Organizaciones ecologistas defienden un río Ebro sin azud donde la navegación se adapte al río

El azud del Ebro, el pabellón puente y otras infraestructuras que se construyeron durante la Expo de 2008 perjudican la salud del río y, con ella, la de la ciudadanía. Desde el punto de vista meramente jurídico el azud debería desmantelarse.

El azud con una de las compuertas averiadas. Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Varias organizaciones ecologistas como Amigos de la Tierra Aragón, la Asociación Naturalista de Aragón o VoluntaRíos Aragón exigen el desmantelamiento del azud del Ebro.

A pesar de que han destacado que durante más de 40 años han desarrollado actividades y han difundido que los ríos también son espacios de disfrute y ocio, consideran que es necesario entender que el río Ebro es un río mediterráneo, con sus estiajes y sus crecidas y que por lo tanto “habría que adaptar la navegación al río y no al revés”.

Tras diez años de la celebración de la Expo se habla del legado positivo de la Carta de Zaragoza y de la Tribuna del Agua, un espacio donde se habló de la importancia de los ríos y de cómo las actividades humanas, entre ellas las obras en el cauce, estaban influyendo en su deterioro. En el caso de Zaragoza y según han trasladado estas asociaciones ecologistas “la Expo también nos dejó un legado negativo que estamos pagando y no sabemos todavía las repercusiones que nos puede provocar en el futuro”.

Ejemplo de ello es el Pabellón Puente, “un obstáculo permanente que genera una incisión en profundidad y una erosión en márgenes que requiere inversiones económicas periódicamente”, y añaden que junto a esta construcción se encuentran los restos de escombros procedentes de la construcción de los puentes y del iceberg, así como los dragados del canal de navegación fluvial que influyeron en el flujo de la corriente y que dificultaron la navegación que hasta ese momento se realizaba en el Ebro, como bien han reconocido diferentes piragüistas y remeros.

Por otro lado, desde el punto de vista meramente jurídico, en la actualidad el azud debería desmantelarse, dado que el permiso de la CHE fue para una concesión hidroeléctrica, aspecto que nunca se ejecutó y caducada la concesión que justificaba la construcción del azud, el art. 101 de la Ley 33/2003, del Patrimonio de las Administraciones Públicas, obliga a su demolición a costa del concesionario.

La construcción de un obstáculo transversal al flujo natural origina acumulación de fangos, impide la movilización de sedimentos y en este caso también retiene los aportados por el Huerva, influye en la salud del ecosistema con consecuencias negativas para la calidad del agua y en definitiva para la salud de las personas a la vez que requiere recursos económicos anuales para su mantenimiento y que “pagamos entre los habitantes de la ciudad”, subrayan.

Tal como exponía Giancarlo Gusmaroli en las jornadas recientes realizadas en Zaragoza sobre ‘El agua y los ecosistemas fluviales en la ciudad’, estos azudes se asemejan a las trombosis que se pueden producir en el cuerpo humano. Los ríos son sistemas complejos y uno de los factores que influyen en su calidad es el flujo permanente del agua.

“El Ebro es mucho más que recreación y es necesario contemplar todas las funciones. Actualmente es reconocido a nivel internacional, la necesidad de ir eliminando obstáculos transversales que generan problemas permanentes para el río y todavía más en una perspectiva de cambio climático donde se prevé el aumento de fenómenos extremos”, advierten desde las organizaciones ecologistas.

Una de las razones para la continuidad del azud se justifica en la inversión realizada que ahora hay que aprovechar, sin embargo “nada se dice de la realizada en los embarcaderos del Canal Imperial, nunca utilizados, así como algunos de los instalados en el Ebro y que los propios piragüistas han declarado su inutilidad”, añaden.

Así mismo, estas tres organizaciones denuncian el continuo incumplimiento de los compromisos adquiridos durante 10 años relativos al seguimiento y estudio del azud y de sus consecuencias, aspecto que constituía uno de los requisitos planteados por la CHE en el permiso de concesión, pero que sin embargo nadie se preocupó de su cumplimiento.

“Zaragoza que se considera ejemplo en los temas del agua, debe superar este conflicto y hacer compatible los deportes acuáticos con la buena salud del río”, y añaden, “hay que caminar al desmantelamiento del azud y apoyamos no obstante medidas provisionales que acompañadas de un seguimiento científico adopten las resoluciones definitivas”.

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