La votación definitiva de la investidura de Sánchez manchada por las amenazas e intimidaciones de la ultraderecha

No ha habido sorpresas de última hora, el candidato del PSOE ha sido investido con una ajustada mayoría simple: 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones. Sin embargo, esta investidura será recordada por la lamentable actitud de los partidos del trifachito, porque dará paso al primer gobierno de coalición desde la Segunda República y por el papel fundamental del independentismo.

Bancada de las derechas y ultraderecha en el Congreso. Foto: Congreso

El Congreso ha celebrado este martes la segunda y definitiva votación para investir al candidato del PSOE, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, tras nueve meses de bloqueo. No ha habido sorpresas de última hora, véase transfuguismos, por lo que con la necesaria mayoría simple, o lo que es lo mismo, más votos a favor que en contra, ha sido investido presidente.

El debate de investidura de Sánchez comenzó el pasado sábado con la intervención del candidato a la Presidencia del Gobierno que dibujó un gobierno socialdemócrata moderado con llamamientos al diálogo, a la convivencia, y a la pluralidad. Concluida su exposición, las intervenciones de los grupos parlamentarios se prolongaron hasta el domingo por la mañana.

Meritxell Batet, la presidenta del Congreso, convocó el pleno de este martes a las 12.00 horas, aunque, en cualquier caso, la votación, pública por llamamiento, no podía comenzar antes de las 12.45, al menos 48 horas después tras el rechazo del Congreso en el primer intento, en la sesión que Sánchez no fue elegido al no alcanzar la mayoría absoluta.

Se esperaba lo que ha sido, una votación muy ajustada, por lo que ha sido preciso que no hubiera bajas en las filas de las y los diputados que han facilitado la investidura. El PSOE no se fiaba, y dio orden a sus 120 diputados y diputadas para que permanecieran hospedados la noche en Madrid. El portavoz adjunto en el Congreso, Rafael Simancas, ha sido el encargado de "velar" por ellos y ha confirmado que los 120 se encontraban desde este lunes en la capital castellana.

Sánchez no quería dejar pequeños resquicios para las sorpresas, puesto que le preocupaba el cambio de votos de algún socialista, es decir un 'tamayazo' -apelativo que hace referencia al transfuguismo que se produjo en la Comunidad de Madrid en 2003 y cuyo mayor damnificado fue el propio Simancas-. Un fantasma que pesaba demasiado, especialmente tras las continuas llamadas de Inés Arrimadas, la portavoz de Ciudadanos en el Congreso, para intentar crear una brecha dentro del PSOE y del PP que ha presionado hasta el último minuto a las y los diputados socialistas en busca de deserciones. Incluso, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha llegado a escupir que "hoy se consuma el fraude electoral de Pedro Sánchez".

Margarita Robles, la ministra de Defensa y Asuntos Exteriores en funciones, ahuyentaba la posibilidad de que algún diputado socialista frustrara con su voto o ausencia la investidura de Sánchez. "Todos vamos a votar a favor, no aceptamos presiones", dijo.

La tensión es máxima. Las derechas y ultraderechas, PP-Ciudadanos-Vox, el trío de Colón o trifachito, han calentado una investidura que han convertido en grotesca, desatando un nuevo neofranquismo sin reservas. Sus continuos abucheos, pataletas, insultos y vejaciones a las y los diputados de las izquierdas, especialmente a los partidos independentistas, fueron lamentables protagonistas de las sesiones del sábado y del domingo con gritos de "asesinos", "terroristas" y vivas al rey, a España y a la Policía. La escena se ha repetido este martes.

De hecho, la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, que fue la principal receptora de estos agravios, manifestó en los pasillos del Congreso ante los medios: "Este país necesita mucha pedagogía democrática y mucha pedagogía antifascista, y lo que ha pasado hoy es buena muestra de ello".

Este lunes, representantes del PSOE, Unidas Podemos y Teruel Existe denunciaron la existencia de una campaña de acoso ante la sesión definitiva. La portavoz socialista, Adriana Lastra, informaba horas antes de la votación, que su partido llevará a los tribunales las "amenazas, coacciones y calumnias" a sus diputados para no apoyar a Sánchez. Tomás Guitarte, el diputado de Teruel Existe, ha tenido que pasar la noche en "un lugar sin determinar" por "razones de seguridad".

Este es el nivel al que ha llegado la situación política tensionada hasta la náusea por el trifachito. Una situación que convierte lo ordinario, el diálogo político, en extraordinario.

Teruel Existe, que había confirmado que se mantiene en el sí a Sánchez, ha exigido "respeto frente al acoso en redes sociales" y ante las pintadas en contra de Guitarte aparecidas en su localidad, Cutanda. El propio Guitarte denunció desde la tribuna del Congreso "la tremenda presión" que "desde los medios y las redes sociales" está llegando a su movimiento ciudadano y reveló la aparición de "pintadas" en su municipio y en su comarca en contra del apoyo al candidato socialista, hechos que investiga la Guardia Civil.

Como contrapartida, PSOE y Unidas Podemos han puesto en escena este martes, como ya lo hicieran en las dos sesiones anteriores, una imagen de unidad. Detalles como los abrazos entre Sánchez y Pablo Iglesias o los aplausos mutuos de las bancadas socialistas y moradas durante las intervenciones. Y es que este debate de investidura ha destacado, para lo bueno y para lo malo, en las formas.

Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, criticaba en TVE este martes antes de la sesión de investidura la posición de la bancada de la derecha. "Este país se merece una derecha decente", ha apuntado poniendo como ejemplo a Angela Merkel en Alemania. "Ojalá vuelvan a la senda de la democracia", ha incidido. E ironizaba: "La extrema derecha está a un paso de proclamar a Pablo Casado presidente legítimo".

Mención a parte merece el caso de Ana Oramas. El comité permanente de Coalición Canaria (CC) ha calificado de "muy grave" la situación creada por "la discrepancia" de voto de la diputada respecto a la investidura de Pedro Sánchez. Oramas decidió cambiar la abstención de su partido por un voto negativo a Sánchez. Sin embargo CC ha pospuesto las medidas contra Oromas y decidirá los pasos a dar "cuándo y cómo proceda".

La investidura más ajustada de la historia para el primer gobierno de coalición desde la Segunda República

Sánchez y Rufián durante el debate de investidura. Foto: Congreso

Volviendo a la sesión de este martes, el candidato socialista ha sido elegido presidente con 167 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe y BNG), 165 en contra (PP, Vox, Ciudadanos, JxCat, UPN, CUP, PRC, Foro y Coalición Canaria) y 18 abstenciones (ERC y EH Bildu).

Antes de proceder a la votación definitiva, Pedro Sánchez ha intervenido para lanzar un mensaje a las derechas: "Acepten que han perdido. O coalición progresista o más bloqueo para España", ha dicho. Sánchez ha asegurado que es "inadmisible" que se continúe sin "un gobierno en plenitud de facultades" y se ha comprometido a buscar con grupos parlamentarios formas de facilitar "una mayoría de gobierno frente a una mayoría de bloqueo".

La respuesta del trifachito ha sido la esperada. Rey, víctimas del terrorismo y 'viva España', han sido los ejes del discurso de Pablo Casado, más preocupado por recuperar el voto cedido a Vox; el líder del partido ultraderechista, Santiago Abascal, ha hecho una intervención cargada de apología del racismo, atacando a Europa por poner en ridículo a los tribunales españoles y acusando a Sánchez de traidor; e Inés Arrimadas ha vuelto a apelar sin éxito al 'tamayazo'. Claros síntomas de derrota política.

Por su parte, Pablo Iglesias le ha lanzado un guiño a su nuevo socio al que le ha pedido el "mejor tono" y la "mayor firmeza democrática" frente a las amenazas "frente a los intolerantes", para zanjar: "No nos van a atacar por lo que hacemos, nos van a atacar por lo que somos". La portavoz socialista, Adriana Lastra ha destacado: "Estamos viendo el 'matonismo' en la derecha. Pero aquí hay 167 valientes, gente honesta".

El resto de los discursos de los partidos que han apoyado a la investidura, con voto afirmativo o abstención, se han centrado en mensajes a las desatadas derechas. "Ustedes no necesitan tila. Necesitan educación", ha dicho Joan Baldoví (Compromís); "No caben vacilaciones frente a la ultraderecha españolista. Es preciso cerrarles el paso con la misma firmeza con la que Castelao se enfrentó al fascismo", ha añadido el diputado del BNG, Néstor Rego; "Estamos aquí para decirles que ni nos han vencido ni nos han domesticado", ha subrayado Óskar Matute (EH Bildu).

Tomás Guitarte, de Teruel Existe, ha argumentado el sí de su formación con estas palabras: "Nos urge que haya gobierno. Seremos exigentes con el acuerdo firmado con PSOE". Mientras que el PNV ha defendido su 'sí' a Sánchez porque el "problema territorial necesita un desbloqueo desde el diálogo".

La voz de ERC, crucial con su abstención en la investidura de Sánchez, ha estado representada por Montse Bassa, hermana de la exconseller Dolors Bassa, encarcelada por el procés: "Nosotros creemos en el diálogo y queremos construir una República independiente desde la cordialidad con España", ha dicho.

Entre los 'noes', el de JxCat, cuya portavoz Laura Borràs ha dicho: "No podemos votar en contra de Catalunya y a favor de la represión" para añadir: "Desde junio de 2017 le hemos visto cambiar media docena de veces. Se hace difícil saber que piensa sobre el problema político más importante que tiene sobre la mesa". Sin embargo ha tendido la mano a Sánchez para el diálogo si pasa "de las palabras a los hechos". Por su parte, la diputada de la CUP, Mireia Vehí, que deseó "acierto" al nuevo Gobierno, ha lanzado un dardo al trifachito: "Ustedes tienen un problema con la democracia".

Pero esta investidura será recordada también por otros motivos. Es la investidura más ajustada de la historia, superando a la de Zapatero que fue presidente con tan solo once votos de diferencia en segunda votación. Y de aquí sale el primer gobierno de coalición desde la Segunda República, que, como bien explicaba en CTXT el periodista Jonathan Martinez, ni será un gobierno revolucionario ni se romperá España, pero del que si se atisba un cariz socialdemócrata y de "izquierdas", al menos en materia económica y social. Aunque la diputada Mireia Vehí ya advirtió que "la política de estabilidad europea no permite la mayoría de las propuestas que plantean" en el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos. Veremos.

Otro ingrediente que hace histórica la investidura es que ha contado con el apoyo, de un modo u otro, de algunos de los partidos independentistas con representación en el Congreso. El sí del BNG y las abstenciones de ERC y EH Bildu han sido decisivas, pero no son un cheque en blanco. El BNG supedita su respaldo a la puesta en marcha de una "agenda galega". EH Bildu recordó a Sánchez que "sin nuestros votos y sin atender las demandas de nuestras naciones no hay ni habrá gobiernos de progreso". Por su parte, Rufián, que dio la bienvenida a Sánchez al diálogo, subrayó que "sin mesa (de diálogo entre los gobiernos español y catalán), no hay legislatura".

Todo estos elementos, y si se cumplen las más de 300 promesas y pactos acordados, hacen pensar que los 167 apoyos en esta investidura, para el gobierno PSOE-UP pero también para frenar al fascismo, se podrían convertir en una mayoría absoluta en el futuro para sacar adelante medidas sociales y de izquierdas. PSOE, Unidas Podemos, Más País, ERC, EH Bildu, CUP, Compromís y BNG suman 179 escaños, a los que se añadirían los 6 del PNV, los únicos diputados de Teruel Existe y Nueva Canarias y los 8 de JxCat.

Sánchez no dará a conocer su Gobierno de coalición hasta la semana que viene

En un principio, estaba previsto que Sánchez diera a conocer su Gobierno de coalición este mismo miércoles después de prometer el cargo de presidente del Gobierno ante Felipe de Borbón, pero finalmente no será antes de la semana que viene. Hasta ahora se sabe, por informaciones de Unidas Podemos, que Manuel Castells será ministro de Universidades; Alberto Garzón, de Consumo; Irene Montero, Igualdad; y Yolanda Díaz, Trabajo. También se conoce ya que Pablo Iglesias tendrá una vicepresidencia social.


🔴 Así te hemos contado en directo en AraInfo la sesión de investidura y la segunda y definitiva votación

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