La coronación de Gran Scala

Hay muchas formas de hacer el ridículo y, en el ejercicio del poder se hace además a veces a la vista de todos y, ya de paso, dejándose bien de pasta en ello. Fue el caso de Gran Scala y el Gobierno de Aragón. Pero ¿Quién se acuerda ya de ello? Refresquemos la memoria.

Los entonces presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, y el vicepresidente, José Ángel Biel, presidieron el acto de firma del protocolo de colaboración entre el Gobierno de Aragón y la empresa International Leisure Development PLC (ILD) para la instalación del proyecto Gran Scala en Aragón. Foto: Gobierno de Aragón

Hace unos pocos años, en 2007 concretamente, aparecieron unos señores con la promesa definitiva de empleo y negocio para Aragón: una ciudad de casinos al más puro estilo Las Vegas que generaría ¿5.000 empleos? Qué digo 5.000 ¿10.000? No, mejor pongamos 26.000 empleos directos en una primera fase. Sólo en las obras de construcción 2.500 trabajadores para hacer 10 casinos, 3 grandes parques temáticos y miles de plazas hoteleras. A largo plazo se hablaba de hasta 65.000 empleos directos y 200.000 indirectos. Todo ello con una inversión de 17.000 millones de euros (1).

Vale, que paro. Se les tendrá que pasar el mareo a las y los lectores.

Eran los años gloriosos de la Expo, de cuando aún no estaba terminada y ya se hablaba de empezar otra. La burbuja inmobiliaria seguía hinchándose pero daba muestras de que aquella locura alcista no podía subir mucho más.

En este contexto aparece la promotora ILD, una gente a la que nadie conocía y lanzan el bombazo. Pero fue empezar a conocerlos y la cosa empezó a apestar. Los empresarios a los que se puso la alfombra roja resultaron ser una cuadrilla de turbios personajes en que había de todo, incluyendo implicados en estafas. Empresas que en realidad eran parte de una maraña de sociedades con sedes en paraísos fiscales y que ya habían protagonizado varios fraudes (2), con personajes tan peculiares como Dedé, apodado el Sardina, al frente.

Pese a que desde el principio la cosa ya olía a chamusquina, desde la DGA se pensó que era una gran idea coronarlos como reyes como poco de Aragón, así que se les montó una coronación ad hoc el 12 de diciembre de 2007 en la Sala de la Corona del Palacio de la Aljafería. Los políticos aragoneses ejercieron no se sabe muy bien si de bufones, palafreneros o parte del decorado del que eran protagonistas los trileros de ILD, promotores del engendro, mirando ahora con perspectiva.

Manifestación en Zaragoza en el 2008 contra Gran Scala. Foto: Primo Romero
Manifestación en Zaragoza en el 2008 contra Gran Scala. Foto: Primo Romero

La convocatoria a la prensa parecía que fuera la de las más altas autoridades (3). Pero es que el fiestón fue de órdago: 700 invitados y 180 periodistas acreditados con conexión internacional vía satélite. 180.000 euros en la la juerga y un elenco de autoridades encantado de conocerse.

Allí estuvieron José Ángel Biel, Marcelino Iglesias o Arturo Aliaga estrechando muy ufanos la mano de los promotores. Al poco tiempo, cuando todo el timo de Gran Scala se cayó como un castillo de naipes, practicaron esa costumbre tan habitual en la política que es la amnesia selectiva.

Porque al final Gran Scala resultó ser lo que parecía: un inmenso pufo basado en que las instituciones hicieran una ley a medida, regalaran suelos, construyeran infraestructuras y de paso pusieran un dinerito nada desdeñable. Desde ILD tampoco mintieron del todo, pues desde un principio no se comprometieron a invertir ni un 10% del dinero necesario.

A lo más que llegó ILD fue a dar un adelanto por la compra de unas cuantas hectáreas de terreno en la localidad monegrina de Ontiñena. Un complejo para 70.000 personas, en la práctica la segunda ciudad de Aragón, en un pueblo de 570 habitantes.

Pero los embaucadores tuvieron su fiestón, los responsables institucionales hicieron mutis y salieron limpios de toda culpa del despropósito y los que criticaron desde un principio el tinglado fueron vituperados. Tener la razón puede ser muy desagradable, pero más aún comprobar hasta qué punto pueden ser manipulables nuestras instituciones.

De Gran Scala no queda ni el recuerdo, pues el ridículo hecho por el tandem PSOE-PAR se intentó enterrar, pero la recepción de una banda de trileros a todo trapo en un espacio institucional queda para la memoria del surrealismo aragonés. Si Buñuel levantara la cabeza...


Notas:

[1] http://www.heraldo.es/noticias/aragon/huesca/gran_scala_abrira_con_000_empleados_pero_proyecto_esta_expensas_ley_del_ocio.html

[2] Al hilo de esto hubo toda una serie de artículos imprescindibles del periodista José Luis Trasobares en el Periódico de Aragón.

[3] http://aragonhoy.aragon.es/index.php/mod.noticias/mem.detalle/id.18039

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