Madres al margen: rompiendo con el romanticismo en la maternidad

Imaginaos cómo se rompen las madres solas, único sustento familiar, que intentan dar la talla en esa maternidad abnegada impuesta, el trabajo sin conciliación y que, en medio de sus angustias múltiples, se mira al espejo mientras se reprocha que no es lo suficientemente buena para sus hijes

maternidad
Ilustración de Ashluka Draws.

Necesitamos hablar de maternidad y cuestionar todo ese imaginario construido a su alrededor, embellecido por instintos y bondades que hacen de esta ardua tarea de cuidar, una imposición violenta y encubierta por el romanticismo de "ser mamá".

Como bien dice Brigitte Vasallo: "Hemos luchado por desmontar la construcción según la cual no tener hijxs nos convertía en no-mujeres. Ahora nos toca también dinamitar el concepto de que al tenerlos nos convertimos en esa cosa abstracta, despolitizada, des-sexualizada y des-socializada que es La Madre".

Vamos a ahondar un poco más en ello, sin pretender juzgar el proceder de ninguna mujer en su ejercicio de madre, ni tampoco moldear sentires y señalar a aquellas que deciden cómo llevar sus vidas y la de sus proles, pero si queremos deconstruir ese imaginario que nos intimida por no seguir el ideal impuesto.

Criamos y sabemos que hay detrás de esas maternidades idílicas, sabemos lo que cuesta acompañar y abrazar el llanto, sabemos que una actividad puede terminar desquiciándote y lo que parecía fabuloso en Pinterest, acaba siendo una ponzoña más, un elemento postizo para adornar nuestras empolvadas estanterías. Y es que no nos queremos engañar, sentimos que esa exigencia de la madre perfecta va en contra de nosotras mismas y de nuestras crías y queremos acabar con eso.

Si como sujetas políticas conscientes, decidimos pensar en nosotras mismas- ¡oh que fallo! - y romper con los modelos familiares tradicionalistas para elegir nuestro camino, vemos/sentimos como desde nuestros propios círculos, que hablan y teorizan sobre otras formas de construir familias, se nos señala. Y es que no hace falta el dedo acusador, va más allá...

Nuestro entorno y toda la sociedad no dejan de poner todo el foco en una "mater inmaculada" y abnegada que no puede dedicarse tiempo a sí misma y ser independiente de lo parido.

Por ejemplo, si en una noche de copas conoces a alguien y con el tiempo vuelves a coincidir con esa misma persona y de repente sale a relucir que tienes una, dos o tres hijes, automáticamente te dirán: "Ah, no sabia que eras madre, no me dijiste que tenías hijxs" y tú te quedas con cara absorta y respondes: "Bueno es que no ha surgido, no es mi carnet de presentación, tampoco te he dicho que tengo madre, hermanxs, primxs y gatos…", y bueno... Para que también quede claro, no estoy buscando un padre para mi hije... ¡Relax!

También están lxs que se preocupan de que tu no estés cumpliendo con el materno deber adecuadamente y entonces, preguntan en un momento y espacio no adecuado: "¿Y tú hijx?", mientras respondes mentalmente y con hastío: "Está en el parque mientras rumbeo", "está bien, durmiendo en un descampado". Terminas explicando lo inexplicable.

¡Tú que eres madre! ¿Cómo te atreves a salir, beber, follar, vestir sexy y perrear?, ¿Cómo puedes ir sin un aviso fluorescente que indique que hay una mamá disfrutando sin su hije? ¿Cómo puedes pretender ser la que fuiste?

Imaginaos cómo se rompen las madres solas, único sustento familiar, que intentan dar la talla en esa maternidad abnegada impuesta, el trabajo sin conciliación y que, en medio de sus angustias múltiples, se mira al espejo mientras se reprocha que no es lo suficientemente buena para sus hijes.

En el colegio el tutor o la tutora le preguntan a esa mamá al margen: ¿Ud. Lee cuentos todas las noches a sus hijes antes de dormir?, ¿Le apoya con las excesivas cargas de deberes majos que le mandamos?, ¿Ud. hace galletas de chocolate con su hijx?, ¿Ud. le lleva al cine, al teatro, excursión?... ¡vamos! Ud. no es una mamá modelo si no hace todo esto del "manual de la buena mamá".

¡¡NO!! Yo no soy una mamá modelo, ni pretendo serlo, sólo quiero ser al lado de mi hijx y que ellxs sean al lado mío, que las cosas surjan sin que tenga que perderme, olvidarme, ni reprocharme, que si hago la cutremanualidad con mi hijx nos sintamos una Aurora Reyes.

No quiero participar tampoco en sus Matronalias ni en sus grupos de Whatsapp que parece que fuésemos nosotras quiénes vamos al colegio y no nos cae bien la profe de naturales y amamos al de mates,... ¡Hey mamis, leave those kids alone! Si no estoy allí participando de eso no me juzguéis, es que tengo otros grupos de WhatsApp donde nos la pasamos compartiendo memes.

¡Y es que no quiero participar de esa maternidad blanca, pulcra y desexualizada! Esa es la creación más perversa del patriarcado, la que nos desdibuja y borra en nombre del amor.

Soy madre y muchas cosas más... No tengo que perdonarme por seguir disfrutando de mi espacio. Y es que llevamos tan a fuego lo que tenemos que ser como "madres" que hasta quienes nunca han parido, ni acompañado son capaces de marcar tus límites. Límites que traspasan aún más cuando eres una madre no blanca y debes corresponder doblemente para no ser señalada y lapidada en las sociedades perfectomaternas occidentales.

En esta sociedad en la que el feminismo hegemónico universaliza la maternidad de las mujeres blancas, nosotras recordamos que no, que no es lo mismo ser madre sola, separada y además sudaca, negra, gitana, migrante, precaria... Que nuestras realidades son distintas y escapan de ese constructo.

Cargamos como herencia el peso que el sistema colonial nos impuso y la herida que precede a la rabia por tantas violencias que han construido nuestras historias. Es muy difícil parar y reconocerte para perdonarte y elegirte cuando lo heredado e impuesto por ser mujer es uno de los cimientos de este sistema de muerte.

Y... Sólo agradecer a todas las madres del mundo, sobre todo a Pachamama porque con sus ritmos sabios nos dice que no somos estacionarias, sino fluidas como la savia, versátiles como las semillas que germinan. Somos perfectamente imperfectas en un espacio que coarta libertades.

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