Alternativas al uso de plásticos en tiempos de pandemia

Nos hemos acercado a comercios de proximidad en la ciudad de Zaragoza para interesarnos por su situación tras el estallido de la pandemia. Este tipo de tiendas impulsan la venta a granel de todo tipo de productos y rechazan el uso innecesario de materiales de un sólo uso como el plástico, los cuales generan un serio problema para el ecosistema hoy en día. Tendencias como el Zero Waste potencian el concepto de generar la menor cantidad posible de basura y residuos.

bolsas plásticos
Foto: Pixabay

Previo a este fatídico marzo del año 2020, cuando los términos confinamiento o COVID-19 aún nos quedaban muy alejados, el comercio de venta a granel se encontraba en alza. Este tipo de negocios intentan evitar la utilización indiscriminada de plásticos, potencian la idea de que el cliente compre y gaste lo que estime consumir, evita generar excesivos residuos, da un trato cercano, asesora, informa y también fomenta que los productos sean de proximidad, hechos aquí, creados en nuestra tierra y por y para nuestra gente.

Está claro que la situación de confinamiento marca un antes y un después en varios aspectos y valores de los y las ciudadanas. El inicio del estado de alarma supuso un cambio en nuestros hábitos cotidianos y la manera de relacionarnos. Un nuevo estilo de vida que puede influir en nuestras actitudes respecto a diferentes ámbitos, también en el de la sostenibilidad, el compromiso ambiental a través del reciclaje o el consumo de bienes y servicios.

A finales de este mes de julio, Ecoembes "ONG española dedicada a la recuperación de envases", publicaba un informe técnico realizado por Focus durante la primera semana de mayo, momento en el que comenzaba la fase 0 del desconfinamiento. En éste, se presentaban cuáles son los retos a los que se enfrenta la sociedad, los hábitos y percepciones con respecto a la sostenibilidad o el reciclaje, así como costumbres a la hora de consumir o el grado de confianza hacia las marcas en función de su comportamiento durante la crisis.

Este estudio concluye en líneas generales que: “En cuanto a los aspectos más importantes para los consumidores a la hora de comprar, indican que atienden a razones de la calidad de los artículos, el precio o la confianza en el fabricante. Sin embargo, durante el confinamiento, la seguridad higiénica en el envasado de los productos ha sido uno de los drivers que ha cobrado mayor protagonismo, como afirma un 44,1% de los encuestados, por encima del precio”. Lo cual parece mostrar una seria contradicción con otra de las afirmaciones del muestreo que dice que “más de la mitad de los encuestados (el 50,4% de los sondeados, alrededor de 1.500) considera que los problemas ambientales son uno de los grandes retos prioritarios a afrontar como sociedad y muestran su preocupación con cuestiones como el avance del cambio climático, el problema de la contaminación o el exceso de uso de plásticos y sitúa alguna de estas tres problemáticas como una de las cuestiones imprescindibles a abordar en la era post-covid” según datos del estudio.

Si los problemas del medio ambiente nos conciernen y preocupan en nuestro día a día, ya va siendo hora de que en nuestra cotidianidad pongamos remedio en la medida de nuestras posibilidades. Un añadido importante es que las instituciones pongan de su parte, empiecen a poner freno a industrias, supermercados, comercios y empresas limitando gradualmente su empleo y obligándolas a buscar nuevas soluciones mediante la introducción de otros materiales alternativos para así ir incidiendo en la conciencia de las personas.

Teniendo en cuenta que hoy, cuando acudimos a un supermercado asistimos a un terrible espectáculo en el que el plástico es utilizado a diestro y siniestro, por innumerables marcas y empresas (sumado al maravilloso uso de los guantes de plástico y las mascarillas desechables) y no hay ninguna política de restricción en el empleo desmedido de este material para el consumo de todo tipo de productos (a veces llega a ver doble capa protectora de plástico); ya hace varios meses conocimos la decisión por parte de la Unión Europea de la prohibición de los plásticos de un sólo uso a partir de 2021 como los bastoncillos de oídos, los platos, vasos y cubiertos. Un gran avance.

En AraInfo mostrábamos hace algunas semanas un artículo publicado sobre un estudio realizado por la fundación holandesa Changing Markets. El capítulo dedicado al Estado español desvelaba prácticas de la entidad Ecoembes para bloquear soluciones demostradas. Por ejemplo, el de boicotear la implantación del SDDR (Sistema de Depósito, Devolución y Retorno). En el Estado español el proyecto Reciclos de Ecoembes, un llamado Sistema de Recompensa (SDR), premiaría a quienes depositen los residuos en el contenedor amarillo o en máquinas que se instalarían en lugares públicos. Esto, según afirmaciones de Carlos Arribas, miembro de Ecologistas en Acción, supone "un fraude y una falsa solución más, que no ataja el problema y es un obstáculo en la necesaria e inevitable implantación del sistema de depósito y retorno".

Como bien señala el informe "Talkin trash. El manual de las empresas sobre las falsas soluciones a la crisis del plástico" las grandes superficies, marcas de bebida y alimentación e industrias del petróleo y gas, parecen trabajar en la línea de potenciar el consumo más que en plantear soluciones directas y sencillas que pongan límites a las prácticas que llevan a cabo y de esta manera, eludir su responsabilidad directa sobre la contaminación.

Soluciones cotidianas de proximidad

Ya hace 7 años que tiendas como las de Cristina, propietaria de Verde Granel una droguería eco-sostenible, se aventuraban a apostar por una empresa cuyo principal alegato sea evitar el uso de estos materiales tan dañinos para el medio ambiente. Cristina es de Barcelona y emprendió “al venir a vivir a Zaragoza. Decidí abrir una tienda diferente. Yo las droguerías a granel las conocía por que compraba allí y pensé que sería una buena idea. Comencé siendo una franquicia pero desde hace 2 años que la tienda es autónoma, lo que me permite introducir productos nuevos, como bolsas de tela para la venta a granel”.

plásticos
Verde Granel. Foto: @AnoroVargas

Daniel creó A Saco! hará casi 2 años. Su empresa familiar consiste en la venta y fabricación de todo tipo de bolsos, bolsas y productos de tela para evitar el empleo desmesurado de plásticos. Comenzó a proveer de sacos de diferentes tamaños a varias tiendas de venta a peso y de esta forma, comenzó su particular guerra contra estos residuos: “Soy geógrafo y siempre me ha preocupado la protección medioambiental, bien por trabajo como por convencimiento personal. Tenía varias ideas en mente desde hacía tiempo y al final pensé que el tema de las bolsas de algodón podía tener buena aceptación, estaba empezando el boom de la economía verde, las tiendas a granel y el concepto de la cercanía de un modo más general. Además me pareció una idea muy buena, algo sencillo, efectivo y de lo que no había alternativas reales, sólo podías encontrar bolsas del estilo en internet. Personalmente comprarle las bolsas a alguien de tu ciudad que sabes que las hace a mano, con producto de calidad y sin envoltorios absurdos me parece genial”.

plásticos
A Saco! Foto: @AnoroVargas

Otra de las pioneras en este mercado es Nieves, la dueña de Sin Huella. Hace varios años que quiso llevar a cabo su proyecto el cual ella se muestra muy orgullosa: “Sin Huella no es sólo una tienda, es todo lo que conlleva. Intentar comprar todo lo cercano, si es posible de kilómetro cero, mirando la distancia porque eso también contamina. Yo vivo en una casa en el campo entonces ahí sí que soy muy consciente de la basura que se genera y quería hacer un cambio de trabajo. Estuve un año preparándome y haciendo un estudio de productos sobre cómo se podía montar una tienda con cero plásticos”, nos comenta Nieves. Pero éste, no es sólo uno de los valores que fomentan este tipo de comercio, también nos acercan a “cosas que no se cultivan aquí. Siempre ando mirando y buscando de dónde vienen, que sean cooperativas donde haya un trabajo justo y fomentar la economía solidaria de la que formo parte”.

plásticos
Sin Huella. Foto: @AnoroVargas

La calidad, el mimo y los cuidados son las máximas de El colmado con luz y alma, como bien destaca el nombre de la tienda de Maite: “Llevaba muchos años comprando a granel y era mi forma y filosofía de vida; comprar lo justo, que sea de calidad y sin residuo plástico”. Las redes sociales son también, en el caso de Maite, firmes aliadas para recordarle a la gente que “estás ahí, que pueden seguir viniendo a comprar, que pueden hacer consultas o incluso yo puedo dar información sobre ciertos productos de temporada por medio de charlas, posts o directos”.

plásticos
El Colmado con Luz y Alma. Foto: @AnoroVargas

Cuando les pregunto por la pandemia todas coinciden en que fueron momentos duros y de reinvención. Maite, de El Colmado con luz y alma, ha comenzado la venta, atención y servicio a domicilio “por lo menos he conseguido que no me bajaran las ventas de esta manera”.

Otras, como el caso de Sin Huella, notan hasta un 40% de disminución en las ventas y creen que se debe a varios motivos; “mi concepto es que la gente entre y toque, vea, huela, y juegue con texturas, con colores. Hay productos que mucha gente no conoce y entonces te pierdes a investigar. Y es una tienda para venir sin prisa. Y luego gestionar el no poder coger botes, el no poder utilizar tus propias bolsas, el uso de los guantes de plástico al principio, el uso de lejías y geles para desinfectar todo, para mi estilo de tienda y mi forma de funcionar supone un calvario porque la gente viene con lo que necesita de forma muy justita. El hecho de que ahora haya auto-venta y sea yo la que tiene que coger los botes por la sencilla razón de que tengo que desinfectarlos, hace que la gente se canse de esperar. Son pequeñas cantidades de muchas cosas y para que haya ganancia tiene que haber mucho movimiento y mucha circulación, a pesar de que esta tienda está enfocada a que cada uno coja lo que necesita y no a tirar comida".

Desde Verde Granel las ventas también cayeron pero Cristina nos da otros motivos: “Yo no cerré la tienda porque somos producto de primera necesidad pero mucha gente dejó de venir porque pensaron que estábamos cerrados. Al reducirse la movilidad también hizo que el volumen de personas bajaran y a su vez que se redujeran las ventas, porque viene mucha gente de pueblos y alrededores a comprar, pero mantuvimos el tipo. También hubo gente que se llevaba cajas enteras del producto y lo vendía así para particulares. En mayo cuando se abrió la veda volvimos como al principio”.

Con empresas como la de Dani la cosa se complicó todavía más porque “con la COVID-19 hemos notado mucho parón y las ventas han caído obviamente. La gente da un paso atrás con estas cosas y se preocupa de lo básico. Además, si nunca te has interesado por la reducción de residuos, ahora menos y eso que estamos en un momento crítico. Nos hemos reinventado haciendo mascarillas reutilizables, qué remedio, pero no me gusta que este sea nuestro producto estrella de los últimos meses”.

En cuanto a la atención que les ha depositado las instituciones del comercio y administraciones todas son claras: “No, ningún tipo de ayuda ni pautas sanitarias”. Algunas, como Maite se guiaron por indicaciones de la Federación de empresarios y comercio y “me mandaron unas pautas sobre lo básico: la desinfección de manos, limpieza, que no toquen nada, colocación de los productos pero nada específico, ni proporcionar materiales. Nos decían que la gente no tocase nada y ahora sólo servimos nosotras”. Cristina siguió las pautas de MAZ (mutua colaboradora con la Seguridad Social) “mampara en el mostrador, gel hidro-alcohólico, una persona que pueda acceder, las mascarilla, fregar continuamente”. Daniel aplicó las directrices que iban actualizando desde Sanidad “con el tema de las mascarillas, el cual ha ido sufriendo varias modificaciones con uno de los tipos de tela homologada específica recomendada, que es con el que nos ceñimos a realizar las mascarillas”.

El futuro sin plásticos

De la perspectiva de futuro con sus respectivos proyectos, la venta a granel y reducción del uso de plásticos, se visibilizan diferentes puntos de vista.

“Creo que es una tendencia. Vienen clientes de muchos pueblos de alrededores que nos dicen que estaban hartos de usar tanto plástico. No hay edad; viene gente mayor, más joven y de muy diferentes perfiles. Es una tienda más del barrio que vienen porque el producto les gusta y vienen con su bote a rellenar” afirma Cristina, de Verde Granel.

Maite, de El Colmado con Luz y Alma, también muestra su optimismo en este sentido: “La gente ha despertado mucho y quiere comer mejor. Yo no me puedo quejar, incluso ha sido un poco beneficioso y sobre todo para el que viene con sus envases y para la venta a granel. Puede que la gente haya tirado de ir al supermercado a comprar mucho y en grandes cantidades y almacenar en casa pero se va a convertir en una tendencia y la forma de comprar así, va a la alza”.

En el otro lado, hay quienes se muestran más reacias porque “aunque empezamos a ser conscientes de generar menos residuos, con la llegada de la pandemia hay quien empieza a comprar online, y ahí hay mucha explotación, muchas empresas de transporte que son multinacionales, en el tema de alimentación hay mucho producto mal pagado a los agricultores, hay sitios que te lo venden como ecológico pero le han podido meter insecticidas y en según que países no hay un control de salida, pero sí de entrada y tampoco lo pueden controlar”, nos decía Nieves de Sin huella muy consternada.

Daniel de A Saco! es más pesimista al respecto: “Ha habido un retroceso en la reducción del uso de plástico totalmente. Sin ahondar mucho, con la incursión de geles hidro-alcohólicos, mascarillas, guantes, pantallas y demás parafernalia que antes no formaba parte de nuestro día a día, el consumo de plásticos y otros residuos no plásticos se dispara. Si a eso le sumas la consolidación de la venta online o los servicios de comida a domicilio, que implican el uso de más materiales de usar y tirar que de costumbre. Y eso que estamos otra vez en tiempo de crisis económica (si es que habíamos salido en algún momento) y se supone que el consumo en términos generales ha caído un poco".

Y continuaba: "Por otra parte, las grandes empresas han puesto la maquinaria del greenwashing a todo trapo y la venta a granel en grandes superficies aumentará, y eso que aquí vamos con calma. Lo que pasa es que si el modelo de consumo no cambia, lo que se gane por una parte se perderá por otra. Los pequeños establecimientos seguirán adelante y espero que sí lleguen a más personas. Respecto a los mercados, que toda la vida han vendido a granel, con algo de inversión y modernización igual también tiran para delante, pero hay que tener en cuenta variables sociales y económicas que determinan mucho nuestros comportamientos".

Nieves de Sin Huella sentencia: “La realidad es que en el pequeño comercio tú puedes ir, te asesoran, te dan información, te incita a pasear por las calles y a socializar. Todo esto la venta por Internet se lo carga. Entonces el futuro... yo espero que dentro de poco podamos volver a la situación anterior en la que la gente puede jugar y experimentar en la tienda. Pero no se sabe, es incertidumbre”.

Incertidumbre, esa nueva y extraña compañera de vida.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies