Poner en valor el Rastro de Zaragoza

Desde hace meses diversos colectivos y asociaciones vienen trabajando en favor del Rastro de Zaragoza, tratando de visibilizar las bondades de un mercado ambulante como este, y lanzando propuestas en clave social, económica y urbanística que puedan darle un impulso

Foto: A Zofra.

Defender un mercado ambulante con la trayectoria como la del zaragozano Rastro, tendría que ser algo que no debiera suceder. Sin embargo, desde diversos sectores políticos y mediáticos de la ciudad, la venta ambulante ha pasado a estar en su punto de mira, y como hábito se cargan tintas y discursos en contra de este mercado.

En el lado opuesto, algunas personas llevan un tiempo trabajando en favor del Rastro y en la busca de mejoras para este mercado. Compradores, visitantes, vendedores, movimientos sociales, asociaciones vecinales, y otras personas que apuestan por un urbanismo diferente, tratan de conformar una Plataforma de Apoyo al Rastro de Zaragoza, que ya cuenta con el apoyo de las vecinales de Torrero, Madalena, Puente de Santiago, Parque Bruil-San Agustín, Centro Social Comunitario Luis Buñuel, Asociación El Abuelo o la Asociación de Inmigrantes Senegaleses en Aragón.

Desde este colectivo recuerdan, que pese a la tímida pero instigada oposición, el Mercado Ambulante y el Rastro del Parquin de la Expo-Estación Delicias aporta a la ciudad muchas cosas positivas, como lo hacen los mercadillos de la Plaza San Francisco, Plaza San Bruno, Una Plaza Para la Música y otras iniciativas similares al aire libre.

Por un lado advierten que, desde un punto de vista económico, junto con el pequeño comercio de la ciudad, iniciativas como el Rastro ayudan a repartir el beneficio de la actividad comercial. La concentración de este beneficio en pocas manos es uno de los grandes problemas de la actualidad en Zaragoza, una ciudad con demasiadas grandes superficies comerciales, que generan una  influencia negativa en la configuración urbana y en la sociedad, fomentando un uso intensivo del coche, un modelo de ciudad expandida, que obliga a la creación de nuevos viales, aumentando además el  gasto público.

Además este tipo de superficies aumentan la precariedad laboral y fomentan el consumo en grandes cadenas de distribución alimentaria, relegando al pequeño y mediano comercio a un peligrosísimo segundo plano. Estas grandes superficies comerciales son también uno de los pilares más importantes a la hora de sustentar una forma de vida basada en el consumo, que si bien es la base del sistema capitalista, es también una forma de vida insostenible en el tiempo.

En una situación de emergencia social como la que actualmente se vive en la mayoría de las poblaciones aragonesas, sería mucho más lógico facilitar espacios para que personas en apuros económicos pudieran vender y generar ellos mismos recursos económicos.

Dejando a un lado la economía, los mercados ambulantes son espacios de encuentro. El Rastro es un espacio público de encuentro, un bien escaso, inmersos como estamos en la privatización de espacios, donde gente diferente que se relaciona, gaste dinero o no, puede encontrarse con otra gente.

En este sentido, el Rastro es también un espectáculo único. Por el ambiente y por las cosas que allí puedes encontrar. Un museo de la ciudad, de la sociedad actual o de la de décadas pasadas. Una máquina recicladora de verdad. Cosas que se ponen en valor otra vez, que cobran nueva vida. La sorpresa, lo buscado, lo no pensado, lo útil,...y barato.

Desde hace meses este colectivo anda proponiéndole a la sociedad zaragozana la puesta en valor del Rastro, pero no sólo a los maños y mañas, también a la gente que visita esta ciudad. Los mercadillos y Rastros del mundo, pero sobre todo en Europa, son promocionados como atractivos de la ciudad de primer orden, Puerta Portese en Roma, Flohmarkt en MauerPark de Berlín, Albert Cuyp en Amsterdam, el londinense Candem Town o el Mercado de las Pulgas de Saint-Ouent en París, son algunos de los ejemplos en los que un mercado ambulante se convierte en un atractivo turístico y social para la ciudad.

Pero desde esta recién formada plataforma, con espíritu constructivo, también proponen mejoras concretas para apoyar a ése Rastro y a la gente que vende, o lo intenta, y a la que compra. O simplemente pasea.

En concreto proponen bajar las tasas de mercado ambulante y rastro y facilitar un mayor número de plazas para la gente que ahora vende sin licencia y están en situación de necesidad extrema.

Además, pretenden generar mejoras de movilidad, aumentando la frecuencia de autobuses y solicitando la creación de una estación de servicio “bizi” propia, que permitiera a los usuarios una mayor facilidad de desplazamiento hacia el mercado.

Por último, piden al Ayuntamiento que genere campañas de promoción, en las que el Rastro sea publicitado no solo para los y las zaragozanas, sino que se tuviera en cuenta el potencial turístico del mismo, para lo que proponen también la programación de actividades culturales que fortalezcan este espacio.

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