes de la Fundación Franco, Vox, Casal Tramuntana, Plataforma X Catalunya o el Movimiento Social Republicano. Atrás quedaron, pero en el pasado muy reciente, pues SCC se presentó en público en abril de 2014.

La verdad es que la convocatoria lo tenía todo para tratar de encontrar esa transversalidad de la que aseguran ser poseedores en SCC. Buen marketing, apoyo de popes políticos del frente constitucionalista y un Premio Nobel -de derechas, eso sí- para cerrar el acto. Sin embargo, parece ser que el españolismo no conoce otros tipos de manifestación que la de la exaltación futbolera y las que proceden directamente de 1939. Y claro, la cosa se torció, casi desde primeras horas de la mañana.

No, no voy a generalizar. Tengo muy claro que entre los manifestantes habría personas ajenas a la ultraderecha –si entre cientos de miles no las había, yo me bajo del carro ya y tomo el camino de Collioure sin preguntar más-. Sin embargo, en estos tiempos de propaganda, la práctica totalidad de televisiones y periódicos –de los de papel- han omitido, quizá por su afinidad con el frente constitucionalista, la ingente cantidad de grupos de ultraderecha que decidieron acudir a poner “cordura” a las calles de Barcelona, por lo que me veo en la obligación de recordarlo. Por si algún incauto o incauta que participó en la marcha no supo verlo.

Así que, als carrers serán sempre nostres, hasta que llega la mani de SCC. Pese a la insistencia de la organización en evitar cualquier tipo de relación con ese espíritu patrio que emana del alzamiento militar, no fueron pocas las banderas preconstitucionales y los saludos fascistas en vídeos y fotografías, que se han publicado o a los que se ha hecho referencia, eso sí únicamente en los medios de comunicación de Catalunya y de otros países -no españoles-. Somatemps, Falange Española de las JONS, la otra Falange, Hermandad de Legionarios de Barcelona o Plataforma X Catalunya han sido algunos de los grupos que han desfilado con pancarta propia en la marcha de SCC.  Otros, bastantes, iban a su aire.

Y entre tanta exaltación patriótica, algunos cachorros se calientan y terminan haciendo –literalmente- cosas nazis. En la jornada de ayer hay vídeos de agresiones a dos jóvenes magrebís; a otro joven en el metro; una paliza en grupo a un fotógrafo; lanzamiento de piedras contra balcones que lucían esteladas –llamando a esta acción se repartían pegatinas en la mani-; banderazo a una periodista de TV3; saludos fascistas y, para rizar el rizo, incluso hay grabada una pelea entre los que participaban en la marcha. Menudo calentón llevaba la muchachada del brazo en alto. Para estos, la cosa más que de recuperar la cordura, se trataba de mostrar músculo en terreno enemigo. La escenificación de una razia.

El caso es que entre unos y otros llenaron Barcelona. No dudo que entre los manifestantes la mayoría pudieran ser catalanes. Innegable que no todos los manifestados eran simpatizantes de la ultraderecha, muchos eran ultra-constitucionalistas, ese tótem que nos va a costar siglos cambiar a este paso. Tampoco se puede obviar el número de autobuses llegados de fuera de Catalunya era altísimo. Aun así, dentro del supuesto clima de “cordura” el grito mayoritario fue “Puigdemont a prisión”, algo que ya han condenado PSC, Ciudadanos y la propia SCC, eso sí sin reconocer ni condenar ninguna de las agresiones que relataba en el párrafo anterior. Supongo que al más puro estilo Rajoy con el referéndum, entenderán que no han existido. La verdad es que si usted solo lee la prensa, ve las televisiones y escucha las radios de ese frente ultra-constitucionalista, parece que no hayan existido.

Y entre juegos de cordura la exaltación patria está comenzando a practicar el peligroso juego de la homogeneización. A convertir a los unionistas en una masa, en la que nuestros representantes políticos –bueno, de los que les voten- desfilan, sin demasiado pudor, junto al fascismo, en pos de un objetivo común. La unidad de España. Los medios pasan de informativos a propagandísticos ayudando a crear ese homogéneo y devastador ente. De momento, en ese magma se fragua desde hace días el ellos y nosotros. La polarización. El primer paso hacia una razia real.

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